Un paseo por tres hoteles emblemáticos de Brasil y de Argentina

Copacabana Palace, un hotel maravilloso

Si Copacabana es una de las playas más emblemáticas de Brasil, el Copacabana Palace A Belmond Hotel -o Copa, como le dicen- es, sin dudas, el hotel ícono de Río de Janeiro. Basta con caminar por la avenida Atlántica para sorprenderse con esta obra maestra del art déco, construida en 1923 a pedido del entonces presidente Epitácio Pessoa y diseñado por el arquitecto francés Joseph Gire, quien se inspiró en dos alojamientos de la Riviera Francesa, el Negresco de Niza y el Carlton de Cannes. En aquel momento, Copacabana era un área de difícil acceso y mayormente desierta; fue con la apertura de este hotel que la zona comenzó a reconfigurar y ser el espacio elegido por figuras esplendorosas de la época: actores, políticos y cantantes. Así fue que el glamour se apoderó de Copacabana, empezando a ser un lugar muy deseado. Al punto de convertirse hoy en Patrimonio Cultural e Histórico de la ciudad

Sus 239 habitaciones reciben a diario turistas de todo el mundo. Aún conserva los muebles antiguos, textiles franceses y obras de arte originales. La oferta gastronómica es de alto nivel: uno de sus restaurantes, el Mee, sirve comida panasiática -mezcla de recetas tradicionales de varios países asiáticos- y fue premiado con una estrella de la Guía Michelin; por su lado, el Cipriani combina platos brasileños con italianos y ofrece la experiencia de Chef´s Table, que permite ver el proceso de cocción de las distintas preparaciones. Además, es posible disfrutar de un tradicional café da manhã en el restaurante Pérgula, abierto para todo público con reserva previa.

Hotel y resort Llao Llao, la postal de Bariloche

La clásica foto de Bariloche incluye esta construcción de madera y piedra emplazada en medio de una colina con un entorno natural único. Fue en 1938 que se construyó el hotel Llao Llao, destinado a recibir a los huéspedes que visitarían el recientemente declarado Parque Nacional Nahuel Huapi. El encargado de diseñarlo fue el célebre arquitecto Alejandro Bustillo, el mismo que construyó el Complejo Bristol, en Mar del Plata, y la sede central de Banco Nación, en Buenos Aires, entre muchas otras obras. Un año después de su inauguración, el hotel sufrió un incendio que lo destruyó en su totalidad. Afortunadamente, la reconstrucción fue rápida y en 1940 el Llao Llao volvió a abrir sus puertas. En la actualidad cuenta con dos alas, por un lado, el Ala Bustillo con vistas a los lagos Moreno y Nahuel Huapi y cerro López; y por el otro, el Ala Moreno, construida en 2007 con vistas al lago Moreno y al cerro Tronador. Ambas están unidas por un puente con vista panorámica.

Quienes visitan el hotel destacan el servicio y la atención del personal. Otro punto fuerte es, sin dudas, la gastronomía, que puede disfrutarse en sus cuatro restaurantes. Un clásico del lugar: el té Llao Llao que se sirve en el Winter Garden, un espacio vidriado desde donde se puede apreciar el paisaje patagónico.

Alvear Palace Hotel, lujo e historia porteña

Corría el año 1932 y la ciudad de Buenos Aires comenzaba a recibir gran cantidad de visitantes europeos. Además, la clase alta porteña, que viajaba asiduamente por el mundo, reclamaba estándares más altos de alojamiento en la ciudad. En este contexto deciden construir el Alvear Palace Hotel, un hotel de lujo en la zona de Recoleta, inspirado en el Ritz de París. Su construcción demoró 10 años, lo que aumentaba la curiosidad por su apertura.

Hoy cuenta con habitaciones y suites de lujo y se destaca por sus 12 salones que, año a año, son elegidos para realizar grandes eventos sociales y corporativos. Este hotel tiene tal importancia en la historia local que, en 2003, fue declarado Patrimonio Arquitectónico e Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. Uno de los clásicos que ofrece es el té de la tarde, que se sirve de miércoles a domingo, a las 17, en el restaurante L´Orangerie. Incluye una gran variedad de tortas; mini patisserie; tartaletas de frutas frescas; scones tibios, entre otras delicias. Se acompaña con una selecta carta de tés, en la que se destaca el exclusivo blend diseñado para el hotel Alvear, elaborado con hebras de té negro; almendras; cítricos y rosas. Esta opción está disponible para el público en general con previa reserva.