Un nuevo tour te permite ayudar a los perros abandonados de Chernobyl

Cuando los residentes de Pripyat, Ucrania, tuvieron que abandonar sus hogares tras la explosión nuclear de Chernobyl en 1986, se vieron obligados a dejar atrás a sus mascotas. Más tarde, soldados del Ejército soviético fueron llamados a exterminar a esos animales para evitar que se dispersara la radiación –hecho que la serie Chernobyl recordó con escenas muy duras–.

Sin embargo, algunos de esos perros lograron sobrevivir y reproducirse a lo largo de los años, a pesar de la radiación, los duros inviernos ucranianos, el hambre y el enfrentamiento con lobos. Hoy, muchos de sus descendientes viven en lo que se considera la zona de exclusión de Chernobyl.

En esa situación interviene desde hace tres años la organización Clean Futures Fund a través del programa "Perros de Chernobyl", que brinda atención veterinaria a estos animales. Ahora, vos también podés ir a ayudarlos gracias a una iniciativa impulsada por Airbnb (dentro de su área de experiencias con animales) y aprobada por la Sociedad Mundial para la Protección Animal.

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¿De qué se trata? Brinda la posibilidad de que ingreses a la zona de exclusión y seas voluntario por un día alimentando, cuidando y dándoles cariño a los perros. El programa también incluye un tour guiado a la ciudad de Pripyat, que luego de la explosión se transformó en un pueblo fantasma.

Los costos parten de los 384 dólares por persona, y lo recaudado va a Clean Futures Fund.

En números

"Perros de Chernobyl" trató a más de 1.500 animales desde 2017, esterilizándolos y vacunándolos. Según la organización que lo lleva adelante, actualmente existen unos 250 perros en los alrededores de la planta nuclear, 225 en la ciudad de Chernobyl y cientos más en otros puntos de la zona de exclusión.

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Para poder asistirlos, la organización recauda fondos para comprar vacunas, anestesia y otros elementos médicos, y se puede colaborar a través de esta página.

Clean Futures Fund también desarrolla programas de salud destinados a los trabajadores actuales en la zona de exclusión (unas 3.500 personas) y a niños enfermos en las áreas afectadas por el desastre nuclear.