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Turismo negro: una invitación a la reflexión y la memoria

La visita a escenarios de muerte masiva, como antiguos campos de concentración, ex centros de detención clandestina o sitios afectados por la guerra y el terrorismo, implica otra forma de viaja

Caminar los pasillos de la cárcel de Alcatraz, en San Francisco (California), o recorrer el Espacio de la Memoria La Perla, en Córdoba, lleva inevitablemente a una sensación de dolor y tristeza por el sufrir de las personas que estuvieron en esos lugares, acompañada por un interés en saber qué ocurrió, cómo, cuándo y en qué circunstancias.

Esas emociones se mezclan cuando las visitas se realizan en medio de un viaje de placer. Y es que nadie dijo que las vacaciones o las escapadas deban ir siempre acompañadas de programas y lugares para el entretenimiento.

Sitios como los antes mencionados, además del Museo de Auschwitz-Birkenau (Polonia), la Zona Cero de Nueva York (11S), el Museo Memorial de la Paz de Hiroshima (Japón), el Museo Nacional de Chernobyl (Ucrania) y otros espacios argentinos como el museo de la Memoria Ex Esma, el excentro clandestino D2 y Campo La Ribera, entre otros, nos invitan a hacer un recorrido por la historia y a reflexionar sobre el pasado de la ciudad o del país que estamos visitando.

Celdas, paredes sucias, fotos de personas sumidas por el dolor de la tortura o despojadas de todo bien material y de esperanza de salvación son algunas postales comunes que podemos encontrar en ellos.

Estos sitios forman parte de lo que los investigadores llaman “turismo negro”, “turismo oscuro” o “turismo de dolor”, lugares que se caracterizan por mostrar escenarios de muerte masiva, sufrimiento o muertes injustas que podrían haber sido evitadas.

Pero, ¿qué es lo que atrae a una sociedad en particular a crear estos museos y qué es lo que motiva a visitantes y turistas a adentrarse en el dolor que ellos representan?

“Al principio se creía que el turismo oscuro o turismo negro se encontraba asociado al morbo de la sociedad, pero luego, diversos investigadores comprobaron que en realidad se trata de un forma de intelectualizar o disciplinar la muerte”, explica Maximiliano Korstanje, licenciado en Turismo, antropólogo e investigador de la Universidad de Palermo.

“En sociedades secularizadas donde la muerte produce una desestabilización institucional, el turismo oscuro ayuda a la comunidad a humanizar la muerte y a no fragmentarse”, agrega.

Korstanje asegura que estos sitios se conforman como una parte inherente al proceso de resiliencia gracias al cual la sociedad se sobrepone a los desastres o traumas colectivos, y aclara que cada espacio esconde su propio discurso.

Aunque estos son los rasgos generales que los unen, cada lugar guarda su propia razón de ser y su forma de llevarla adelante. Entonces, hay sitios más proclives a visitas masivas, como  Auschwitz-Birkenau: si bien allí se exhiben los detalles de uno de los peores campos de concentración del nazismo, hay que tener en cuenta que, al haber funcionado hace más de 70 años, quienes administran el lugar no han sufrido en carne propia ese flagelo.

Distinto es el caso, por ejemplo, de la ex Esma en Buenos Aires, o del espacio de la memoria La Perla en Córdoba, que funcionaron como centros clandestinos de detención y muerte durante la última dictadura militar en Argentina (1976-1982).

En este marco, el investigador incluye los lugares citados en dos tipologías diferentes de acuerdo con la forma de sentir el dolor. El primero (Auschwitz) tiende a ser sagrado-secular, mientras que los segundos son puramente sagrados y, como tales, eluden a lo masivo, ya que masificarlos sería “condenarlos a lo profano”.

“Lo sagrado exige exclusividad y pureza, hecho por el cual aquellos sitios donde el dolor es muy reciente son reacios a recibir grandes contingentes de turistas”,  explica el antropólogo.

De allí se explica que los sitios de la memoria en Córdoba no atiendan los fines de semana (cuando se supone que podrían recibir más gente) y que estén más orientados a espacios educativos en Derechos Humanos.

“Lo cierto es que, lejos de considerarse una tendencia al sadismo, viajar a este tipo de espacios nos ayuda a comprender las causas y contextos de los desastres, recordando no sólo sus probabilidades de repetirse sino también el rol del sufrimiento en el ethos colectivo”, concluye Korstanje.

Para visitar en Córdoba

-Espacio para la Memoria La Perla

Dirección: Ruta Nacional N° 20, km 12, Córdoba.

Teléfono: (0351) 4983256

E-mail: visitasalaperla@gmail.com

-Espacio para la Memoria Campo La Ribera

Dirección: Martin Cartechini s/n, ciudad de Córdoba.

Teléfono: (0351) 434-8876

E-mail: sitiodememoria@gmail.com

-Archivo provincial de la memoria- Ex D2

Dirección: Pasaje Santa Catalina 66, ciudad de Córdoba.

Teléfono: (0351) 4342449

E-mail: archivodelamemoria@gmail.com