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Tres verdades acerca de los vikingos

Los vikingos fueron excelentes navegantes y durante mucho tiempo fueron el terror de los principales países europeos cuando los veían llegar a sus costas (123RF)
Los vikingos fueron excelentes navegantes y durante mucho tiempo fueron el terror de los principales países europeos cuando los veían llegar a sus costas (123RF)

Durante años, la lejanía y la falta de información hicieron que existieran toda clase de mitos al respecto de los antiguos pobladores de Escandinavia. En esta nota, te proponemos revisar tres y ver qué hay de cierto en ellos.

A partir del año 2013, History Channel empezó a transmitir los episodios de la primera temporada de Vikingos, una serie que está pronta a terminar su última temporada y que ha sumado millones de fanáticos en el todo el mundo. Muchos de ustedes deben reconocer nombres como Ragnar, Lagertha, Floki o Bjorn, entre tantos otros. A continuación, vamos a descubrir la verdad detrás de tres mitos acerca de los vikingos.

1. ¿Una sociedad cerrada?

Durante muchos años, se pensó que la sociedad de los vikingos eran una sociedad endogámica, donde sus miembros solo se relacionaban entre ellos como si buscaran mantener una cierta pureza genética. De hecho, cuando pensamos en vikingos creo que todos imaginamos una horda de gigantes rubios y colorados con largas barbas y trenzas. Sin embargo, esta es una creencia falsa.

Es cierto que las zonas en las que vivieron originalmente no eran de fácil acceso, el frío y los mares embravecidos hacían que fuera difícil llegar hasta ellos. Pero hay análisis genéticos de restos que muestran que los vikingos sí se mezclaban con otros pueblos. En la serie de History Channel, por ejemplo, se puede ver la relación que establece el personaje de Ragnar Lothbrok con la esclava china Yidu.

¿Sabías que, cuando empezaron con sus conquistas en el resto de europa, los diferentes pueblos lo llamaban cada uno a su manera? Los eslavos les decían “rusos”, los anglosajones “daneses”, los irlandeses “gaill” o “lochlannaigh”,  los andaluces, “magos” y los francos “normanni”.

2. ¿Las mujeres eran ciudadanas secundarias entre los vikingos?

Este es uno de los mayores errores al hablar de la sociedad de los vikingos. Por supuesto que, bajo los parámetros de hoy, hay un montón de aspectos cuestionables, pero lo cierto es que las vikingas eran una parte importantísima de la sociedad.

Cuando los hombres viajaban en sus largas excursiones de saqueo y conquista, las mujeres se hacían cargo de administrar las granjas y la economía de sus casas. Incluso hay mujeres que acompañaban a los hombres en las gestas guerreras. No nos olvidemos que uno de los personajes de mayor impacto en el público de Vikingos es Lagertha, primero escudera y luego reina.

Incluso se tiene constancia, a través de inscripciones antiguas, que algunas mujeres poseían títulos propietarios sobre la tierra y que hacían respetar con vehemencia sus derechos legales en temas relacionados con la herencia. Muchas hasta ponían sus bienes al servicio de la comunidad como fondos para la construcción de puentes.

3. ¿La imagen que tenemos de los vikingos es acertada?

Todos sabemos que los vikingos fueron excelentes navegantes y que durante mucho tiempo fueron el terror de los principales países europeos cuando los veían llegar a sus costas. También todos podemos ver esa imagen, cientos de barcos delgados con un monstruo en la proa y una gran vela ancha y a rayas.

¿Pero sabías que esa imagen que  tenemos en nuestro imaginario de las embarcaciones vikingas no proviene de restos encontrados sino del tapiz de Bayeux, un enorme lienzo bordado del siglo XI? En la imagen que trascendió hasta ser una de las primeras cosas que nos imaginamos cuando pensamos en vikingos, se relata la conquista de Inglaterra a manos de los normandos.

Después, una vez que bajaban de esos barcos, todos sabemos lo que pasa. Miles de vikingos bajan con sus hachas como enormes dioses de la guerra dotados de cuernos. ¿Cierto? Bueno, en realidad, no hay muchas pruebas arqueológicas de esos increíbles y temerarios cascos.

La idea viene de dos lados. Primero, por algunas representaciones que provienen de la Edad de Hierro en la que aparecen figuras masculinas con barba, casco y cuernos. Por ejemplo, una pequeña placa de bronce que fue encontrada a fines del siglo XIX en la isla sueca Öland y que se supone que es del siglo VI. Se cree que el uso de los cuernos tenía que ver con ocasiones especiales de carácter ritual. Segundo, por la ópera épica El anillo del nibelungo, de Richard Wagner, en donde los personajes visten unos grandiosos casco con cuernos.