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Tallin, una ciudad medieval

Los canales del Neva brindan una amplia visión de San Petersburgo (Gentileza Mario Cherrutti).
Los canales del Neva brindan una amplia visión de San Petersburgo (Gentileza Mario Cherrutti).

Capital de Estonia, fue danesa, alemana, sueca, rusa y más tarde soviética hasta 1991. 

La encantadora ciudad medieval de Tallin, capital de Estonia, fue danesa, alemana, sueca, rusa y más tarde soviética hasta 1991. Desde el barco se avista la muralla del siglo XIII, de más de dos kilómetros de largo, y sus múltiples torres de tejas rojas que encierran la Ciudad Vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1997.

La torre más alta, de 64 metros, es la del ayuntamiento, construido en 1530, que termina con una veleta que representa a un viejo guerrero, el Vana Toomas, símbolo de la ciudad.

Se puede ir caminando desde el puerto e ingresar por la Puerta Vieja y perderse entre las callecitas peatonales; recorrer la calle Pikk, donde están las casas más antiguas, y almorzar en el restaurante Peppersack, ambientado como una taberna medieval, iluminada con velas y atendida por mozas de trenzas rubias y largas faldas.

Es común que en la calle toquen música medieval con instrumentos antiguos y vestidos de época. Se puede dejar el casco antiguo por las Puertas de Viru y subir a la Ciudad Alta o Toompea, que permite vistas del casco antiguo, y entrar a alguna de las torres como la de la Doncella, de 1373, que fue una horrenda prisión y hoy es restaurante y museo.

Los mejores lugares para ver la muralla y sus 20 torreones, son desde el mirador de Patkul y la Plaza de las Torres. Los colectivos del City Tour bordean la ciudad antigua y recorren Kadriorg, el parque y palacio barroco que el zar ruso Pedro I mandó construir en honor de Catalina I.

Para el contraste, también se puede espiar la herencia soviética en el Museo de la KGB.

San Petersburgo, la perla

Esta impresionante ciudad rusa es la perla del crucero y por eso el Orchestra atraca bien temprano, a las 8, y leva anclas a medianoche, tiempo suficiente para empacharse de la opulencia zarista de los siglos XVIII al XIX. Un colectivo de línea lo dejará (por 1 euro) en la estación de subte Primorskaya, a dos estaciones de Gostiny Dvor, en pleno centro histórico. Este subte es el más profundo del mundo, ya que va por debajo del caudaloso río Neva. Hay tramos que corren a 110 metros bajo tierra- y la escalera mecánica desciende cinco minutos a las entrañas de la ciudad.

Fundada por Pedro I en 1703, fue la capital del imperio ruso hasta la revolución de 1917, cuando cambió su nombre por el de Leningrado, que retuvo hasta 1991, cuando terminó la era comunista.

La ciudad de Stravinsky, Dostoievski y el joyero Faberge, deslumbra por donde se la mire. A pocas cuadras de la estación Gostiny está la iglesia del Salvador sobre la sangre derramada, junto al canal Griboyedov, imponente templo ortodoxo ruso de cinco cúpulas redondas y coloridas.

Muy cerca, la avenida Nevsky, arteria principal de 4,5 kilómetros, da para caminarla ida y vuelta: sus edificios de altura pareja, las veredas anchas, los ornamentos exagerados de las fachadas, todo exalta los sentidos. Allí están algunos de sus edificios más emblemáticos, como la Casa del Libro, espléndido ejemplo del art nouveau, donde se puede tomar un café junto a sus ventanales con vistas panorámicas.

Entre los monumentos más visitados, está el Hermitage, cinco edificios unidos, uno de ellos el Palacio de Invierno que fue la residencia de los zares.

Hoy alberga 2,5 millones de piezas de valor artístico y cultural. Visitarlo es invertir buena parte del tiempo en tierra. Tal vez convenga recorrer sus patios exteriores y contemplarlo desde la enorme explanada que se extiende en el frente.

Un paseo por los canales del Neva permite apreciar monumentos, palacios, templos y sus puentes, antiquísimos y románticos, con estatuas ecuestres y monumentos.

En el camino de regreso al puerto, los monoblocks en serie, enormes bloques de hormigón gris, son una cachetada a tanto firulete arquitectónico y un ejemplo evidente de con qué quisieron terminar los soviéticos. Por suerte, no lo lograron.

Datos

Nombre oficial. Federación de Rusia.

Capital. Moscú.

Gobierno: república parlamentaria.

Población: 147,2 millones de habitantes.

Superficie: 17.075.400 kilómetros cuadrados.

Idioma: ruso.

Moneda: rubio ruso

Datos

Nombre oficial. República de Finlandia.

Capital. Helsinki.

Gobierno: república.

Población: 5,4 millones de habitantes.

Superficie: 244.820 kilómetros cuadrados.

Idiomas: los dos idiomas oficiales son el finés y el sueco.

Moneda: euro.