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Surtsey, la isla volcánica que sólo puede ser visitada por científicos

Queda en Islandia y es utilizada para estudiar cómo se forma un ecosistema sin la intervención del hombre.

El mundo está lleno de lugares extraños y remotos, y esta pequeña isla seguro ocupa uno de los primeros puestos en la lista. Se trata de Surtsey, un pequeño pedazo de tierra que se formó en 1965 después de una gran erupción volcánica que duró tres años.

La isla, que se encuentra en Islandia, sólo puede ser visitada por algunos científicos. ¿La razón? Es utilizada para estudiar cómo se forma un ecosistema desde cero, sin ningún tipo de intervención humana.

La Surtsey Research Society es la organización que se encarga de administrar y proteger el lugar. La institución edificó refugios de investigación en la isla en dos ocasiones y organizó la construcción de una plataforma de aterrizaje de helicópteros. ¿Cómo se financia? Recibe subvenciones de diversas fundaciones y cuenta, además, con el apoyo del Gobierno islandés.

El tomate que casi lo arruina todo

Para poder ingresar a la isla, los científicos autorizados deben pasar por una revisión exhaustiva, con el objetivo de que no transporten nada que pueda afectar la investigación. Sin embargo, al parecer una de esas requisas no fue muy bien realizada: alguien, sin darse cuenta, llevó la semilla de un tomate, y al poco tiempo brotó en la tierra una planta. Cuando los científicos advirtieron el hecho, decidieron destruirla inmediatamente para que no arruinara la investigación.

Más de cincuenta años

En 2015, la isla Surtsey festejó su 50° aniversario como reserva natural por el Consejo de Conservación de la Naturaleza. De este modo, se reservó desde sus inicios para la investigación científica. Ese año también marcó el 50° aniversario de Surtsey Research Society y la primera publicación de Surtsey Research.