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Ruta gastronómica por Sicilia

Más allá de pizzas y pastas, Italia atesora un sinfín de platos para quien decida explorarla. Es el caso de Sicilia, cuya cocina multicultural fusiona sabores griegos y árabes.

Al sur de Italia, la más grande de sus islas concentra un invaluable patrimonio natural, cultural, histórico y gastronómico. Habitada desde la prehistoria; rodeada de mares (el Mediterráneo, el Tirreno y el Jónico), infinitas colinas, valles y volcanes; esta tierra fue ocupada por fenicios, griegos, romanos, normandos, españoles y árabes.

Cada pueblo contribuyó en alguna medida a su singular gastronomía, aportando técnicas y recetas que en un diálogo de siglos han configurado los sabores sicilianos. A este rico entramado se suma el espíritu de su pueblo, apasionado, temperamental y siempre dispuesto, que invita al turista a vivir sus calles, sus mercados y sus esquinas.

MÁS DATOS. Información útil para conocer Sicilia.

Influencias griegas al este

Templos, ágoras, teatros, ciudades enteras: Sicilia alberga en la actualidad el mayor número de ruinas mejor conservadas del mundo helenístico. Entre tantas maravillas resalta Siracusa, considerada una de las ciudades más bellas de la Antigüedad, por cuyas calles caminó Platón y donde nació el célebre ingeniero y matemático Arquímedes.

Grecia, además de haber aportado al acervo cultural y arquitectónico de la isla, ha hecho su contribución a la identidad culinaria siciliana. De los griegos viene la preferencia por el uso de la berenjena, que en momentos donde la carne se volvía inaccesible ofició de reemplazo. Es el ingrediente protagonista de platos típicos como la caponata, la parmigiana o la pasta alla Norma (con maccheroni, berenjenas, tomates, ricota y albahaca), el símbolo gastronómico de Catania. Esta ciudad, la más populosa del este, asombra con su centro urbano construido con la piedra que el volcán Etna expulsó al entrar en erupción en 1669.

Huellas magrebíes al oeste

Al otro lado de la isla se disfruta de las influencias árabes, que suman sus especias y frutos secos. La ciudad más importante de esta parte del mapa es Palermo. Allí, además de visitar una diversidad de sitios como la mezquita arabo-normanda de San Giovanni degli Eremiti, con sus cúpulas rojas, o la imponente catedral de estilo oriental, se puede recorrer el Mercato di Ballarò. Sus puestos son perfectos para perderse por horas y es el lugar ideal para pedir unos involtini alla palermitana, pinchos que se rellenan con pasas de uva, piñones y queso aromatizados con laurel.

Trapani es otro punto clave y el centro de la Vía del Sale. Esta pequeña ciudad, que produce vino en cantidades siderales, es famosa por su tradicional yacimiento salino, cuyo paisaje realzado por una serie de molinos deja perplejo a quien disfrute allí de una copa al atardecer. De la interminable lista de delicias, el cous cous di pesce alla trapanese es una perfecta conjunción de verduras, sémola de trigo y pescado.

Sicilia ofrece una gastronomía multicultural compleja y exquisita. En la más desconocida de las tavola calda (lugares pequeños y populares que venden comida casera para llevar) o en un selecto  restaurante, el compromiso con el sabor y la calidad es una constante, y cada preparación hace honor a la diversidad cultural con los mejores y más frescos ingredientes disponibles.

Recomendación sanguina  

Sicilia es el mayor productor en Europa de naranjas sanguinas, una variedad desconocida en nuestro país, que poseen un sabor más dulce que las que conocemos y un característico color rojo vibrante. Si bien se puede disfrutar en jugos, la ensalada (que se come como antipasto) de naranja sanguina, hinojo, cebolla morada y menta es un sorpresivo, aunque polémico, éxito asegurado.

Mucho más que maní

En Sicilia la bebida siempre llega a la mesa bien acompañada. Así sólo pidamos una cerveza Moretti, nos encontraremos con mucho más que el maní que se estila en Argentina. El acompañamiento ideal para la birra italiana es un arancini, especie de croqueta frita de arroz que por su forma y tamaño se asemeja a una naranja. El más tradicional está relleno de ragú y es el tentempié siciliano por antonomasia.