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Río de Janeiro: mucho más que playas y caipiriñas

Playa de Leblon. Ubicada en la zona sur de Río de Janeiro, tiene un perfil muy familiar. Está a continuación de la popular Ipanema.
Playa de Leblon. Ubicada en la zona sur de Río de Janeiro, tiene un perfil muy familiar. Está a continuación de la popular Ipanema.

Después del Mundial de fútbol 2014 y a la espera de los Juegos Olímpicos, Río respira aires de renovación. Un paseo por sus playas y algunos puntos de interés de la gran ciudad carioca.

Acompañado siempre de un clima generoso y un entorno que supo combinar urbanización con naturaleza, este destino brasileño invita a ser visitado en cualquier época del año. “Río (a secas) es una ciudad maravillosa”, sostiene el comandante del vuelo apenas aterriza en el aeropuerto internacional Galeao. Y sin perder el tiempo, nos predisponemos a disfrutar del irresistible mix de playas, caipiriña, fútbol, morros y noches de samba.

Dejamos las valijas en el hotel y partimos para desandar los seductores kilómetros y kilómetros de arena y mar, donde los cariocas se reúnen, se enamoran, hacen negocios, beben cervezas, leen, practican deportes y, sobre todo, le ponen la cálida y descontracturada cuota brasileña.

Muchos cariocas llegan en su bicicleta, con los auriculares conectados a los smartphones, colocan unos montículos de arena sobre las ruedas y ahí se estacionan para posar frente al sol. Cualquier momento es bueno para patear la pelota en la playa, ya sea jugando un partidito o un altinho, tratando de impedir que la pelota toque la arena. Tanto en varones como en mujeres, el fútbol es pasión que emerge como sangre caliente. Por ello, continuamente observamos a muchas chicas esculturales tratando muy bien a la redonda. Y como dijo Tom Jobim, “las bellas mujeres merecen aunque sea una mirada”.

El adorado sol

El extremo costero, desde Flamengo hasta el final de Barra de Tijuca, pasando por las renombradas Copacabana, Ipanema y Leblon, constituye un total de 27 postos, donde podemos identificar diversos universos sociales.

Basta con poner un pie en Copacabana para apreciar que fue “cedida” a los turistas y que los 12 puestos de Ipanema y Leblon esconden, cada uno, sus particularidades. Por ejemplo, al 10 de Ipanema van las familias; al nueve, los jóvenes cool; el ocho es zona gay; y un poco más allá, los cultores de los cuerpos torneados que adoran estar cerca de Arpoador, desde donde todos quieren ver caer el atardecer detrás del cerro Dos Hermanos.

El Posto 7 en la playa de Ipanema reúne a los surfistas.
El Posto 7 en la playa de Ipanema reúne a los surfistas.

Leblon es más familiar y Barra de Tijuca, la más larga con 18 kilómetros, resguarda artistas y gente de mejor posición socioeconómica. Es la preferida de los surfistas y donde se organizan fiestas espontáneas. Perfecta para los más jóvenes.

Cuando el sol comienza a apagarse, y luego de descender desde La Piedra de Arpoador, donde muchos van a presenciar la ceremonia del sol, recorremos la costanera y nos sentamos en uno de los barcitos a disfrutar de una caipiriña con un pincho de langostinos o unas rabas con una cervecita, mientras la brisa nos golpea el rostro y la vista se pierde en el azul del horizonte.

Escalera de Selarón. La obra del artista chileno fue hecha con cerámicas de distintas formas y colores, traídas de todas partes del mundo.
Escalera de Selarón. La obra del artista chileno fue hecha con cerámicas de distintas formas y colores, traídas de todas partes del mundo.

A nuestras espaldas, tanto en Copacabana como en Ipanema, las más solicitadas, los edificios custodian la avenida Atlántica y la Vieira Souto. Enfrente de esos gigantes complejos de viviendas, hoteleros y gastronómicos, las enormes extensiones de arena yacen prestas para el relax y el ocio.

Vale la pena caminar por la costanera en cualquier momento del día, apreciando el piso blanco y negro de piedra portuguesa que repite y alterna su diseño geométrico, mientras por los costados pasan runners -algunos con sus mascotas incluidas-, otros en bicicleta, en rollers o patinetas, rindiendo culto al cuerpo y evidenciando que la vida playera no es un detalle sino un estilo de vida.

Templos

Las tres catedrales corresponden a “las religiones” que se profesan en Brasil: la católica, la futbolística y la festiva. La Catedral de San Sebastián (foto) se alza imponente en las cercanías de Lapa, a escasos metros de Los Arcos. Por su parte, el Sambódromo, se convierte en centro de la alegría en febrero, donde las 10 escuelas de samba seleccionadas viven su particular éxtasis al atravesar la calle de Marqués de Sapucaí. El mítico Maracaná, renovado y modernizado por el Mundial de 2014, espera la llegada de los Juegos Olímpicos.

Porqué ir: el Cristo Redentor

Unos dos millones de personas llegan al año para conocer ao vivo el símbolo de Brasil, ubicado a 709 metros sobre el nivel del mar. El monumento fue inaugurado en 1931 y los viajeros buscan imitar la posición para la foto del book turístico.

Imperdibles de la cultura de Río

Favelas: “Niños de la calle”, “Comando Vermelho”, “Tropa de Élite”, “A.D.A.” –Amigos de los Amigos– son expresiones que forman parte de la realidad menos promocionada, pero que es posible conocer. Existen tours privados que permiten visitar este costado popular.

Bohemios: Santa Teresa y Lapa resultan dos bastiones socioculturales que no hay que pasar por alto. El primero es un barrio lleno de artistas locales, artesanía y color. En tanto, en Lapa, se refugia la movida

Santa Teresa es un barrio lleno de artistas.
Santa Teresa es un barrio lleno de artistas.

Datos útiles

CÓMO LLEGAR: desde Córdoba con Aerolíneas Argentinas, con una escala, desde 5.400 pesos. Con Latam, desde 4.200 pesos. Con Gol, desde 5.400 pesos.

PASEOS: Bike Rio permite alquilar bicis disponibles en diversos puntos (www.mobilicidade.com.br), a 20 pesos todo el día. Un tour completo por la ciudad (que incluye el Pan de Azúcar, Cristo Redentor, Sambódromo, playas y catedral) cuesta 975 pesos. En Plaza do Lido, en Ipanema, se puede comprar individualmente el tour hacia el Cristo y Pan de azúcar, 195 pesos cada uno. Visita a la Rocinha, 585 pesos (www.favelatour.com.br).

ALOJAMIENTO: Olinda Rio Hotel, situado frente a la playa de Copacabana, habitación doble con vista al mar, desde 1.900 pesos. Caesar Park Ipanema, habitación de lujo con vista al mar, desde 3.800 pesos. Copacabana Palace, habitación doble superior con vista a la ciudad, desde cinco mil pesos.

GASTRONOMÍA: Garota de Ipanema, su especialidad es la picana (carne asada) para dos personas, 390 pesos; la caipiriña, 46 pesos.

MÁS DATOS: www.rioguiaoficial.com.br

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