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Recomendable Canasvieiras

El menú de playas de Florianópolis es tan amplio como variado. Canasvieiras, Jureré y de los Ingleses, son las alternativas que se llevan las preferencias.
El menú de playas de Florianópolis es tan amplio como variado. Canasvieiras, Jureré y de los Ingleses, son las alternativas que se llevan las preferencias.

Con aguas calmas y casi cálidas, en esta época del año, donde uno puede elegir el lugar donde tomar sol, bañarse y hacer lo que quiera, ya que no hay gran cantidad de turistas todavía, Canasvieiras es un lugar recomendable por su seguridad y servicios para pasarla muy bien.

Con aguas calmas y casi cálidas, en esta época del año, donde uno puede elegir el lugar donde tomar sol, bañarse y hacer lo que quiera, ya que no hay gran cantidad de turistas todavía, Canasvieiras es un lugar recomendable por su seguridad y servicios para pasarla muy bien.

Desde Canasvieiras parten todos los días a las 11 dos barcos: Piratas del Caribe y Capitán Gancho. Con una agradable animación y vestimentas al estilo del taquillero filme, se puede disfrutar de un paseo de cinco horas en el que se conjugan el humor con la historia de este país, ya que la embarcación ingresa a la Fortaleza de Santa Cruz.

Allí, el guía relata pasajes del pasado, de la inmigración y de la conquista de los portugueses que se ubicaron en esa pequeña isla, cercana a Canasvieiras.

El barco también pasa por la Fortaleza de Anhatomirim, pero no ingresa porque desde 1992 este islote es una unidad de protección ambiental para los delfines, ya que es su área de alimentación y reproducción.  Lamentablemente, durante nuestra visita, el mar estaba muy picado; el día, de nublado pasó a lluvioso, y los delfines brillaron por su ausencia.

El costo de la excursión es de 45 reales, aparte del almuerzo que cuesta 15 reales sin bebida, en uno de los paradores.

Otra alternativa es la visita a la isla de Campeche. La salida es de Barra da Lagoa, en el barco Lagomar II (para 82 personas) y se navega una hora por mar abierto, con vista panorámica de las playas de Galheta, Mole y Joaquina; un trayecto de mar azul y olas enormes. Al llegar, día de playa en la isla más paradisíaca del sur de Brasil, con arenas claras y aguas cristalinas.

Caminatas por los senderos ecológicos, donde se encuentran pinturas rupestres, cavernas y exuberante mata atlántica. Como opcionales, se pueden practicar snorkel y buceo. Salida a las 8.30, todos los días y en jornada completa, por 75 reales.

Por otra parte, si pudo ahorrar unos cuantos billetes, unos días en Jureré (playa próxima a Canasvierias) es una opción válida. Con un puerto de yates y veleros, Jureré y Jureré Internacional son para bolsillos más exigentes.

Para quienes gustan de las emociones deportivas fuertes, la playa Ingleses es una sugestiva invitación. Con dunas espectaculares para hacer “todo terreno” y piruetas con un “cuadri”, hasta windsurf en las olas desenfrenadas que bañan sus costas.

Tras cruzar los gigantes de arena, podemos llegar a Santinho, con poca infraestructura hotelera pero con un entorno agreste y natural, en cuyas rocas se pueden ver inscripciones rupestres de hace más de 5.000 años.

Entre los proyectos más trascendentes, se está construyendo un superdomo para eventos y recitales, que tendrá capacidad para 75.000 personas, mientras que recientemente se realizó una carrera de karting con la presencia de Felipe Masa (piloto de Ferrari en la Fórmula 1) y otros destacados del deporte motor.

También merece un párrafo aparte la playa Joaquina. Ubicada a mitad de camino entre el norte y el sur, es la elegida por los surfistas ya que en verano se puede practicar este deporte las 24 horas, en virtud de que al ser sede del campeonato mundial de la disciplina se instaló un sistema de iluminación nocturna.

Bien aislada del mundo está la playa Armacao, desde donde parten los barcos que llevan a la isla de Campeche. Barcitos, arenas blancas como azúcar impalpable y mucha pesca, son el menú que ofrece esta parte de la isla bonita. Sin olvidarnos de las exquisitas ostras (esta zona es la primera productora de Brasil), una de las propuestas gastronómicas más importantes de la isla.

Pero si hacemos referencia al arte culinario, hay que destacar a Petit Bologna, bar y restaurante. Ubicado en la céntrica calle de Canasvieiras, Madre María Villac 1380, su propietario, Mauro Nichele, ofrece una tabla de frutos de mar que es como tocar el cielo con las manos. Un gigante centro de mesa regado de camarones con distintas preparaciones, rabas y pescados, acompañados con salsas bahianas, ensaladas de todo tipo y las infaltables papas fritas, son un cóctel perfecto para el disfrute del paladar.

También el salmón con salsa de maracuyá (un agridulce interesante) o si gusta de la carne, una buena tapa de cuadril (picanha brasileña) a la plancha, forman parte del top five de este lugar que se caracteriza por su atención. Una anécdota: a uno de sus mozos lo llaman Marley, por su parecido con el conductor de la TV argentina, y hasta se da el lujo de firmar autógrafos.