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Qué es el sobreturismo y por qué debería preocuparnos

Una multitud de turistas en el cerro Corcovado visitando el Cristo Redentor. (123RF)
Una multitud de turistas en el cerro Corcovado visitando el Cristo Redentor. (123RF)

Son varios los destinos del mundo que están diseñando estrategias para lidiar con la masificación turística, como París, Venecia o Grecia. Pasa también ocurre aquí en la Argentina: la viralización lleva un destino a la fama y la fama tiene sus consecuencias.

Sobreturismo es un neologismo formado a partir del elemento compositivo "sobre" -que indica intensificación o exceso- y el sustantivo "turismo". Su equivalente en inglés es overtourism y con este término se hace referencia al fenómeno de la masificación turística que sufren algunos destinos vacacionales que pasan de ser populares a estar tan llenos de gente que se vuelve una tarea imposible disfrutar de ellos, cuidarlos o gestionarlos de manera sostenible.

Cada vez que visitamos un destino turístico dejamos una huella en la flora y en la fauna del lugar. Y no sólo se trata de la falta de compromiso en la preservación de los recursos naturales sino, sobre todo, de los desechos de basura que generamos mientras estamos allí. Un rápido ejemplo muy utilizado: Venecia, por ejemplo, tiene 55.000 residentes y recibe a 30 millones de visitantes. Los residentes no pueden ir a comprar el pan ni pueden usar el transporte público. Todas las instalaciones de cualquier destino, que se ve sobrepasado de esta manera, entran en crisis.

Lograr la foto perfecta para Instagram 

En la actualidad, se suma otro punto más: la desesperación por hacer una publicación en Instagram en la que se vea el lugar icónico de moda y usar el hashtag de moda en el destino de moda. Sucede en la Fontana di Trevi, en la torre Eiffel, en las terrazas de Santorini o en el Cristo Redentor. Lo cierto es que nuestra conducta como turistas tiene impactos sociales, económicos, culturales y ambientales en un destino.

Termina siendo una odisea conseguir esa pic en el lugar más lindo, con la mejor luz, sobre un monumento o al lado de una construcción emblemática. Conseguir aquello que es instagrameable se ha vuelto una carrera desesperada que, la mayoría de las veces, aliena a la persona del momento que está viviendo. Sacar la mejor foto, la que tenga miles de likes y reacciones, puede volverse tedioso. No sólo para el que lo hace sino también para el que está al lado y para los habitantes del destino visitado.

Es cierto que hay una cuota grande de admiración por el lugar turístico -tal vez se trate de un viaje planificado por años y años-, pero también hay una cuota enorme de egoísmo en nuestro desempeño como visitantes. Ser turistas responsables, enfocados en la sustentabilidad de los lugares que visitamos, puede ser un aporte que comience a revertir los efectos negativos que provocan las masas.