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Puerto Rico: la tierra de Borinquén

PUERTO RICO. Playa Flamenco en la Isla Culebra (Marcela Marbián/La Voz).
PUERTO RICO. Playa Flamenco en la Isla Culebra (Marcela Marbián/La Voz).

Los pobladores originarios, los ya extintos taínos, llamaban Borinquén a Puerto Rico. Hoy sus pobladores viven repartidos bajo dos banderas, la puertorriqueña y la estadounidense. Por Marcela Marbián.

El capitán del avión nos anuncia que aterrizamos en San Juan. Desde el aire ya nos habíamos hecho una idea del lugar al que llegábamos, una tierra rodeada de agua, edificios, arenas blancas, barcos, barquitos, colores...

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Me detengo acá, en el Puerto Rico de los colores intensos: para alguien que trabaja con la luz, estos tonos son, definitivamente, una paleta completa de tonalidades. En estas tierras se pueden conocer nuevos nombres de fantasía, como el verde agua, el azul océano, el fucsia. Aquí, calor y color no es sólo un juego de palabras, es también un juego de sentidos.

“La tierra de Borinquén / donde he nacido yo / es un jardín florido, / de mágico primor”, canta el himno nacional puertorriqueño, llamado “La Borinqueña”. Es que Borikem o Borinquén era el nombre indígena que sus pobladores originarios, los ya extintos taínos, le dieron a la isla hasta que Cristóbal Colón la nombró San Juan Bautista en 1493. Recién adquirió su nombre actual alrededor de 1520.

Llegamos a Puerto Rico, ese pequeño país mundialmente conocido como “isla del encanto”, esas tierras donde el sol brilla distinto. Llegamos Puerto Rico, una revelación cada día.

Aquí, cada sonrisa va acompañada de un “que tenga una buena estadía” o “pa\' lo que guste”, Siempre dispuesto a charlar, el puertorriqueño no escatimará modismos y sinónimos. Arrastrando las palabras y enfatizando algunas letras, como la ele, resulta hermoso escucharlos.

Ismael, el chofer que nos lleva al hotel, recibe Clarín en su smartphone y nos cuenta el último día de sucesos en Argentina. Inmediatamente después nos relata cómo llegaron miles de inmigrantes desde República Dominicana. Luego nos cuenta que en la década de los \'80 la situación era complicada, sobre todo con la crisis económica y la inseguridad, y que en esos años gran parte de los residentes de la capital se mudaron a los suburbios. Hoy eso se está revirtiendo y las familias buscan volver a la capital y residir más cerca de sus trabajos.

Empedrado y azul. Las partes más antiguas del distrito del Viejo San Juan permanecen parcialmente rodeadas de paredes y fortificaciones masivas. Algunas de estas, como el Castillo San Felipe del Morro, el Fuerte San Cristóbal, el Fortín de San Gerónimo y el Palacio de Santa Catalina, también conocido como La Fortaleza, sirvieron como defensa principal de la ciudad que estuvo sujeta a numerosos ataques.

El más llamativo es el Castillo San Felipe del Morro, un fuerte construido por los españoles en el siglo XVI en el extremo norte de la capital. Por años vigiló la entrada de la bahía de San Juan y protegió la ciudad. Hoy forma parte del Sitio Histórico Nacional de San Juan y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por las Naciones Unidas en 1983.

Estas construcciones son conservadas en tan buen estado que La Fortaleza continúa funcionando como la mansión ejecutiva del gobernador.

Con la abundancia de tiendas, lugares históricos, museos, restaurantes, su belleza antigua y peculiaridad arquitectónica, el Viejo San Juan es uno de los ejes turísticos de la isla.

Callecitas centenarias adoquinadas de un azulado particular. ¿Saben el por qué de ese color?, nos pregunta la diligente Mélani, nuestra guía, sabiendo que sería ella la que al final daría la respuesta: “Es por el gran componente de escoria y hierro”.

En el paseo uno se encuentra con gran cantidad de restaurantes, negocios de venta de regionales, bares y elegantes boutiques. En cada esquina, la modernidad se choca con fachadas históricas recuperadas. Se debe usar calzado cómodo y ropa liviana, ya que el clima es tropical, con una temperatura promedio mínima que llega a los 20º C.

Durante el paseo se puede almorzar en Café Puerto Rico, donde sirven comida criolla. Nos disponemos a degustar variados platos de su cocina regional: el mofongo, un plato típico hecho de plátano verde frito; sancocho, sopa de consistencia espesa, elaborada con varios tipos de carnes, legumbres y verduras, o arroz mamposteao, con habichuelas coloradas acompañado con carne de cerdo, cocinados en una misma olla con un sofrito al estilo de Puerto Rico.

No deja de llamarnos la atención la contundencia de la comida típica puertorriqueña, dadas las altas temperaturas que hay todo el año en el país. “Estamos acostumbrados, parece que metabolizamos muy bien”, bromea Vivi, quién nos acompañará, y de la mejor manera, el resto del viaje.

Al este del Viejo San Juan se ubica la zona residencial y turística del Condado, la zona más exclusiva de San Juan, donde se encuentran las tiendas y los departamentos más caros de toda la isla, rodeados de importantes hoteles y restaurantes donde el turismo, sobre todo norteamericano, disfruta de las playas infinitas que lo bañan.

En contrapartida, uno de los principales puntos de interés popular y artístico de San Juan es la Placita Santurce, donde se respira aire de feria durante el día y se escucha salsa durante toda la noche. La Placita cuenta con reconocidos restaurantes y es el lugar favorito para el after-office. De jueves a sábados, la música comienza a sonar a las 18. Se puede bailar salsa o merengue, con música en vivo, y tomar una (o varias) cerveza Medalla “vestida de novia”.

Lo que hay que saber

Cómo llegar. Con Copa, desde Córdoba, el vuelo vía Panamá arriba a Puerto Rico a las 11.43 y de regreso, sale a las 6.30 y llega a Córdoba a las 0.43. Tarifa final: desde U 1.851.

Precios. Alquiler de auto (compacto): U 40; taxi aeropuerto - centro (área turística), entre U 12 a       U 20; contratar un guía para recorrer el Viejo San Juan, entre U 45 y U 50 (a veces lo combinan con Balardi, pero, la entrada es gratis e incluye dos tragos); ferry a Culebra,        U 4.50; avioneta a Culebra, desde San Juan U 140 y desde Ceiba, en el este de la isla, U 80; snorkel, U 60 (van a varios arrecifes incluye equipo y kayak); Toro Verde, ocho cables, U 85, y Bestia, U 65; bahía bioluminiscente, U 50 a U 55.

Dónde comer. Budatai, cocina fusión asiática, desde U 25; Café Puerto Rico, comida criolla, desde U 10; El Mesón Sándwiches, desde U 7.

Alojamiento. Conrad San Juan Condado Plaza, cuatro estrellas, desde U 130 la habitación doble. En la Web: www.condadoplaza.com

Hotel Plaza de Armas (dos estrellas), desde U 84 la habitación doble. En la Web: www.plaza-de-armas-san-juan.h-rez.com