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Profundas emociones habaneras

Plaza Fundacional, entre fortalezas y torres. La venta de libros es un rasgo notable en la capital de Cuba.
Plaza Fundacional, entre fortalezas y torres. La venta de libros es un rasgo notable en la capital de Cuba.

En uno de los laterales de la Plaza de Armas está El Templete, pequeño edificio rodeado por el Palacio de los Capitanes Generales, el castillo de la Fuerza y el palacio del Segundo Cabo. 

En uno de los laterales de la Plaza de Armas está El Templete, pequeño edificio rodeado por el Palacio de los Capitanes Generales, el castillo de la Fuerza y el palacio del Segundo Cabo. En el perímetro, un ejemplar de ceiba habría sido el altar natural de la primera misa en la isla y cobijo de la primera reunión del Cabildo.

El Templete, de estilo neoclásico con capiteles dóricos y pilastras, tiene en el interior tres murales que representan la primera misa, el primer cabildo y la ceremonia de inauguración.

Lo curioso es que muchos historiadores se enfrentan en estériles polémicas (no hay documentos) sobre la fecha y lugar de la fundación, de la que aseguran hubo tres, y la razón del nombre San Cristóbal de la Habana. Algunos afirman fue en homenaje a Cristóbal Colón y otros lo adjudican al patrono de la navegación y los viajeros.

Más allá de discusiones, el espacio dominado por la colosal ceiba dio origen a una arraigada tradición popular. Cada víspera del 16 de noviembre, fecha que la tradición oral considera ocurrió la fundación, una peregrinación de cientos de habaneros da tres vueltas al árbol, arrojan una moneda en sus raíces y piden un deseo. El ritual obedece al sincretismo cultural y religioso surgido de creencias aborígenes, de esclavos africanos y de españoles.

Tras la cena se organizó una caminata nocturna por el malecón que llevó a la Plaza Fundacional. De manera sorpresiva, un par de viejos músicos callejeros que al enterarse de que había alguien de Córdoba, guitarras en mano, entonaron la popular creación del cantautor cubano Carlos Puebla Hasta siempre comandante.

“Aquí se queda la clara, La entrañable transparencia, De tu querida presencia Comandante Che Guevara”.

Martí, omnipresente

José Martí fue un pensador, filósofo y político cubano que creó el Partido Revolucionario en su país y, como poeta del siglo 19, fue uno de los más trascendentes en Latinoamérica. Trascendió más allá del tiempo y sus poesías fueron motivo de inspiración de numerosos trovadores contemporáneos, como Silvio Rodríguez. Numerosos monumentos lo recuerdan a lo largo y ancho de la isla.

Valia, guía cubana, se explaya en fechas, episodios y detalles al grupo de argentinos concentrados al pie del monumento a Martí, en el corazón del Parque Central. En un impulso espontáneo los viajeros dejaron brotar la sencilla estrofa de la difundida poesía: “Cultivo una rosa blanca en junio como en enero...” , simple gesto que resultó un sincero tributo a la legendaria figura.

Cosas que ocurren en La Habana.

De Hemingway a Lennon y Evita

San Francisco de Paula está a 15 kilómetros de La Habana y ese pueblo cobra notoriedad por la Finca-Museo Vigía, en la que fue vivienda del escritor estadounidense Ernest Hemingway.

El escritor vivió más de dos décadas en esa casona de casi cuatro hectáreas, rodeada de una profusa vegetación autóctona.

Declarada museo el 21 de julio de 1962, sólo se puede observar el interior a través de puertas y ventanales abiertos. La entrada cuesta 5 CUC.

Consta de una sala principal con el mobiliario original: un revistero con publicaciones de época; numerosas cabezas de animales embalsamados, producto de su afición a la caza, y muebles. Por uno de los ventanales se ve el escritorio con la pequeña máquina de escribir y la biblioteca, que atesora más de un millar de libros de autores como Honorato de Balzac, Mark Twain y Pérez Galdós.

El baño, el comedor y dos dormitorios; en el parque la piscina, y bajo un tinglado protector “Pilar”, la embarcación que utilizaba en los recorridos marinos que lo inspiraron a escribir El viejo y el mar. Añadida a la casa se encuentra una torre de 12 metros con piezas del museo y en el sector más alto, el telescopio que solía utilizar para escudriñar el límpido cielo habanero.

John Lennon

En la década de 1960, todo lo que fuera inglés era mal visto. No hubo una prohibición oficial, pero se dejó de escuchar a The Beatles por el “diversionismo ideológico”. Sin embargo, a escondidas y con radios rusas de potentes antenas, numerosos jóvenes se juntaban para escucharlos.

Después de la muerte de Lennon hubo una apertura hacia su figura y en el parque ubicado en El Vedado, reducto de la generación rockera, se colocó una estatua de tamaño natural de John.

La figura luce anteojos que con bastante frecuencia son robados y por ese motivo se asignó a un cuidador. Es Juan, que tiene 97 años, y en el bolsillo de su camisa lleva los “espejuelos” al decir de los cubanos. Cada vez que alguien se acerca a la escultura se los coloca.

Frente al parque se encuentra el Centro cultural Artex “Submarino amarillo”, con numerosos recuerdos del cuarteto inglés.

En el mismo barrio, el Parque de Venus en una de sus esquinas muestra un busto de Eva Perón, que fue inaugurado en 2010 por la presidenta Cristina Fernández. La placa dice: “En homenaje a la mujer argentina que luchó con rebeldía y pasión por la dignidad del pueblo argentino”.