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¡A planificar las vacaciones! 11 playas destacadas de Florianópolis

La isla de Santa Catarina, en sus 58 kilómetros de largo y 18 de ancho, está llena de atractivas playas y de contrastes.

Magníficos paisajes y disímiles playas. Una vez dentro de la isla de Santa Catarina, uno entiende por qué suele ocupar destacados puestos en los rankings de calidad de vida urbana.

Con Florianópolis como capital, una urbe moderna con buenos servicios y zonas de compra, la isla brasileña ubicada enfrente del continente y comunicada a través de tres puentes es un destino turístico que reluce por su trinomio de sol, arena y mar.

DATOS IMPORTANTES. Información útil para veranear en Florianópolis.

Si bien la mayoría de los viajeros accede a los puntos turísticos nórdicos, en la diversidad geográfica reside gran parte de su encanto. Estas son algunas de las playas que forman parte de su nutrida oferta:

Canasvieiras. La clásica y conocida playa del litoral norte, a 27 kilómetros del centro de Florianópolis, tiene arenas bañadas por aguas cálidas y cristalinas, y atrae por su infraestructura y belleza natural. Con una agitada vida nocturna, es una de las preferidas de argentinos y uruguayos.

Cachoeira do bom Jesús. Emplazada en medio de una gran bahía y con aguas tibias y mansas, se trata de una playa óptima para los deportes náuticos y para provechosas jornadas en familia con niños pequeños. Ofrece una hermosa vista y una amplia red de servicios turísticos y de ocio.

Daniela. Este destino con nombre de mujer se caracteriza por ser familiar y tranquilo. Rodeada de vegetación y con agua calma y pulcra, es una interesante opción para quienes disfruten de caminar, andar en bicicleta o pescar. La silueta que acaricia el mar es de 3 kilómetros.

Jureré internacional. Buenas edificaciones, amplias calles, negocios comerciales y boliches de fama internacional. La farándula brasileña acude aquí, para muchos "la Ibiza del Atlántico Sur". La parte costera de este reducto tiene feeling con jóvenes que buscan diversión en pool parties mentadas por el exclusivo Parador 12.

Ingleses. Es uno de los principales balnearios de la isla, también con marcada afluencia de compatriotas. En sus cinco kilómetros de playa hay dunas y arenas empalmadas a agua transparente de una belleza particular. No falta la variada oferta de deportes y actividades físicas que son parte de la rutina de los que juegan de local.

Santo Antonio de Lisboa. Se trata de un pueblo catarinense típico, con su iglesia de origen colonial y un casco urbano con casas bajas a la vera del agua. Tiene una pequeña playa y un paseo marítimo al que se asoman algunos restaurantes. Desde la orilla se contemplan las plácidas aguas y los puentes de Florianópolis.

Mole. En sus casi mil metros de arena fina y blanca convergen jóvenes, surfistas y practicantes de parapente que imponen un espíritu vibrante de intenso ritmo nocturno. Si bien las fuertes olas la distancian un poco de la familias con niños pequeños, tiene un foso de agua que es muy disfrutado por los menores.

Lagoinha do Leste. Apacible y poco concurrida, está ubicada sobre una ensenada estrecha. Muchas voces la catapultan como la joya de la isla. Tiene un acceso complicado que obliga a una caminata atravesando el morro. Sin embargo, la naturaleza del lugar justifica cualquier esfuerzo. Excelente alternativa para los más aventureros y simpatizantes del ecoturismo.

Santinho. Es una de las playas más amplias, pero también una de las más alejadas del centro –está a 40 kilómetros–. Ofrece un mar abierto y agitado, con olas que convocan a los amantes del surf y bodyboard. Otra atracción es el Museo Abierto de Arqueología, con antiquísimos grabados rupestres.

Joaquina. Al este de la isla se ubica esta playa, conocida por sus torneos nacionales e internacionales de surf. Muy cerca están las dunas de Joaquina, elegidas por los practicantes de sandboard. En el mismo lugar se alquilan tablas.

Isla de Campeche. Queda justo enfrente de la playa homónima. Para acceder a este enclave de aguas turquesas, arenas blancas y abundante vegetación, hay que trasladarse hasta el sur de la isla. En unos pocos minutos de navegación se accede a este pedazo de Caribe brasileño con 500 metros de arena que miran hacia los morros.