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Piriápolis: playas y mística, sin prisa ni pausa

Imperdible. Desde el mirador de la Virgen de los Pescadores se puede ver gran parte de la bahía de Piriápolis. (Mario Rodríguez)
Imperdible. Desde el mirador de la Virgen de los Pescadores se puede ver gran parte de la bahía de Piriápolis. (Mario Rodríguez)

La ciudad uruguaya es ideal para disfrutar sin apuros de un tranquilo ambiente familiar y conocer historias y lugares llenos de misterio sin renunciar a la vida nocturna.

La gente, de este lado del charco, todavía no acostumbraba a bañarse en el mar cuando Francisco Piria, inspirado en los balnearios europeos de la belle epoque, fundó en 1890 Piriápolis, en Uruguay. El fundador, empresario inmobiliario uruguayo, compró 2.700 hectáreas en la costa uruguaya que incluían cerros y playas. Pero, dicen los que saben, fueron los fuertes campos energéticos del lugar lo que decidió la inversión.

Es que Piria, además de emprendedor, fue un conocido alquimista. De hecho, el diseño de la ciudad incluye símbolos propios de la alquimia que le otorgan su popular aura mística.

Calma. Las playas ubicadas hacia el oeste de la ciudad son menos concurridas y con el mar más agitado. (Mario Rodríguez)
Calma. Las playas ubicadas hacia el oeste de la ciudad son menos concurridas y con el mar más agitado. (Mario Rodríguez)

Piriápolis en números

Ubicada en el departamento de Maldonado, a 98 kilómetros de Montevideo y a 40 de Punta del Este, Piriápolis tiene cerca de 10 mil habitantes que se multiplican por tres durante el verano. Unos 20 kilómetros de playas, tres cerros, puerto, aerosilla, rambla y el balneario uruguayo más cercano para los argentinos completan el combo.

Despertar en Piriápolis

Abrí los postigos del hotel Argentino al amanecer. A esa hora, la sombra de la inmensa mole cruza la avenida costanera y llega hasta la playa. Inicié la caminata hasta el puerto. Durante el trayecto me crucé con un señor que paseaba dos setters, con una pareja que viajaba en bici y con el personal de mantenimiento municipal que podaba los árboles sobre la ancha vereda de la rambla. Salvo la mujer de la playa que no me vio mientras la fotografiaba, con su reposera y termo semienterrados en la arena, un libro en la mano izquierda y el mate en la derecha, todos me saludaron. Un detalle menor, pero que suma.

Vecina glamorosa: Punta del Este 

El puerto de Piriápolis es una maraña de embarcaciones. Es muy temprano para que los lujosos yates se muevan. En cambio son los lanchones llenos de redes, sogas y poleas de los pescadores los que van y vienen, con las infaltables gaviotas y las garzas blancas al acecho.

Pescadillas, cazones, angelitos y pejerreyes son algunos de los pescados ofrecidos en las pizarras de las pescaderías frente al puerto, otro clásico del lugar.

Me acordé del desayuno e inicié la vuelta mientras la ciudad recién empezaba a desperezarse. Las playas empiezan a habitarse. Hay gente al trote por la playa, otros pedalean por la rambla, unos pocos niños en el agua y algunas sombrillas. El señor de los setters, transpirado, también vuelve.

Cada playa tiene lo suyo

Convocante. La playa del centro de Piriápolis reúne a miles de veraneantes uruguayos y argentinos. (Mario Rodríguez)
Convocante. La playa del centro de Piriápolis reúne a miles de veraneantes uruguayos y argentinos. (Mario Rodríguez)

La playa del centro es la más popular y los veranos reúnen multitudes charrúas y argentas. Ubicada sobre La rambla de los argentinos, coincide con el centro comercial de Piriápolis con paseos de compras, restaurantes y bares.

Dividida por espigones, unos muros de cemento perpendiculares a la costa, para frenar la acción del mar sobre la arena, sus aguas calmas a veces se transforman en una inmensa pileta. Cuenta además con un espacio exclusivo para la práctica de deportes acuáticos, como el windsurf, el jet sky y la infaltable banana boat, y otro con canchas de vóley y fútbol playero.

La querida de Uruguay: Colonia 

Para los que buscan que lo único agitado sea el mar y una mayor distancia con la sombrilla vecina, hay para elegir. Hacia el oeste, Playa Grande, el balneario más pequeño del lugar con zonas rocosas donde se forman piletas naturales. Playa Hermosa, a cuatro kilómetros del centro, que en sus límites tiene puntas rocosas que la protegen del viento. Playa Verde, a cinco kilómetros, muy silenciosa, ideal para el descanso entre el cerro y el mar. Las Flores es la playa de los locales, donde se practican deportes y pesca, a siete kilómetros. Bella Vista, a nueve kilómetros del centro, es una playa angosta muy familiar, con canto rodado y mucha naturaleza. Playa Solís, a 12 kilómetros, es la más alejada con dunas alrededor en la confluencia del arroyo Solís con el Río de la Plata.

Hacia el este, después del puerto y del cerro San Antonio, la playa San Francisco (claro, en honor a Piria) ofrece más olas, lo que la convierte en la más buscada por los surfistas. Punta Colorada, quizás la más pintoresca y adorada en las redes sociales, es una punta rocosa que entra en el mar, ideal para la pesca. A 10 kilómetros de Piriápolis, Punta Negra es una playa prácticamente virgen.

Reunión. En el puerto de Piriápolis confluyen los lujosos yates con los lanchones de los pescadores. (Mario Rodríguez)
Reunión. En el puerto de Piriápolis confluyen los lujosos yates con los lanchones de los pescadores. (Mario Rodríguez)

Imperdibles fuera del agua

El Cerro San Antonio es uno de paseos recomendados. En aerosilla, en auto o caminando, no hay excusa para no visitarlo. En el trayecto, la Virgen de los Pescadores mira hacia el mar y ofrece panorámicas increíbles. En la cumbre, el templo de San Antonio tiene un panorama fantástico de la bahía, el puerto, el centro de la ciudad y las playas cercanas.

Muy cerca, la Fuente de Venus, otra obra de Francisco Piria, es una réplica de los templos de Venus en Italia y Francia. Rodeada de espacios verdes y juegos infantiles es ideal para una visita en familia.

Por uno de los caminos laterales a la fuente se accede al Cerro del Toro. En auto o a pie, se llega hasta la estatua de hierro de un toro del cual brota agua mineral por su boca. Hasta la cumbre se llega caminando. Alcanza con un poco de esfuerzo, pero vale la pena.

A solo 7 kilómetros del centro se puede visitar el Castillo de Piria, que fue el lugar de residencia del fundador de Piriápolis. El lugar puede ser visitado y está abierto de 10 a 17.

Con gran cantidad de símbolos místicos, el Castillo Pittamiglio, residencia de Humberto Pittamiglio, un alquimista discípulo de Piria, tiene una imponente fachada de estilo medieval, aunque es pequeño por dentro. Algunas de sus curiosidades: tiene pasillos que no conducen a ningún lado y el baño, en vez de espejo, tiene una ventana desde la cual se ve el Cristo Redentor ubicado en el jardín.

Fachada. Imponente por fuera, pequeño por dentro, el Castillo Pittamiglio forma parte de la ruta mística. (Mario Rodríguez)
Fachada. Imponente por fuera, pequeño por dentro, el Castillo Pittamiglio forma parte de la ruta mística. (Mario Rodríguez)

El hotel Argentino, inaugurado en 1930, es quizás la obra cumbre del fundador de Piriápolis. Además de ser una de las mejores opciones para alojarse en la zona, se constituye como uno de los grandes atractivos de la ciudad. Con más de 300 habitaciones, recorrerlo es un viaje en el tiempo ya que mantiene el mobiliario original con el que fue inaugurado.

Clásico. El Hotel Argentino fue inaugurado en 1930, aún conserva el mobiliario original. (Mario Rodríguez)
Clásico. El Hotel Argentino fue inaugurado en 1930, aún conserva el mobiliario original. (Mario Rodríguez)

Estos y varios atractivos más, incluidos en la propuesta turística ruta mística, forman parte de las obras de Francisco Piria a las cuales se le atribuyen connotaciones alquímicas y llenas de simbolismos ocultos.

Más allá de nuestras creencias, cada lugar mencionado es un paseo imperdible para meternos en la historia del lugar, o bien una propuesta cuando el mal tiempo nos corre de la playa.

Datos útiles

CÓMO LLEGAR. El ferry de Colonia Express tiene tres frecuencias diarias a Colonia desde Buenos Aires y bus de traslado a Piriápolis y Punta del Este. Desde 2.740 pesos el tramo (barco más bus). También tiene bodega para vehículos y ofrece paquetes de alojamiento en pesos y en cuotas con tarjeta de crédito. www.coloniaexpress.com. En bus, Córdoba a Buenos Aires Desde 2.300 pesos el tramo en coche semicama. www.nuevachevallier.com. En bus, Córdoba a Montevideo desde 2.850 pesos el tramo en coche semicama. www.ega.com.uy.

ALOJAMIENTO. El Hotel Argentino tiene una promoción por plan anticipado por siete días en habitación doble con desayuno y media pensión (incluye todos los servicios del hotel). En enero, la tarifa es 208 dólares por día, en febrero 188 por día. Para una familia con dos hijos menores de 12 años, tiene una promoción de 58 dólares por día por persona en base cuádruple (mínimo siete días). Incluye desayuno y cena. En febrero, 54 dólares por persona. www.argentinohotel.com.uy.

MÁS DATOS. www.maldonado.gub.uy.