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Perú extremo, exclusivo para intrépidos

El país latinoamericano es un exitoso destino cultural de abundante patrimonio histórico y arqueológico. La geografía colosal que abarca justifica de manera contundente la nueva propuesta dirigida a viajeros de espíritus más osados.

Los más aventureros observan a la cordillera de los Andes como el desafío más comprometido y anhelado para realizar distintas actividades tales como senderismo, andinismo y escalada. Sobre el colosal cordón montañoso hay más de 12 mil lagunas, picos nevados que superan los 6.000 metros sobre el nivel del mar, cañones de los más profundos del mundo y pintorescos valles y poblados.

La geografía peruana es tan generosa que también cuenta con ríos torrentosos que propician la práctica del canotaje, con la alternancia de senderos para hacer mountain bike y abundantes vientos que invitan a los aladeltas y parapentistas. Esta actividad que desafía a volar, en el Valle Sagrado (Cuzco) permite observar desde las alturas ese patrimonio inca al igual que en el callejón de Huaylas (Áncash) cuya panorámica pone en foco la apabullante vista de los nevados.

Sin embargo, no es necesario ir hasta esos paisajes más distante, ya que la particularidad del territorio de Lima, la capital, permite emular a los pájaros en el acantilado de la Costa Verde y sobre el mar.

Paraíso de aventura 4x4

Si un aficionado a la aventura 4x4 pensara en diseñar un circuito de off road que contenga todos los tipos de suelo posibles, el resultado sería algo muy parecido a la geografía peruana.

Esparcidos sobre esa geografía se encuentran inmensos desiertos costeros con espectaculares formaciones de arena y dunas entre cientos de kilómetros de playas sin accesos definidos. Del mismo modo, se recorren pueblos de la sierra enmarcados entre valles, lagunas y selva. Entre tanta variedad de paisajes el denominador común es la hospitalidad peruana, sobre todo en pueblos del interior donde gente sencilla y agradecida se convierten en excelentes anfitriones.

La característica del 4x4 en ese país es la posibilidad de avanzar por enormes desiertos llenos de obstáculos naturales, cumbres a 5.000 metros sobre el nivel del mar y llanuras amazónicas llenas de lodo.

Ciclismo

En la variopinta geología se destacan dos propuestas para los amantes de las dos ruedas. Una es recorrer las rutas del pasado que transcurren por antiguas vías incas y preincas, sitios arqueológicos y pintorescos pueblos en diferentes pisos ecológicos en pocas horas.

Desde Olleros (sur de Lima) se inicia un descenso de 3.600 metros en 70 kilómetros de recorrido. Miles de adeptos ciclistas visitan en la actualidad quebradas y caminos de herradura y llenan de colores esos paisajes.

La otra variante es avanzar en la montaña.

Una maravillosa manera de conocer el entorno de Cuzco es en mountain bike. El periplo comienza en Chincheros, por el camino a Moray, magnífico sitio arqueológico circular de 150 metros de profundidad que fue usado en la época de los incas para experimentos agrícolas.

Luego continúa por una ruta cuesta abajo para ver las minas de sal, y Maras, un típico pueblo andino.

Montarse en una bicicleta es una inolvidable manera de recorrer el Valle Sagrado y las montañas cubiertas de nieve al norte de Cuzco.

Canotaje y kayak 

Los Andes peruanos y sus profundos cañones convierten al Perú en un escenario magnífico para el canotaje.

Los ríos de mayor renombre son el Apurímac (clase II y V), el Cotahuasi, en Arequipa (clase V) y el Tambopata, en la selva.

El lago más alto del mundo, el Titicaca (Puno), es la mejor elección para el kayak.

En esos escenarios hay más de una docena de ríos que superan los 600 kilómetros de largo. Porque además, sólo los cinco ríos más largos totalizan cerca de 7.000 kilómetros de recorrido dentro del territorio peruano.