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Perfecta amalgama de culturas

Arequipa. La Plaza de Armas ocupa el corazón de la ciudad y a su alrededor se encuentran relevantes edificios públicos y la Catedral.
Arequipa. La Plaza de Armas ocupa el corazón de la ciudad y a su alrededor se encuentran relevantes edificios públicos y la Catedral.

La bella ciudad peruana honra el galardón de la Unesco, al conservar la magia de tradiciones ancestrales y la herencia colonial en su arquitectura. El atractivo binomio está rodeado de los colosales volcanes Misti, Pichu Pichu y Chachani.

Cuentan que en un pasado ya remoto, al inicio de los tiempos, la montaña Pichu Pichu se enamoró de su vecina Chachani, pero los dioses no vieron con buenos ojos la relación por la diferencia de razas (la primera de roca y la segunda de nieve). Por ello, la divinidad levantó un guardián en medio de los amantes y así nació el cerro Misti. Ante esto, el Pichu Pichu renegó contra la Pachamama y la madre tierra se vengó con turbias cataratas, de manera que el Pichu Pichu, asustado cayó de espaldas sobre la cumbre más alta y quedó convertido en piedra.

Cualquiera que hoy observar las cimas de esas montañas ve claramente la figura del indio dormido.

Como éstas, miles de leyendas forman parte de Arequipa y conviven con sus habitantes.

Y esa es la razón que anima a aconsejar que para conocer la ciudad hay que caminar y conversar con los arequipeños y así, descubrir la esencia.

Arequipa, es la segunda ciudad en importancia luego de Lima y en su interior se atesoran los secretos de las famosas monjas de clausura del Convento de Santa Catalina y los encantos de su casco histórico.

Fuera del área urbana se ve el mismo trabajo del hombre a través de los siglos, en las laderas de cultivo y viñedos, tal como era entonces.

Recorridos

Plaza de Armas. Rodeada por la Catedral y diversos portales, la plaza posee una hermosa fuente de bronce de tres platos coronados con la figura de un soldado del siglo XVI.

Catedral. Es uno de los primeros monumentos religiosos del siglo XVII en la ciudad. Tiene estilo neoclásico.

Complejo La Compañía. Está integrado por diversos edificios levantados por los jesuitas para tareas clericales y vivienda. Representa a la arquitectura religiosa del siglo XVII.

Monasterio Santa Catalina. Construido para albergar a las hijas de las familias más distinguidas de la ciudad con vocación religiosa. Consta de claustros de diversidad arquitectónica. Uno de los ambientes fue acondicionado como pinacoteca para exhibir lienzos de las escuelas cuzqueña, quiteña y de influencia arequipeña.

Barrio San Lázaro. Callejuelas, pasajes estrechos, pequeñas plazas y amplias casas conforman el barrio típico de la antigua Arequipa. Allí se establecieron los dominicos en 1538, con una ermita utilizada para la evangelización. Destaca un pequeño puente que une la hoy iglesia de San Lázaro y su plazuela con el resto del barrio.

Casa Goyeneche. De estilo colonial conserva lienzos de la escuela cuzqueña y esculturas de la escuela granadina del siglo XVII. Su nombre recuerda a don Juan de Goyeneche y Aguerreverre, quien la adquirió en 1782.

Valle del Colca. Con una profundidad de 3.400 metros (dos veces la del estadounidense Cañón del Colorado), se erige el valle del Colca, uno de los principales atractivos arequipeños.

Con un largo de 100 kilómetros ocupa un sector de la cuenca del río Colca y desde lo alto del cañón, varios miradores facilitan la vista del paisaje y el seguimiento del vuelo de cóndores.

El Valle y Cañón del Colca muestran los andenes preincas cultivados hasta hoy con quinua, maíz, cebada y trigo.

En épocas prehispánicas el departamento fue habitado por las culturas collaguas y cabanas y en la actualidad los habitantes de la región conservan las iglesias coloniales y siguen vistiendo hermosos trajes típicos.

La zona además es ideal para la práctica de deportes de aventura.

Comer y dormir. Arequipa y el Cañón del Colca se caracterizan por su gastronomía, portentoso bastión que es producto del mestizaje entre la cocina andina ancestral y la española.

Variados platos, en general de sabores fuertes, como el camarón de río y rocoto, especie de ají grande picante. Estos platos, son servidos en los restaurantes criollos o en los caseros tradicionales llamados “picanterías”.

En cuanto a alojamiento la zona recibió gran inversión en infraestructura hotelera y se anunció la creación de nueve establecimientos en las categorías 4 y 5 estrellas, para Arequipa y el Valle del Colca.