Nueva Zelanda se convirtió en un destino muy popular entre todos los viajeros del mundo. Por esta razón, el Gobierno local decidió introducir un impuesto turístico que se le cobrará a quienes visiten el país.

El arancel, de 25 dólares aproximadamente, entrará en vigor a fines de 2019. El objetivo es que los turistas ayuden a financiar las estructuras que ellos utilizan durante sus visitas y que favorezcan a proteger el entorno natural de la zona.

Todo el dinero recaudado será destinado a mejorar los servicios turísticos como baños, senderos, estacionamientos y proyectos de conservación y mejora para todo lo que es entorno natural: plantaciones nativas, programas de mejoramiento y erradicación de depredadores.

Se espera que durante el primer año se recauden alrededor de 56 millones de dólares, dinero suficiente para comenzar con lo que se tiene en mente.

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¿Quiénes deberán pagar?

El impuesto será aplicado a la mayoría de los viajeros. Según lo adelantado, quedarán excluidos los menores de dos años, ciudadanos australianos, residentes permanentes, personas de los países del Foro de las Islas del Pacífico e individuos con determinadas visas.

El gravamen se recaudará a través de los aranceles de la visa y mediante un proceso propuesto por Electronic Travel Authority.

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