Mundial 2018: Samara, ciudad de barriletes cósmicos

El Cosmos Arena será sede del balompié para Uruguay, Costa Rica, Dinamarca y Senegal. El estadio más grande construido para el próximo Mundial parece una nave extraterrestre. Esta obra está ubicada en la ciudad donde se construyó el cohete que llevó al primer hombre al espacio: Samara, sede de universidades e institutos aeroespaciales con sus respectivos museos.

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Este destino es la Villa General Belgrano de Rusia: en Samara se fabrica la cerveza más popular de la Federación y hay centenares de fábricas artesanales. Se acompañan con platos de aves y pescados con setas y miel. Se recomienda el kulebyaka, pastel relleno de salmón, huevos duros y hongos con eneldo y limón.

Durante la Segunda Guerra Mundial, un tal Stalin eligió a esta ciudad como refugio debido a su clima y la lejanía del centro de Europa. Samara tiene el tamaño de Córdoba. Entre sus orgullos, figuran el muelle sobre el río más largo de Rusia (unos cinco kilómetros de extensión total) y la plaza más grande de Europa (unos 18 kilómetros cuadrados). Ese espacio público recuerda que, alguna vez, la ciudad se llamó Kúibyshev.

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Aquí no se encuentra la escasa vegetación de la tundra ni las coníferas de la taiga, el típico bosque boreal. El paisaje de Samara es rural con vista a las dunas, protagonistas de hermosas películas como El blanco sol del desierto. Para el viaje en tren o en avión se recomienda algo del otro Tolstói: Alekséi Nikoláyevich. Sobre todo, su novela sobre Pedro, “el Grande”. Para los auriculares, la canción de los boteros del Volga cantada por el coro del Ejército Rojo. Hay listas de grandes éxitos disponibles en Youtube o Spotify.