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Montañita, en la “ruta del sol”

Playa surfista por excelencia, despreocupada y con mucha fiesta. Aloja a miles de turistas jóvenes que buscan relajarse de día y agitarse de noche, al ritmo del reggae, tragos tropicales y buenas olas.
Playa surfista por excelencia, despreocupada y con mucha fiesta. Aloja a miles de turistas jóvenes que buscan relajarse de día y agitarse de noche, al ritmo del reggae, tragos tropicales y buenas olas.

Es la meca del surf en Ecuador, un balneario que encanta por su perfil agreste, rústico y natural. Su nombre, en diminutivo, lo pinta tal como es: un pequeño pueblo, con días apacibles y noches movidas, descontracturado y bohemio.

El pueblo es tan pequeño, todavía, que hasta su nombre en diminutivo le calza a la perfección. Creció como un reducto de surfistas que se daban cita para disfrutar de las pronunciadas olas que brinda el mar.

La onda bohemia comenzó a vestir el lugar, cuando los visitantes empezaron a prolongar su estadía y a montar negocios para sustentarse.

Montañita conjuga la vida apacible, que conserva durante el día, y el movimiento de una noche plenamente desestructurada. Es la capital del surf de Ecuador y un balneario multicultural que atrae por su encanto agreste, rústico y natural.

Ubicado en el Cantón Santa Elena, este paraíso del Pacífico es parte de “la ruta del sol”, que aglutina otras playas de Ecuador como Manta, Frailes, Puerto López y Salinas.

Perfil juvenil. Es un refugio pintoresco, con acento juvenil, que se potencia año a año con una "montaña" de turistas, la gran mayoría jóvenes y adolescentes, que lo visitan en busca de buena playa, mucha diversión y precios accesibles.

Para muchos argentinos, es un destino al que se arriba luego de realizar una travesía que comienza en el norte de nuestro país, continúa por Bolivia hasta llegar a Perú, para recorrer Cuzco, Machu Picchu y Lima.

Más al norte, el recorrido obliga a un paso previo por Máncora (playa del norte peruano y “el paraíso del turismo y el amor”, tal como anuncia un arco sobre la ruta) y, después de más de 700 kilómetros camino al norte, se llega a la meca de los surfistas.

Allí, las casas, hospedajes y bares imponen un estilo rústico y colorido, basado en cañas y paja para estar acorde a su entorno. Mucha vegetación tropical con tinte selvático rodea la bahía.

Montañita tiene un aire al balneario uruguayo Punta del Diablo o algún pueblo de Brasil, pero la mayoría de las huellas las dejan los turistas argentinos, veinteañeros, que predominan en el lugar. Es el sitio perfecto para los amantes de la tabla, pero también para quienes nunca se cansan de la noche.

Los fines de semana la gente se multiplica ya que, del mismo modo que los cariocas escapan de Río de Janeiro a playas cercanas, muchos guayaquileños y de otras urbes se escapan a Montañita para despejarse, caminar su extensa playa y zambullirse en el agua.

A la tardecita, el sol cae con su color intenso que entremezcla tonos rojizos y anaranjados mientras resplandece sobre el mar en una postal magnífica. Ahí es cuando, paulatinamente, las ojotas comienzan a abandonar la arena y se mudan a los adoquines.

Lo que hay que saber

Alojamiento. El precio de los hostels varía desde los U 10 a U 80.

Por más información se pueden consultar las páginas de Internet: www.hostalkundalini.com.ec www.tikilimbo.com www.hostalmontanita.com www.infomontanita.com

Aéreos. Con LAN, desde U 632, impuestos incluidos. El aeropuerto de Guayaquil es más cercano. Desde allí, el pasaje de ómnibus a Montañita cuesta U 6 y un taxi, aproximadamente U 25.