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Memorias de la época soviética

El mercado central, detrás de la estación de tren y a orillas del río Daugava, está formado por cinco enormes hangares.

El mercado central, detrás de la estación de tren y a orillas del río Daugava, está formado por cinco enormes hangares. Los vendedores son rusos y el ambiente sigue anclado en el universo soviético, el escenario es brutalmente austero. Los productos se presentan tal cual son: comida o ropa para usar, más que una mercancía sensual que se debe poseer.

En la majestuosa iglesia Ortodoxa Rusa dos ancianas, siempre las mismas, con pañuelo en la cabeza, piden dinero al costado de la entrada.

La religión principal es la misma que en Estonia, el protestantismo luterano. La segunda es la importante e influyente comunidad ortodoxa. Y en menor medida, el catolicismo de influencia polaca.

Lo mismo ocurre con el idioma. El letón tiene el mismo origen que el lituano, indoeuropeo. Pero en las calles de Riga, impera, muchas veces, el ruso.

Desde la segunda independencia letona, en 1990, Riga se ocupó de hacer desaparecer las marcas del pasado soviético con el mismo énfasis que usó para restaurar su pasado medieval. El centro histórico, el más antiguo de los bálticos, es una obra en construcción permanente. Los trabajos de restauración son incesantes, empezando por el campanario de la catedral de San Pedro.

Su construcción se inició en 1209, si bien sufrió numerosas reconstrucciones por culpa de tantas guerras. Es uno de los monumentos medievales más antiguo del Báltico y reconocible por su color rojizo. Sin olvidar el castillo de Riga, sede del gobierno, y la célebre Tris Brali (Los tres Hermanos), la sucesión de edificios medievales más impactante de la ciudad.

El puerto de Riga fue, durante mucho tiempo el segundo en importancia de la Unión Soviética, por su estratégica salida al mar Báltico, puente de tránsito para la exportación del petróleo ruso. Además, Stalin decidió que Riga fuese un centro mayor de la industria militar soviética. “La perla del Báltico”, como también se denomina a esta capital, de pronto se convertiría en la ciudad más industrializada y poblada, a pesar de ser la más pequeña.

Stalin pobló la región de rusos e inmigrantes de distintas repúblicas soviéticas, con la misma eficacia con la que ejecutó y deportó a Siberia una parte de la población letona. Lo cierto es que, según la reputación, la vida soviética en Riga era una de las más agradables.

Pavlo habla del balneario de Jurmala, a 30 kilómetros de la capital Letona, que era y sigue siendo el destino de las vacaciones doradas.

“Antes pertenecíamos a un imperio que, entre otras cosas había llegado al espacio, y hoy somos un pequeño país que por momentos es el más pobre de la Unión Europea”, afirma.

Luego se sienta en el bar café Leningrad (calle Kaleju, 54). A medio camino de un pequeño callejón cubierto de bares alternativos, el Leningrad es uno de los rebotes de la historia. Es concurrido y oscuro, amueblado con los objetos básicos de la era soviética. Luz tamizada, borrachos, sofás sucios e inclinados. El lugar es un especie de revival impulsado por jóvenes que en esa época tenían menos de 10 años.

La melancolía casi idílica, un pasado donde todo era mejor, sobre todo si no se conoció, y que el tiempo se encargó de idealizar. Radios, cuadros de Lenin, libros de Lenin, afiches de Lenin, estampitas de Lenin. Una decadencia cuidada en clave nocturna y alternativa. Un bar que décadas atrás no hubiese existido. Pero los clientes hoy vienen por otras razones. La curiosidad de algo que ya no existe. La presencia rusa estetizada más que política. Pavlo pide un jugo de naranja, es abstemio.

Por la noche, a orillas del mar Báltico, los barcos son el refugio del destape post soviético y del frío nórdico. Los puentes sobre el río Daugava, y a metros del golfo de Riga, se iluminan por las luces estroboscópicas de las fiestas flotantes, donde el vodka fluye en cantidades demenciales. Las siluetas se esfuerzan por liberarse del corset, los cuerpos se entregan a los ritmos nuevos, exóticos, de la salsa y el rock and roll.