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Manhattanhenge: cómo aprovechar el atardecer más hermoso de Nueva York

Es un fenómeno que sólo ocurre cuatro veces al año, cuando el sol se alinea con la cuadrícula de la ciudad. El 12 y el 13 de julio son las últimas oportunidades de 2018 para verlo.

El verano llega a la ciudad de Nueva York y eso significa que es momento de disfrutar del atardecer más impactante de la ciudad: el Manhattanhenge.

Se trata de un espectáculo natural que da inicio al solsticio de verano, y que sólo se puede apreciar cuatro veces al año. Si bien los días varían año a año, lo que no se modifica es cómo el ángulo del sol se alinea perfectamente con la cuadrícula de la ciudad, iluminando sus calles y rascacielos de una manera diferente a la de cualquier otro momento del año.

El fenómeno atrae anualmente a miles de viajeros que sueñan con presenciar este atardecer y llevarse una increíble foto.

Lo que hay que saber

En 2018, las dos primeras oportunidades en las que se pudo observar el Manhattanhenge fueron el 29 y el 30 de mayo, pero todavía quedan dos más por delante: el 12 y el 13 de julio.

Lo ideal, si se está en la ciudad y se quiere disfrutar de este espectáculo, es llegar al lugar elegido media hora antes del atardecer, alrededor de las 17.30. ¿Por qué? Porque en ese momento Nueva York se paraliza y sus calles se llenan de personas deseosas de presenciar el Manhattanhenge.

Si bien se puede contemplar desde varios puntos de la ciudad, lo ideal es situarse tan al este como sea posible. La mejor ubicación está en las principales calles transversales, incluidas las calles 14, 23, 34, 42, 57 y 79.

Juego de palabras

El término “Manhattanhenge” juega con dos nombres: Stonehenge –un reconocido monumento megalítico localizado en Inglaterra– y Manhattan –el distrito neoyorquino donde tiene lugar el fenómeno–. La razón es que Stonehenge fue diseñado de modo que, cuando se observan desde el centro de la estructura durante el solsticio de verano, los rayos del sol naciente se alinean perfectamente con la “Piedra del talón”.