Málaga, reina de la Costa del Sol

Reina de la Costa del Sol, Málaga es una ciudad imperdible, agradable, moderna y también medieval. Para llegar desde Torremolinos al corazón de esta capital, es muy fácil y directo.

Se toma el tren de cercanías cuyo viaje dura sólo media hora y el costo es de un euro con 50. Para tener en cuenta: el último tren que vuelve a Torremolinos sale a las 22.30 y hay que estar atentos porque en verano a esa hora aún es de día y esto puede confundir.

Para recorrer la ciudad de Málaga no hace falta tomar taxi ni ómnibus: está hecha para caminar y perderse, que de esta manera es cuando se logra apreciar cada detalle de las esquinas y peatonales, una más exquisita que la otra.

Los principales monumentos para visitar son la catedral, enorme e imponente, el moderno museo Picasso, el Teatro Cervantes y la fortaleza de la Alcazaba que  data del siglo VIII y es la referencia más patente del establecimiento moro en el lugar. Se trata de un paseo en altura por edificios de paredes sorprendentemente talladas y preservadas, que al llegar a la cima regalan la mejor vista de la ciudad y del puerto. Al final de este recorrido es posible visitar también el Castillo de Gibralfaro, otra mítica edificación que data del siglo XIV.

La gastronomía de Málaga no tiene desperdicio. A lo largo de la peatonal principal, que se desglosa en callecitas y diagonales que hacen un laberinto, se encuentran diversos restaurantes y bares de tapas. Uno muy curioso, en la calle Strachan, es la Taberna Volapie donde se recomiendan los langostinos, el queso de oveja curado y un delicioso paté al moscato. El detalle: todo se sirve sobre papel, nada de platitos