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Mal lugar para hacer dieta

Muy bien, hasta ahora todo muy cultural, muy artístico, pero... ¿qué tal se come en Praga?

Muy bien, hasta ahora todo muy cultural, muy artístico, pero... ¿qué tal se come en Praga?

Cuando van a la mesa, los checos dejan de lado sus delicadezas parisienses y se regalan unas combinaciones rotundas, tanto en cantidad como en ingredientes.

Las carnes de cerdo y vacuna, las patatas y las coles son la base de esta gastronomía, con fuerte influencia alemana y del resto de Centroeuropa.

Las sopas son tan habituales que Mafalda huiría espantada, pero en los meses fríos se agradece abrir el menú con un caldo sustancioso antes de dar paso por ejemplo al gulash, un estofado de carne originario de Hungría pero muy conocido en la región, que se puede acompañar por la Pilsner Ulkner, la cerveza local más popular, servida en vasos tan grandes que parecen floreros para calas.

También podemos pedir algunos vinos de Bohemia y Moravia, de una calidad digna. Y tanto como aperitivo o como epílogo de la comida, no dejemos de probar Becherovka, el licor de hierbas agridulce más consumido por los checos.

Exactamente al frente del reloj astronómico, hay un restaurante muy recomendable, U Zlaté Konvice (La olla de oro) instalado en unas bodegas del siglo XIV, con paredes de piedra y armas históricas, donde se puede disfrutar de típicos platos y bailar al ritmo de canciones folklóricas en vivo.

Nos hará falta para bajar la comida, especialmente si acometemos una de las recetas pantagruélicas de la casa, plato en el que se citan aves de corral, embutidos, carne de cerdo asado, carne ahumada, repollo blanco y rojo y croquetas crujientes.

Llegando al final de nuestra visita, nos permitimos sugerir algunas compras que recordarán nuestro paso por esta bella ciudad, más allá del previsible cristal de bohemia. Al respecto, recomendamos embalar cuidadosamente estos objetos, porque al volver a casa podemos encontrarnos con unos trozos informes de vidrio en lugar de la hermosa figura que elegimos.

A otras adquisiciones auténticas las podemos hallar en los juguetes (muy originales, nada electrónico), marionetas de todo tipo y tamaño, tazas de loza de vivos colores y joyas en azabache y ámbar de exquisito diseño.

Y no conforme con tantos atractivos, Praga suma una rareza de Guinness: posee la que se conoce como la calle más estrecha del mundo. Se llama Kozeluzska, en su punto más estrecho mide sólo 77 centímetros y necesita un semáforo para regular el paso. Y por si fuera poco, ¡tiene escaleras!. Y otra curiosidad, en este caso patriótica: también en Praga hay una avenida Argentiská.

Lo que hay que saber

Cuándo viajar. Preferentemente entre mayo y octubre; desaconsejable en enero y febrero.

Clima. Muy frío y húmedo en invierno, con pocas horas de sol; lluvioso y templado en primavera, verano y otoño. Caluroso en julio y agosto.
Moneda. Se manejan indistintamente euros y coronas checas, aunque para las compras y gastos menores es conveniente la moneda local. Se aceptan las tarjetas de crédito internacionales Visa, Mastercard y American Express.

Idioma. El checo es difícil de entender, pero no resulta difícil comunicarse en inglés y, en menor medida, en alemán.

Visa. Los ciudadanos argentinos no necesitan visado para ingresar en la República Checa.

Excursiones. Karlovy Vary, Cesky Krumlov (pequeña ciudad Patrimonio de la Humanidad). Página en Internet. http://www.czechtourism.com

Propinas. Se estila dejar el 10 por ciento de la cuenta.

Voltaje. 220 voltios.