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Maja Kumbh Mela en Allahabad: la mayor celebración religiosa del mundo

En este poblado, donde se unen los ríos Ganges con el Yamuna y un tercero “invisible”, millones de personas participan de una celebración que fusiona mitología con cosmología. Se trata de una experiencia cultural única, entre frías aguas divinas colmadas de peregrinos.

Las aguas del Yamuna reflejan un color intenso, azulado y transparente. Navegamos por ellas entre cientos de barcazas que transportan un gentío. En el frío amanecer de enero, durante el invierno boreal, comienzan a mezclarse otras aguas, pardas, las del Ganges. Estamos llegando al punto exacto donde dos ríos se encuentran: el Sangam o unión, en la ciudad de Allahabad, también nombrada como Prayag. Atónito, escucho el murmullo de millones de peregrinos que rezan y se sumergen en la corriente, muy fría.

Descendemos cuando comienza a clarear el día. La muchedumbre ocupa todas las arenas de la playa y se vuelve dificultoso caminar entre tantos cuerpos amontonados. De vez en cuando tullidos, leprosos y parias recitan una canción y extienden, a continuación, sus brazos rogando una limosna.

En minutos, acompañando la salida del Sol, la mejor orquesta sinfónica de la India empieza su concierto a todo volumen: las mujeres, envueltas en sus vistosos saris y los hombres, arropados con bufandas y chales, suenan sus narices con estruendo, comienzan a escupir, a toser, a hacer buches y a lavarse los dientes. Apenas pasadas las seis de la mañana, el bullicio se generaliza. Entonces, llega el turno de las pujas (oraciones), antes del desayuno.

Lentamente, como en un teatro en tinieblas, las sombras van cobrando detalles, colores, facciones. Entonces, viene la hora del omnipresente chai (té), los chappatis (pan árabe), las verduras y los infaltables picantes, que hacen transpirar a pesar del frío del amanecer. Los susurros dan sonidos al multicolor escenario.

Allahabad es un hervidero humano, casi como un volcán a punto de estallar. Gritos, bocinazos, silbidos, cánticos y plegarias impregnan su aire. Durante un mes y medio, la celebración de la fiesta religiosa del Maja Kumbh Mela atrae hasta esta ciudad a millones de peregrinos.

Agua, gente y cosmos

El Kumbh Mela supone la fusión de mitología y cosmología. En el mes de Magha, cuando el Sol entra en Capricornio (enero), todos los dioses y demonios acuden a este lugar a darse un baño de reverencia. Cuentan que, en los tiempos de la creación, los ángeles o devas lucharon denodadamente contra los demonios o asuras durante 12 días por la posesión de un pote o kumbh, que contenía en su interior el amrit, néctar de la vida y de la inmortalidad.

Ritual de purificación. En Allahabad ocurre la concentración humana más numerosa que se conoce: entre 50 y 70 millones de peregrinos.
Ritual de purificación. En Allahabad ocurre la concentración humana más numerosa que se conoce: entre 50 y 70 millones de peregrinos.

Durante esa lucha, el precioso líquido se derramó sobre la Tierra en cuatro sitios: Allahabad, Nasik, Ujjain y Hardiwar. Así, y durante un ciclo que es idéntico al año solar de Júpiter (casi 12 años terrestres), en estas cuatro ciudades de la India se lleva a cabo la conmemoración, cada tres años.

Sin embargo, la de Allahabad es la más importante: es el Maja Kumbh Mela, ya que allí se sitúa el lugar exacto de la unión de los ríos Ganges y Yamuna junto a un tercero, que resulta “invisible” para los ojos humanos, pero que los dioses hacen fluir por debajo de los otros dos, el Saraswati. Por eso, allí tiene lugar la concentración humana más numerosa que se conoce. Durante ese tiempo, entre 50 y 70 millones de peregrinos acuden al lugar. Algunos se zambullen; otros hacen abluciones, plegarias; beben sus aguas o hacen gárgaras con ellas… emborrachados por sus aguas que consideran benditas, que los funde en un ritual de limpieza, que los purifica.

La gente llega desde muy lejos para sumergirse en el Sangam, expiar sus pecados y terminar con el ciclo de reencarnaciones. En Allahabad no hay joyas esculpidas ni en piedra ni en mármol; no hay luces grandilocuentes ni pinturas, ni adornos, ni estatuas. Sólo hay agua y muchedumbre buscando la totalidad, en armonía con el cosmos.

Tierra de diversidades

India, llamada Bharat, es la cuna de una civilización milenaria que perdura hasta nuestra época. Se trata del país más rico que existe en cuanto a diversidad humana, tanto étnica como lingüística y religiosa.

Su extraordinaria población, que supera los 1.200 millones de habitantes, permite descubrir un pueblo hospitalario y feliz, en acelerado proceso de cambio. Sus religiones y templos se extienden por doquier, en todo lugar. Las celebraciones religiosas están presentes cada día.

Los sadhus

Se le llama sadhu a una persona santa que ha alcanzado la última reencarnación y renuncia a todo tipo de posesiones y bienes. Estas personas viven en templos o lugares apartados, deambulando por India y Nepal. Pueden vestir largas túnicas naranjas y rojas o andar desnudos con la piel coloreada de gris por cenizas. Pueden consumir cannabis de manera ritual.

Hinduismo

Con cerca de mil millones de fieles, es la tercera religión del mundo. Como conjunto de creencias, rituales y costumbres no tiene un fundador y considera la existencia del Trimurti o tres formas de Dios: Brahma, el creador del Universo; Vishnú, el preservador y Shiva, el destructor. Su doctrina afirma que el mayor logro es regresar al principio de la divinidad o Moksha, después de abandonar el ciclo de las reencarnaciones o Samsara.

División social

Las castas estratifican socialmente a la población de manera inmóvil y rígida. La sociedad está dividida en cuatro castas principales (brahmanes, chatrías, vaishias y sudras) y los intocables o dalits, fuera de ellas. A pesar de estar ilegalizadas constitucionalmente, su origen religioso las hacen sobrevivir, especialmente en las áreas rurales.

Cimientos culturales

India posee magníficos ejemplos de arquitectura. Desde templos excavados en la roca, como Ajanta y Ellora, hasta mausoleos y palacios como Taj Mahal y el Fuerte Rojo, en Agra. También hay sitios vinculados con religiones como sikhisimo y su centro espiritual en Amritsar, la capital del estado de Punjab; budismo, zoroastreísmo, judaísmo, cristianismo, islam y bahaí y pueblos ancestrales como las tribus adivasi en el interior.

Glaciar Gangotri

Situado en la cordillera del Himalaya, muy cerca del límite entre India y China, es uno de los más extensos. De 30 kilómetros de largo, este glaciar abarca una superficie cercana a los 200 kilómetros cuadrados y, se estima, contiene 23 mil hectómetros cúbicos de agua, es decir unas mil veces el volumen del lago San Roque.

El proceso de calentamiento global lo hace retroceder unos 25 metros por año, lo cual va tornando más ardua la peregrinación hasta su cueva de hielo, llamada Gaumukh, el mítico lugar de nacimiento del Ganges.

Los nombres de Ganges

Adorado como Ganga Devi o diosa Ganges, el río descendió desde el cielo después de que Shiva lavara sus cabellos y amortiguara así la caída de Ganga. También es llamado Bhitihrt o “Redentor del temor”; Daridryhahantri o “Aniquilador de la pobreza”; Ksira Subha o “Leche sagrada”. Su nacimiento se encuentra en el glaciar Gangotri.

Bhang lassi “Las plantas medicinales precedieron a los dioses tres años”

Las plantas de cannabis, en su variedad índica, crecen de forma natural en Nepal, India, Pakistán y Afganistán. Su uso potencia las sensaciones físicas y produce relajación. En la religión hindú, Shiva (uno de los tres dioses) se refugió del calor del Sol bajo la sombra de una planta de cáñamo (Bhang) y se quedó dormido. Al despertar, probó sus hojas y rejuveneció al instante. Su utilización, fumada o en forma de bhang lassi (yogur con especias, miel, almendras y cannabis), es permitida para los sadhus en las ciudades sagradas.

Vendedor de Bhang lassi.
Vendedor de Bhang lassi.

Datos útiles

CÓMO LLEGAR: desde Buenos Aires se puede viajar vía Dubai o Qatar hasta Nueva Delhi o Mumbai (ex Bombay) por 34 mil pesos. También se puede optar por viajar vía Londres, por precios menores si se reserva con anticipación (28 mil pesos, aproximadamente).

PASEOS: la forma más razonable y segura de viajar en la India es en tren. Las líneas férreas y el inglés son el principal legado del colonialismo británico. Así se puede llegar a las grandes ciudades y luego continuar por transporte público o coche de alquiler hacia lugares apartados.

Es imprescindible contar con vacuna contra la fiebre amarilla para tramitar la visa, que es gratis para los argentinos. En época de precipitaciones, contar con ropa adecuada.

ALOJAMIENTO: existen opciones para todos los gustos y bolsillos. Hoteles de lujo como el Taj Lake Palace (Udaipur) cuestan alrededor de cinco mil pesos diarios (habitación base doble). En Allahabad, el Kanha Shyam está alrededor de 1.500 pesos por día (habitación base doble).

GASTRONOMÍA: chai (té), chappatis (pan árabe), verduras y picantes.

MÁS DATOS: http://incredibleindia.org/

*Especial