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Mágico: un bosque holandés que se llena de luces de colores cada noche

Es una intervención artística al nordeste de Ámsterdam. Hay 1.250 luces instaladas, todas con frecuencias y velocidades diferentes. Una experiencia única.

Cuando los visitantes llegan a este bosque en Holanda, se comienzan a prender luces rojas intermitentes que sorprenden a todos. Se trata de una obra de arte con un toque de magia, que estará abierta al público hasta fines de enero.

La instalación, bautizada como "Pixi", ocupa aproximadamente unas 30 hectáreas del bosque en Drounwen, una aldea en la provincia de Drenthe, situada unos 120 kilómetros al nordeste de Ámsterdam. Y, sin dudas, vale la visita.

Gracias a esta iniciativa, se instalaron 1.250 luces rojas en placas de madera con forma de diamante, las cuales contienen un microprocesador que hacen que estén todas conectadas entre sí. Cuando una de estas luces –o pixies– detecta la luz de las linternas, se empieza a encender. Ninguna luz hace lo mismo: van a diferentes frecuencias y velocidades, imitando una bandada de pájaros o un banco de peces.

El proyecto, creado por Joachim Rümke, Olav Huizer, Joachim de Vries y Jelle Valk, fue inicialmente pensado para Welcome to the Village, un festival de música. Sin embargo, cuando el Gobierno local de Drenthe se enteró de esta intervención, decidió subsidiarla y extenderla más allá de los tres días que dura el festival.

Lo que tenés que saber

• Pixi estará abierto al público entre los meses de octubre y enero, durante los próximos cuatro años.

• Se puede visitar la instalación en grupos de no más de ocho personas. Cada grupo recibe dos linternas para llevar al bosque.

• Los boletos cuestan 17,25 dólares (alrededor de 325 pesos).

• Desde Ámsterdam se puede llegar a Drouwen en transporte público pero no es la opción más cómoda, ya que hay que hacer varias conexiones. La alternativa más simple y práctica es alquilar un auto y manejar unas dos horas hasta arribar a destino.