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Maceió: 365 días de paraíso

Con temperaturas que oscilan entre los 22 y los 31 grados todo el año, la capital de Alagoas (nordeste de Brasil) es una gran opción para fóbicos al inverno y amantes del mar. La agencia Viajes TDH tiene un vuelo directo a esta extraordinaria zona costera. 

Un bandoneón ruge en el eco del aeropuerto Internacional Zumbi dos Palmares. El portugués se mezcla con la percusión y el rasguido de una guitarra. No tengo las valijas en la mano y ya siento cómo el forró brasilero se mete por vía intravenosa y me conquista sin siquiera conocerlo.

Maceió lanza el primer disparo y, sin haber hecho Migraciones, me tiene a sus pies.

DATOS ÚTILES. Información útil para disfrutar del sol en Maceio.

EN FOTOS. Imágenes de Maceió, la cara de la riqueza natural 

La humedad tira lentamente de los cordones de mis viejas Nike y cada uno de mis dedos me pide a gritos terminar en unas Havaianas. Hasta el clima de Maceió cala profundo en el cuerpo del turista desprevenido que llega, después de tan sólo cinco horas de vuelo, en un chárter de Andes con el ruido de Córdoba en la cabeza y termina sedado con la tranquilidad de los lugareños.

365 días de paraíso

Maceió no conoce de guantes y gorros de lana. Su nombre significa “tierra movediza” o “pantanosa” y aquí el calor predomina durante todo el año: es la salida de emergencia perfecta para los fóbicos al frío.

Con temperaturas que oscilan entre los 22 y los 31 grados, hay playa para todos, todos los días. Incluso para aquellos friolentos que no gustan de meterse al mar, Maceió tiene otro dato amigable: el agua es tibia –entre 26 y 28 grados–, por lo que en estas latitudes es mejor dejar atrás esa vieja costumbre de meter el dedo gordo en el agua para probar si vale la pena o no el chapuzón.

MÁS DATOS:.

Alagoas, el estado del nordeste de Brasil del que Maceió es capital, le gana la pulseada al invierno gracias a una ubicación geográfica estratégica: sus 17 lagunas permanentes y cuatro temporales y sus más de 230 kilómetros de playa se entrelazan a exactamente nueve grados de la línea del Ecuador, lo que le brinda a la región una geografía marcada principalmente por sierras que desbordan naturaleza, dunas y arenas blancas.

Para terminar de conquistar al turista promedio, el destino, que podría definirse como una bomba natural paradisíaca, conserva playas vírgenes en donde se puede ver a los peces nadar mientras uno disfruta del sol y un agua de coco o una caipirinha.

Sol, arena y aventura

Dependiendo del formato de viaje que uno quiera hacer, puede elegir quedarse en Maceió y disfrutar de las playas céntricas, ver surfers que con gran habilidad dominan las olas o contemplar cómo los pescadores viajan océano adentro en pequeños barquitos de colores. Pero para los inquietos también hay un gran abanico de opciones que valen la pena, porque Alagoas es una caja de Pandora cargada de sitios que compiten para ver cuál deja más boquiabierto al turista.

Vamos por partes

Una alternativa es ir a las playas del sur de Maceió. Aquí se recomienda Barra de San Miguel, específicamente la Playa de Gunga. A este lugar se accede en barco, y es para pasar el día a puro sol y aventura.

El parador al que se llega ofrece excursiones en buggy y vale la pena cada real invertido. En una travesía a toda velocidad a través de palmeras se llega a un lugar desértico, en el que cerros enormes –que por sus colores y formas recuerdan a los de Salta– se combinan con un mar celeste de olas gigantes y arenas blancas.

El motor del buggy, el viento en la cara, el sol dorando la piel y las olas de fondo generan la sensación de que nada puede salir mal en esta tierra.

Como segunda opción, se puede ir a pasar el día al norte. Barra de San Antonio queda a una hora del centro de Maceió: aquí hay que conocer la playa de Carro Quebrado, a la que se accede a través de una lancha o buggy.

Se trata de una playa virgen en la que no hay más nada que naturaleza. De nuevo la geografía es desbordante: si uno mira hacia arriba ve un acantilado cargado de verde, y abajo aparece una playa de aguas tranquilas que se mezcla con piedras de color violeta, amarillo y rojo.

Para realizar este tipo de excursiones se puede pedir algún receptivo, como Luck, que organice los paseos. Ambos están entre los 255 y los 385 pesos aproximadamente.

Estos lugares exóticos y paradisiacos no hacen más que confirmar que Maceió es la cara de la riqueza natural.