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Los cayos con “quí”

Sarquí, Francisquí, Madrisquí, los nombres de los cayos provienen de una deformación de “key”, como llamaron los primeros navegantes a esas islas e islotes.
Sarquí, Francisquí, Madrisquí, los nombres de los cayos provienen de una deformación de “key”, como llamaron los primeros navegantes a esas islas e islotes.

Y  la recorrida por los cayos comienza en Sarquí, pequeño, distante  una hora de lancha desde Gran Roque. 

Y  la recorrida por los cayos comienza en Sarquí, pequeño, distante  una hora de lancha desde Gran Roque. Generalmente el paseo comprende un paso previo por Noronqui, donde es posible ver tortugas nadar libremente. Sarquí es verdaderamente hermoso, una larga lengua de arena finísima y blanca como nieve, acariciada por el mar turquesa.

En la isla viven algunos pocos pescadores, tan pocos que hay sólo dos casas. Una de esas familias da de comer en su propia galería frente al mar la pesca del día: langosta, pescado frito, arroz y ceviche fresquísimo, un verdadero y único manjar.

A veces es posible comer el famoso y prohibido “botuto”, el molusco del caracol marino cuya captura está prohibida por el hecho de estar en un parque y reserva nacional. La familia es muy simple y amable, y brinda todo lo que tiene para que uno tenga un almuerzo que recordará para siempre.

Francisquí

Este cayo está dividido en tres: Francisquí Arriba, Francisquí Medio y Francisquí Abajo y son los más visitados, ya que están a 10 minutos de Gran Roque. Tiene playas de arena blanca, hermosas y cálidas.

En la parte sur de Francisquí Medio, el mar tiene un fondo completamente plano y casi sin olas. En la parte este, está La Piscina, una laguna natural de unos seis metros de profundidad con fondo arenoso, ideal para bucear. Es un lugar muy frecuentado por yates y veleros y sobre todo por quienes practican kitesurf.

En Francisquí Medio se puede comer bien rico en el restaurante Casamarina, mirando el mar y los pelícanos y disfrutar de la brisa fresca a la sombra. El precio de los platos varía entre los 200 y 300 bolívares, según contengan mariscos, pescados, etcétera.

Madrisquí

Este cayo está a cinco minutos de Gran Roque y “de paso” hacia Francisquí. Madrisquí es uno de los pocos cayos en los que hay casas privadas, que fueron construidas antes de que Los Roques fuera declarado  parque nacional. En su lado oeste se encuentra una zona con aguas cálidas y tranquilas.

Crasquí

A unos 20 minutos de Gran Roque llegamos a Crasquí. Esta isla es particular y redundantemente hermosa, las playas son extensas y el agua tiene colores como nunca vistos.

Es una isla relativamente grande, donde hay algunas construcciones sin terminar de lo que iba a ser un hotel y quedó trunco por la declaración de parque nacional del archipiélago. Hay un par de restaurantes muy rústicos pero lindos donde comer.

La mecánica en todos es la misma: cuando se llega al cayo, se consulta qué tienen para almorzar ese día y con la propuesta de cada uno en mano, se elige y avisa a qué hora se desea almorzar. Luego, simplemente hay que llegar al restaurante a la hora señalada.

Recomiendo almorzar en Rancho Don Lipe, que es muy pintoresco. Una parrillada de mariscos ronda los 700 bolívares.

Cayo de agua

Sin lugar a dudas, es el cayo más hermoso del archipiélago. En realidad, son dos cayos unidos por una lengua de arena que brinda un paisaje muy particular. Cayo de agua es un lugar especial, por sus aguas cristalinas de profundos tonos azules y turquesa, su fina arena blanca que cubre todo el islote, en un paisaje único a nivel mundial.

La fauna es muy diversa, tanto de aves marinas, peces, estrellas de mar, y corales. Aquí no hay ningún tipo de infraestructura.

Dos mosquises

Como su nombre lo indica son dos cayos que mas allá de ser bonitos y aptos incluso para pasar un buen rato al sol, tienen como atractivo particular la Estación de Biología Marina, dependiente de la Fundación Científica Los Roques, donde se crían en cautiverio ejemplares de las cuatro especies de tortugas que habitan en el archipiélago: cardón, carey, cabezona y verde.

La visita a la estación es parte de todos los paseos que pasan por el lugar camino a otro cayos como parte de un trabajo de divulgación y concientización.

Muy próximo a Noronqui hay una laguna de manglares donde se forma un espacio de aguas muy tranquilas y transparentes donde parece que el cielo estuviera al revés.

El fondo arenoso y blanco está literalmente tapizado de enormes y hermosas estrella de mar. Se puede hacer snorkel con ellas y tocarlas, pero no sacarlas del agua, porque el aire las seca y mueren. Hay que tener cuidado al bajarse de la lancha porque el lugar tiene también muchos erizos.

Hay muchos cayos más para visitar y conocer e impresionantes lugares de buceo para experimentar, pero esa es otra historia.

Los Roques es una experiencia fascinante en sí misma, una aventura cautivante, un sueño hecho realidad y, en mi caso, una promesa cumplida que tengo que repetir.

Lo que hay que saber

Algunos tips: la terminación “quí” proviene, según cuentan en Los Roques, de los primeros navegantes holandeses que estuvieron en la zona, quienes llamaban key (cayo) a cada uno de los islotes e islas. Con el tiempo y el uso, esa palabra se fue deformando y uniéndose al nombre del cayo mismo.

Los precios en Los Roques son altos para los turistas y muy altos para los venezolanos. Hay gran variedad de precios pero el secreto para hacerlo accesible esta en llevar dólares billetes. En Venezuela, el cambio paralelo tiene una gran diferencia con el oficial, lo que hace que algo que se paga 100 dólares con tarjeta, en efectivo puede costar 13 / 14 dólares. Una lancha, por el día completo, para 8 / 9 personas, tiene un costo de 3.500 bolívares aproximadamente; el sushi ronda los 600 bolívares, y una hamburguesa, 350. Hay muchas opciones y no hay que preocuparse por eso.

No conviene comprar el alojamiento con pensión completa, es un gasto inútil.

La cotización oficial indica que un dólar equivale a 6,30 bolívares, pero en el mercado paralelo supera los 9 bolívares.