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Londres para todos

Aunque sorprenda, la capital inglesa no está entre las diez ciudades más caras de Europa y ofrece numerosas opciones gratuitas y a precios convenientes.

Si bien la libra esterlina está más cara que el euro, Londres ocupa el puesto número trece entre las ciudades más caras de Europa, muy por debajo de París, que ocupa el primer puesto, Moscú, Zúrich, Estocolmo y otras. Además, es de las pocas ciudades en el mundo donde todos los museos son de entrada gratuita y donde los grandes parques que la atraviesan permiten recorrerla casi de punta a punta en bicicleta por unas pocas libras.

Regent’s Park, Hyde Park, Green Park y St. James Park son el pulmón verde que enlaza un barrio con otro y permiten desplazarse sin vérselas con el tránsito, gracias al sistema de bicicletas que se toma en una estación y se deja en otra, cada vez más popular en las grandes capitales.

El paseo ideal sábados y domingos es pedalear por Regent’s Park, ver las opulentas residencias sobre la calle Chester Terrace con vista al parque y llegar a Camden Town, una feria callejera interminable donde es posible encontrar desde botas vintage a camperas de Nepal, remeras con carteles luminosos a pila, grupos punk que posan para la foto y puestos de comida de todas las nacionalidades. Sobre la orilla del canal Regent, la gente se sienta con su bol de curry de cordero o un pan pita con falafel a disfrutar del desfile incesante de personas de todos los colores y procedencias.

DATOS ÚTILES. Información útil para enamorarse de Londres.

Un barrio tranquilo

Cuando cae la tarde, conviene tomar la bici, desandar el camino e ir hasta Marylebone, un barrio tranquilo entre el Regent’s Park y el Hyde Park, poco frecuentado por los turistas y donde los locales conservan la costumbre del pub –sin mesas ni sillas– que invita a la gente a circular y que se extiende a la vereda. En cada esquina se escuchan las risas de los vecinos, vaso en mano, como en el Golden Eagle o el 108 Brasserie o el Cocktail Bar, del Marylebone, un hotel de tamaño medio y ubicación atípica.

El punto más próximo a Marylebone en el Hyde Park es el Speaker’s Corner, una silla para oradores improvisados por donde pasaron Karl Marx, Vladimir Lenin y George Orwell. A quince minutos de pedaleo desde allí hasta la otra punta del parque, en Hyde Park Corner, comienza una de las calles más transitadas, Knightsbridge, donde está la famosa tienda Harrods que tiene su pico de gloria en Navidad. El patio de comidas está considerado uno de los mejores del mundo y hace honor a su lema “Omnia Omnibus Ubique” (todo para todo el mundo en todas partes).

Por la avenida Picadilly

De regreso a Hyde Park Corner se puede visitar uno de los más elegantes hoteles de la ciudad, The Lanesborough, que fue un hospital desde 1733 hasta 1991. Son famosos sus arreglos florales y su restaurante Celeste, de una estrella Michelin, donde también sirven el tradicional servicio de té.

Allí nace la avenida Picadilly que bordea el Green Park, donde se puede circular en bicicleta un domingo a la mañana, cuando el tránsito es tranquilo, o ir por el parque y llegar a Picadilly Circus, la plaza conocida por sus carteles luminosos y la fuente de Eros. Una diagonal atraviesa el Green Park y conduce al Palacio de Buckingham y a St. James Park, el cuarto de los grandes parques de Londres próximo a otras de las atracciones principales de la ciudad: la Abadía de Westminster, el Big Ben y el Parlamento.

Catedral histórica

La imponente catedral de St. Paul, reconstruida en 1676, diez años después del gran incendio que arrasó la ciudad, merece una vista. Allí se casaron el príncipe Carlos y Lady Di y se celebró el fin de la Primera y de la Segunda Guerra Mundial. Subiendo la escalera caracol se accede a una terraza con vistas a la zona más antigua de Londres y al puente peatonal que cruza el río y termina en el templo del arte moderno, la Tate Modern, enfrente a la catedral anglicana.

Después de cruzar el puente y recorrer la Tate, conviene seguir a pie bordeando el río y pasar por el Shakespeare’s Globe, el complejo que alberga una reconstrucción del original teatro Globe de 1597 donde se representó por primera vez Hamlet, El Rey Lear y otras obras de William Shakespeare. Unas cuadras más adelante en dirección al Puente de Londres hay una réplica de un barco pirata junto al bar temático Anchor Bankside.

Entre puestos de comida y galerías

Muy cerca, sobre la calle Stoney, está el Borrough Market, una feria de productos frescos y puestos de comida que arde de gente a partir de las 17. El mercado está rodeado de bares que se llenan de londinenses cuando terminan de trabajar.

Otra calle imperdible de este barrio es Bermondsey, que alterna cafeterías con la más famosa de las galerías de arte, White Cube, de entrada gratuita; el Museo de la Moda y Textil; los espacios de arte Eames Fine Art y el increíble espacio de taller y venta de piezas de vidrio soplado Peter Layton. La visita no está completa sin subir a la imponente torre El fragmento, el ícono del barrio y la ciudad desde 2013.

A pie o en dos ruedas, Londres puede disfrutar sin gastar una fortuna.