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La salud del viajero

Vacunas y medidas para evitar picaduras de mosquitos son esenciales a la hora de disfrutar con tranquilidad de las playas latinoamericanas. Los centros de Medicina del Viajero, aliados fundamentales a la hora de informarse.

Playas paradisíacas, pueblitos coloniales y naturaleza salvaje componen la postal ideal de unas vacaciones por las costas de Latinoamérica. Sin embargo, el clima tropical genera también un ambiente propicio para el desarrollo de mosquitos, que pueden transmitir diversas patologías. Para pasar unos días sin sobresaltos, hay varias indicaciones a tener en cuenta.

En primer lugar, es necesario informarse antes de viajar. Los brotes epidemiológicos en destino, las enfermedades endémicas, la disponibilidad de agua potable y las vacunas exigidas resultan puntos fundamentales. Los centros de Medicina del Viajero asesoran en estos contenidos de manera gratuita. En ese sentido, en Córdoba, desde 2013 funciona un área de Medicina del Viajero en el hospital Misericordia, dependiente del servicio de Infectología.

Además de brindar datos útiles, estos especialistas definen la necesidad de aplicar medidas preventivas como vacunas o medicamentos, en función de las características del paciente (edad, problemas de salud preexistentes, etc.) y del tipo de viaje (duración,tipo de hospedaje, etc.). Es importante realizar una consulta uno o dos meses antes de partir y otra postviaje, sobre todo si durante los días o semanas posteriores al regreso aparecen síntomas como fiebre, vómitos o lesiones en la piel.

La fiebre amarilla

Además de contar con el calendario nacional de vacunación completo -que en Argentina incluye Doble Adultos (contra el tétanos y la difteria), sarampión, rubeola y hepatitis B- se aconseja para algunos destinos latinoamericanos vacunarse contra la fiebre amarilla, transmitida por el mosquito Aedes aegypti.

Según Cancillería de la Nación, Bolivia, Colombia y Perú la exigen a los extranjeros que ingresen en zonas de riesgo, mientras que para entrar a Honduras es obligatoria. Costa Rica también la requiere, y existen destinos como Guyana para los que se recomienda prevención aunque no la pidan (más información: chous.cancilleria.gov.ar).

Algunos países exigen la vacuna porque cuentan con áreas de riesgo de transmisión y otros para evitar la introducción de la patología en su territorio. De todas formas, la aplicación dependerá en última instancia de la consideración del médico. En Córdoba, se coloca de manera gratuita en Medicina del Viajero del hospital Misericordia (Belgrano 1500, sacar turno los miércoles a las 8) y en Unidad Sanitaria Córdoba (9 de Julio 356, 1º piso, consultar al teléfono 0351 428-3399).

Ganarle al mosquito

En Latinoamérica, se registran también brotes de dengue, fiebre chikungunya, virus zika y malaria. Son enfermedades transmitidas por mosquitos infectados, para las cuales no existen tratamientos con vacunas, por lo que los viajeros deben extremar medidas para evitar las picaduras.

Es necesario usar repelentes con DEET (de más del 25%); vestirse con ropa clara, amplia y de mangas largas; emplear insecticidas (tabletas, espirales, etc.) y contar con mosquiteros y/ o aire acondicionado en el lugar de hospedaje.

En el caso de la malaria, se puede tomar medicación como profilaxis, pero sólo por indicación médica. Si aparecen síntomas como fiebre, dolor de cabeza, dolor de articulaciones y vómitos (similares en todas estas patologías), hay que consultar a un centro médico y no automedicarse.

En general, estas enfermedades tienen bajas tasas de letalidad pero pueden complicarse en grupos de riesgo. En ese sentido, las embarazadas deben alejarse de zonas con brotes de virus zikapara para prevenir malformaciones congénitas.

Con estas medidas, se evita no sólo el contagio y el mal momento durante el viaje, sino también la introducción a nuestro país de afecciones que no son autóctonas.

Cuidados extra: el agua y la comida

El otro gran problema de salud de quienes viajan por Latinoamérica está relacionado con el consumo de agua y alimentos no seguros. Para evitar la diarrea del viajero, se debe tomar solo agua embotellada y tener cuidado con los hielos y el agua que se utiliza para lavarse los dientes. También es aconsejable no consumir alimentos crudos (carnes, pescados, mariscos, verduras) ni cocidos a temperatura ambiente, lácteos que no hayan sido pasteurizados y comidas de puestos ambulantes. Para tratar esta enfermedad son útiles las sales de rehidratación oral, los líquidos en abundancia y una dieta astringente.