buscar

La isla de Elba, por mar o tierra, un paraíso

Playa de Paludella, en Portoferraio. La transparencia y los colores del mar son parte de la propuesta que atrae a los amantes del submarinismo.
Playa de Paludella, en Portoferraio. La transparencia y los colores del mar son parte de la propuesta que atrae a los amantes del submarinismo.

La más grande del archipiélago Toscano, la isla de Elba es el destino de vacaciones, todos los años, de miles de turistas de todo el mundo. 

La más grande del archipiélago Toscano, la isla de Elba es el destino de vacaciones, todos los años, de miles de turistas de todo el mundo, que llegan atraídos por sus bellezas naturales, su historia, las tradiciones y la enogastronomía, pero en particular por el mar que lo rodea y sus maravillas submarinas.

Aún en pleno verano, la isla tiene rincones donde es posible estar a solas, ya que muchas playas vírgenes son accesibles a pie o desde el mar, en canoas o gomones.

Nombres como La Cala, La Caletta, Cotoncello, entre Marciana Marina y Sant\'Andrea; Campo Lo Feno, Punta Nera, desde Patresi a Pomonte; Le Tombe, entre Pomonte y Fetovaia; Colle Palombaia y Galenzana, entre Cavoli y Marina di Campo; Fonza, L\'Ongio, Ripa Nera, Cala del Fico, entre Marina di Campo y Lacona; las caletas del promontorio de Capo Stella, Cala Chiara, Casa Canatatra Lacona y Margidore, y Cala Mendolina, Cala dell\'Inferno, I Mangani, Le Secche, Zupignano, de Cavo a Bagnaia, son un muestrario de lo dicho.

Entre ballenas y delfines

La isla de Elba es sede del Parque Nacional del Archipiélago Toscano y posee una particular posición en el Mediterráneo: a 10 kilómetros del continente y a poco más de 30 millas de Córcega, es uno de los vértices del polígono ideal que delimita el Santuario de los Cetáceos, junto a la Región Liguria, Cerdeña y la costa del sur de Francia.

Por esto en, sus aguas es posible hacer avistajes de ballenas, frecuentemente próximas al puerto de Portoferraio, y también es posible encontrar grupos de delfines.

Además, Elba cuenta con una gran tradición en apnea (inmersión bajo el agua sin ayuda de equipos de oxígeno) y pesca subacuática. No casualmente fue elegida como escenario natural para los grandes eventos de apnea de profundidad: en esas aguas, en los años \'70, Jaques Mayol fue el primer hombre en descender en apnea hasta los 100 metros y Angela Bandini llevó ese récord hasta los 105 metros.

Pero la isla es también un paraíso para los buzos, ya que es posible sumergirse todo el año y el juego del viento y las corrientes marinas, convierte a esas aguas y sus profundidades en un sitio muy particular, especialmente en mar abierto, con aguas cristalinas prácticamente todo el año y con una temperatura templada, que en invierno no desciende por debajo de los 15°. Además, la singular conformación de las costas de Elba, permiten encontrar un lugar al reparo del viento.

Mundo submarino

La isla guarda infinitas maravillas a descubrir. Su suelo submarino regala emociones en forma de grutas, cuevas, paredes que se hunden en el profundo mar azul y esconden una variedad enorme de organismos.

Otro factor que aumenta las expectativas de quien decide sumergirse en estas, aguas son los restos de naufragios.

En las profundidades que rodean la isla se puede encontrar cualquier tipo de restos sumergidos, pertenecientes a las antiguas naves romanas que transportaban ánforas; a las embarcaciones a vapor utilizadas para el transporte de mercancía; a las naves de guerra utilizadas durante los conflictos bélicos, y hasta los restos de barcos y aviones hundidos en épocas recientes.

Áreas protegidas

Elba fue uno de los primeros lugares italianos en contar con áreas protegidas. El tramo de mar que rodea el Scoglietto, islote localizado a poca distancia de Portoferraio, está incluido desde 1971 en el área de tutela biológica Le Ghiaie - Scoglietto - Capo Bianco, donde está prohibida la pesca.

La zona es riquísima en peces y en las praderas de posidonia (planta acuática, endémica del Mediterráneo) encuentra refugio una abundante fauna de invertebrados.

Asimismo, las comunas de Capoliveri y Marciana pusieron en marcha el proyecto “Linea di Boe”, que consiste en el posicionamiento de puntos dedicados al amarradero de embarcaciones para proteger el ambiente y facilitar las inmersiones, haciéndolas más seguras y divertidas.

Bicicleta y trekking

La particular geografía de la isla de Elba permite recorrerla a bordo de una bicicleta o haciendo uso de los propios pies, a través de circuitos de bicicletas y trekking.

Uno de esos circuitos es Calamita, de 20 kilómetros entre la ida y la vuelta. Se parte de Capoliveri (164 metros sobre el nivel del mar) y se continúa hacia la vieja ruta que lleva a las minas.

De pronto el panorama se abre hacia el mar azul. En primavera, inmersos en la naturaleza, se respiran las más variadas fragancias y deleitan los colores del Mediterráneo en flor. El recorrido costea el Monte Calamita.

Otro recorrido es el de la costa noroeste, de 17 kilómetros, ida y vuelta. La partida es de Marciana Marina, a los pies de la Torre del Porto; se deja la playa de Fenicia y se comienza a ascender hacia la localidad La Cala.

Desde allí también es posible descender hacia la playa Caletta. Superada ésta, se continúa la trepada hacia la Conca, a través de ríspidas terrazas cultivadas. Desde allí se alcanza Maciarello y después la pequeña playa del Cotoncello. Atravesando la arena y pasando hacia el otro lado, un sendero conduce hacia la playa de Sant\'Andrea, desde donde se inicia el retorno.