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La Habana, una ciudad de colores y contrastes

El rosa pastel, amarillo brillante y azul eléctrico tiñen de color las viejas fachadas de La Habana. (Gentileza: Romina Musso)
El rosa pastel, amarillo brillante y azul eléctrico tiñen de color las viejas fachadas de La Habana. (Gentileza: Romina Musso)

Auténtica, nostálgica y sumamente colorida, La Habana es una visita obligada para los que buscan aventurarse en un viaje distinto por una ciudad que se detuvo en el tiempo.

Situada en el mar Caribe, Cuba ofrece múltiples opciones para los turistas que llegan con ganas de desconectar unos días. Sus magníficas playas y numerosos atractivos culturales e históricos combinados con el buen clima, convierten a esta isla en el destino perfecto para visitar en cualquier época del año.

La Habana, capital de los cubanos, es una ciudad vibrante llena de música y color. Su rica historia, la sonrisa de su gente, su cultura y arquitectura, enamoran y sorprenden a todos sus visitantes. El rosa pastel, amarillo brillante y azul eléctrico de sus viejas fachadas, junto a los hipnóticos coches antiguos, ponen color a las postales más icónicas e inolvidables de esta ciudad llena de contrastes, que evoca –permanentemente- la sensación de estar detenido en el tiempo.

La Habana, conocida por sus calles empedradas y estrechas, que serpentean a través de barrios históricos que se abren paso hacia el Malecón, guarda secretos y múltiples actividades para realizar. Aquí te dejamos algunos imperdibles para recorrer a través de sus callecitas.

Para explorar cada rincón, vamos a dividir la ciudad en tres zonas, donde se encuentran la gran mayoría de sus lugares imprescindibles: La Habana Vieja, Centro Habana y Vedado.

Un viaje en el tiempo

La Habana Vieja es el casco histórico de la ciudad. Fundada en 1519, sus plazas históricas y edificios coloniales son testimonio viviente de la historia cubana, logrando transportar permanentemente a tiempos pasados.

Una de las calles más famosas de la zona es la Obispo. Esta bulliciosa vía peatonal llena de vida y energía nace justo al lado del emblemático bar Floridita y culmina en la bahía de La Habana. Estrecha, concurrida y tan vieja como La Habana misma, cada una de sus cuadras, desborda cubanía en una mezcla de rostros, historia, arquitectura, música, colores, sabores y cultura. Desde vendedores ambulantes hasta músicos que entonan canciones tradicionales, la calle Obispo aparece como un microcosmos de la vida en La Habana.

En el centro de la Plaza de la Revolución: el monumento a José Martí, fundador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra de la Independencia de Cuba. (Gentileza: Romina Musso)
En el centro de la Plaza de la Revolución: el monumento a José Martí, fundador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra de la Independencia de Cuba. (Gentileza: Romina Musso)

Este barrio creció a partir de cuatro plazas: la plaza de la Catedral, situada al lado de la majestuosa Catedral de San Cristóbal; plaza de Armas, centro militar y defensivo, es la más antigua de la ciudad y allí encontramos algunas edificaciones muy destacadas, como el Castillo de la Real Fuerza, El Templete, el Museo Nacional de Historia Natural, el Museo de Navegación y el Museo del Automóvil; plaza Vieja, con una arquitectura que no pasa desapercibida; y la plaza de San Francisco de Asís cercana al puerto, y en cuyo lado sur se sitúan la iglesia y el convento de San Francisco de Asís.

Bodeguita del Medio, el icónico bar conocido por su historia, ambiente único y, por supuesto, sus deliciosos mojitos. (Gentileza: Romina Musso)
Bodeguita del Medio, el icónico bar conocido por su historia, ambiente único y, por supuesto, sus deliciosos mojitos. (Gentileza: Romina Musso)

En La Habana Vieja también se encuentra la Bodeguita del Medio, el icónico bar conocido por su historia, ambiente único y, por supuesto, sus deliciosos mojitos. Por allí pasaron desde artistas hasta importantes políticos, que han ido cubriendo de mensajes las paredes del emblemático lugar, destacándose la firma del escritor Ernest Hemingway, quien dejó el famoso mensaje: Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquiri en El Floridita.

Centro Habana: donde la vida cotidiana se une con la historia

Si bien Centro Habana es un barrio menos turístico, ofrece una visión más auténtica de la vida cotidiana en la ciudad. Ubicado entre La Habana Vieja y Vedado exhibe un contraste perfecto entre los viejos edificios con las fachadas renovadas, a su vez contiene algunos de los monumentos más emblemáticos de La Habana.

El majestuoso edificio del Capitolio, inaugurado en 1931, es una de las estructuras más llamativas de Centro Habana. (Gentileza: Romina Musso)
El majestuoso edificio del Capitolio, inaugurado en 1931, es una de las estructuras más llamativas de Centro Habana. (Gentileza: Romina Musso)

El Capitolio Nacional de Cuba es una de las estructuras más llamativas de Centro Habana. Este majestuoso edificio neoclásico inaugurado oficialmente en el año 1931, que recuerda al Capitolio de Washington, es impresionante, tanto por su arquitectura como por su historia. En su interior: imprescindible visitar el Salón de los Pasos Perdidos, donde se encuentra la Estatua de la República, o los salones Bolívar, Baire y Baraguá.

Otro imperdible de esta zona es el Museo de la Revolución, ubicado en el antiguo Palacio Presidencial, un testimonio de la historia política y revolucionaria de Cuba. Brinda una visión única de los eventos que condujeron al cambio político en el país, presentando una rica colección de artefactos y documentos históricos. Es una visita esencial para quienes están interesados en la historia de Cuba y su legado revolucionario.

Explorar La Habana significa visitar la Fábrica de Habanos. Ubicada en Centro Habana, la tradicional empresa de puros Partagás cuenta con una visita guiada que permite adentrarse en todo el proceso de elaboración, desde el secado de las hojas hasta que llega a las manos de su cliente. Fundada en 1845, es una experiencia imperdible donde aún se conserva la tradición más antigua de La Habana. Además de aprender sobre los cigarros, sus tamaños, aromas y gustos, es posible disfrutar de la hermosa arquitectura del lugar.

Vedado: el corazón moderno de La Habana

Es el distrito más moderno de La Habana, lleno de edificios Art Decó y una vibrante vida nocturna. Aquí, cada una de sus calles, exhibe una mezcla de cultura contemporánea y un toque de nostalgia por la época dorada de la ciudad. Entre los lugares de visita obligada en esta zona, se destaca la Plaza de la Revolución, el Hotel Nacional de Cuba y el emblemático Malecón.

En la Plaza de la Revolución se erigen las imágenes de figuras históricas como el Che Guevara y Camilo Cienfuegos. (Gentileza: Romina Musso)
En la Plaza de la Revolución se erigen las imágenes de figuras históricas como el Che Guevara y Camilo Cienfuegos. (Gentileza: Romina Musso)

La Plaza de la Revolución es una de las plazas públicas más grandes del mundo y el escenario de referencia de muchos de los acontecimientos relacionados con la Revolución de Cuba. Famosa por su inmensa explanada y las imágenes de figuras históricas, como el Che Guevara y Camilo Cienfuegos en sus respectivos edificios, ha llegado a congregar –aproximadamente- un millón de personas y fue testigo de la celebración de aniversario de varios momentos históricos, como el asalto al Cuartel Moncada y el triunfo de la Revolución. En su parte central se encuentra el Memorial José Martí, un gigantesco monumento que alberga en su interior un museo y un mirador que ofrece maravillosas vistas de toda la ciudad.

Almadrones, autos antiguos que funcionan como taxis compartidos. (Gentileza: Romina Musso)
Almadrones, autos antiguos que funcionan como taxis compartidos. (Gentileza: Romina Musso)

Si hablamos de vistas, una de las más importantes y conocidas son las que se pueden observar desde el famoso Malecón hacia el mar Caribe. Este lugar, uno de los más icónicos y queridos de La Habana, se trata de un paseo marítimo que se extiende por ocho kilómetros a lo largo de la costa norte de la ciudad, desde el Castillo Real de La Fuerza -en el extremo sur de La Habana Vieja- hasta el Vedado. El Malecón se construyó en varias etapas, comenzando en el año 1900. Diseñado para proteger la ciudad de las inundaciones y las embestidas del mar, este paredón pasa por varios barrios y lugares emblemáticos de la ciudad, pudiéndose admirar, a lo largo de su recorrido, edificios de diferentes épocas y estilos arquitectónicos, desde construcciones coloniales hasta algunos más modernos. Durante el día, este paseo es un lugar ideal para relajarse y disfrutar del sol, mientras que por la noche se convierte en un punto de encuentro para jóvenes y músicos locales que se reúnen para tocar y cantar.

Otro imperdible en el Vedado es el famoso Hotel Nacional de Cuba, un ícono de la ciudad que alojó a celebridades y figuras históricas a lo largo de los años. El hotel resulta un verdadero museo viviente. Desde su terraza se obtiene una fabulosa vista del Malecón y el mar.

Datos útiles

Dónde dormir. En La Habana hay hoteles de lujo y hostales, pero, sin lugar a dudas, lo que más se destaca son los guest houses, casas particulares, operadas por locales y autorizadas por el Gobierno que ofrecen habitación privada con baño. Esta alternativa es una excelente opción de hospedaje para los viajeros que desean una experiencia más auténtica y cercana a la cultura cubana.

Dónde comer. Explorar La Habana sin visitar uno de sus célebres paladares sería un viaje incompleto. Estos tradicionales comedores pertenecen a casas de familias que ofrecen platos locales abundantes y a precios muy accesibles (a partir de 1 CUC). Un imperdible: la ropa vieja, una exquisita preparación de carne desmenuzada cocinada a fuego lento con verduras. La cocina cubana se trata de una deliciosa fusión de influencias españolas, africanas y caribeñas, destacándose platos como el arroz con frijoles negros, el congri y el jugoso cerdo asado. La comida en La Habana es una auténtica fiesta de sabores, tanto en los encantadores paladares familiares como en los elegantes establecimientos de alta cocina.

Cómo moverse. Existen varias opciones para movilizarse en la capital cubana: están los almendrones, autos antiguos que funcionan como taxis compartidos (algunos operan con rutas fijas), el costo del viaje generalmente es más bajo que el de un taxi privado; las guaguas, colectivos pequeños con recorridos y paradas establecidas; y las bici-taxis, carros tirados por bicicletas en los que la tarifa se acuerda con el conductor.

La moneda. En Cuba se usan dos monedas: el peso cubano, moneda nacional o CUP, por un lado, y el CUC, divisa o peso cubano convertible, por el otro. El CUP tiene una cotización menor respecto del dólar que el CUC, creado para el turista. Hay que tener en cuenta que algunos comercios sólo reciben moneda nacional, otros las dos y algunos sólo CUC. Es recomendable no llegar a la isla con dólares estadounidenses porque cobran una comisión para cambiarlos.