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La cueva secreta de Wadi Shab, un tesoro que probablemente no conocías

Aguas celestes y una cascada forman un paraíso que espera al final del recorrido. Se llega después de viajar en lancha, caminar 45 minutos y atravesar un pasadizo nadando.

Para los viajeros aventureros, esta cueva de aguas cristalinas color celeste va a ser toda una tentación. Se trata de Wadi Shab, ubicada en Omán, a tan sólo dos horas de Mascat, la capital del país.

Para llegar hay que hacer un pequeño viaje en lancha y después caminar por unos 45 minutos a través de paisajes increíbles que hacen que el circuito valga totalmente la pena. Durante el trayecto hay varias piletas naturales en las que es posible sumergirse, pero sin dudas la mejor parte es la cueva secreta que se encuentra al final del camino. Para acceder a ese punto, hay que sortear una última prueba: nadar a través de un estrecho pasadizo.

Hay dos razones por las cuales este recorrido es sólo para aventureros: la primera –y principal– es que no hay señalización a lo largo del camino, por lo que el viajero debe estar dispuesto a pedir indicaciones a la gente con la que se vaya encontrando. La segunda se debe al pasadizo que hay que atravesar para llegar a la cueva, que implica que el visitante se sienta seguro en el agua y sepa nadar cómodamente.

Hay más

Cuando se piensa que se llegó al final del trayecto, viene la mejor parte. Se debe buscar una gran grieta entre las rocas, que crea un pequeño arco debajo del cual hay que pasar. Dependiendo del nivel del agua, se podrá nadar durante cuatro metros con la cabeza afuera o totalmente sumergida.

Una vez en el destino, hay varias cosas para hacer además de sorprenderse con la belleza del lugar. Una opción es escalar las rocas con una cuerda que se encuentra al lado de una cascada. Allí, en la parte superior, existe otra pileta natural, y un camino conduce hacia una especie de balcón que permite observar la cueva desde arriba. Para bajar, los que se animen pueden saltar.