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La ciudad de Dios

(Fotomontaje de Javier Candellero).
(Fotomontaje de Javier Candellero).

Atractivos geográficos, culturales y climáticos son las señas particulares de Río de Janeiro, centro turístico brasileño al que los visitantes desean arribar una y otra vez.

La inmensidad de Río de Janeiro puede convertirse en el destino de vacaciones anuales o de una escapada de pocos días. En cualquiera de los casos hay circuitos ineludibles para realizar en la bella ciudad carioca, tales como el ascenso al Cristo Redentor y al Pan de Azúcar –en un teleférico–; el descanso al sol en las playas del Atlántico y por las noches, el deleite de escuchar bossa nova en Leblón.

En un vuelo de escasas horas se habrá arribado a la llamada “Cidade maravilhosa” (Ciudad maravillosa) de uno de los países más grandes del mundo.

Brasil tiene incontables lugares fascinantes, pero tiene en la también denominada Ciudad de Dios, de la que mucho se habla y de la que tal vez una vida no baste para recorrer, uno de los destinos más deslumbrantes.

Con temperaturas ideales de alrededor del 30° para esta época, el avión aterriza y se produce el encuentro entre el espíritu predispuesto del viajero y el clima que todo Río tiene para ofrecer.

El binomio clima y atractivos se enriquece con la proverbial alegría de los cariocas, anfitriones de lujo, acostumbrados a recibir a lo largo del año, a millones de turistas internacionales.

El servicio de transporte en el aeropuerto internacional Galeão –cuyo nombre oficial es Antônio Carlos Jobim– permite llegar, en un recorrido de entre media o tres cuarto de hora, al centro de la ciudad o bien, en un viaje un poco más largo, para alojarse en la zona de playas. Será oportuno ese recorrido para observar la metrópolis en fugaces e impactantes imágenes.

Enormes plazas de exuberante vegetación, con intensos verdes de añosas arboledas se colorean con flores vistosas que se abren gustosas al propicio clima.

En muchos de esos espacios verdes se disponen canchas de fútbol públicas que en general están bien aprovechadas por los cariocas amantes del deporte.

Las sierras enmarcan el recorrido y la urbe muestra sus costados más vulnerables con las favelas y, entre palmeras, imponentes edificios modernos y fachadas de mansiones del siglo pasado, actualmente restauradas.

Túneles y autopistas marcan el movimiento constante de la gran ciudad, y aparece la Catedral Metropolitana con una construcción piramidal, capacidad para unas 20 mil personas y con estilo vanguardista.

Hacia 2014. Similar sorpresa produce observar el Estadio Maracaná que actualmente está en refacciones preparándose para el próximo Mundial de Fútbol 2014.

Más adelante, aparece el ícono del Carnaval de Río: el Sambódromo, a lo largo de la popular calle Marquês de Sapucaí, la misma que se convierte en un escenario de 700 metros, por donde desfilan las mejores escuelas de samba al ritmo de las batucadas.

Desde lo más alto de la ciudad, tan cerca del cielo, el Cristo Redentor (mide unos 30 metros de altura), la brisa refresca mientras se observa la magnífica ciudad en panorámica.

La vista es insuperable cuando desde el morro del Corcovado se ve la bahía de Guanabara, una de las más bellas.

Tomar un café o refrigerio mientras se sigue el movimiento de los cientos de turistas que desesperan por retratar la postal, es una excusa para disfrutar del momento.

Hacia las alturas

La opción para una breve estadía es realizar en un mismo día una excursión al Corcovado que es el cerro en cuya cima se encuentra una de las siete maravillas del mundo, la del Cristo Redentor; al Pan de Azúcar al cual se llegará en el teleférico y además, la visita a diferentes puntos de la ciudad de Río.

Una salida incluye el almuerzo en alguno de los mejores restaurantes, acodados en ventanales desde donde se observa una generosa vista panorámica mientras se saborean las exquisiteces de la gastronomía típica.

El atardecer con la ciudad que comienza a iluminarse alrededor de las 18 cuando el sol se despide en el horizonte de bahía de Guanabara.

Una elocuente fotografía, la que no será necesario someter al Photoshop.

Lo que hay que saber

Aéreo desde Córdoba. Desde el Aeropuerto Ambrosio Taravella de Córdoba hay vuelos diarios con la aerolínea brasileña GOL hacia la aeroestación Guarulhos, de San Pablo, donde tras una escala de 40 minutos prosigue viaje a Río de Janeiro.

Tarifa Córdoba / Río: $ 1.993, con tasas e impuestos incluidos.