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Ir en auto a Chile por el paso de Jama

El paso de Jama es otro de los pasos situados a gran altura (4.400 m.s.n.m.), pero cuenta con la ventaja de estar totalmente pavimentado de ambos lados de la cordillera de los Andes.

Desde Córdoba hay que recorrer unos 1.200 kilómetros para arribar a este paso jujeño. Básicamente hay dos alternativas que convergen en la salteña localidad de Rosario de la Frontera: por las rutas nacionales 60 y 157 hasta Tucumán y desde allí por la nacional 9; o por Santiago del Estero-La Banda utilizando la nacional 34, trayecto unos 20 kilómetros más largo pero algo menos cargado de tránsito.

Lo ideal es descansar en Purmamarca, ubicada al pie del Cerro Siete Colores y a unos 2.100 metros de altura, y así evitar el apunamiento para reiniciar la marcha hacia Jama al día siguiente por la cuesta de Lipán y el cruce de las Salinas Grandes, lo que demanda casi tres horas hasta el paso.

Pero ahí está el dilema. El paso se habilita de 8 a 23 y en la temporada estival las instalaciones del Centro Unificado de Frontera simplemente colapsan debido a la gran afluencia de habitantes del centro del país y del Noroeste argentino, que se suma al habitual e intenso tránsito de camiones, fundamentalmente entre los puertos de Chile y el Paraguay.

No es de extrañarse que aquellos que descansan en el “bajo” para pasar lo más rápido posible la altura de la Puna se encuentren demorados por tres o cuatro horas en el mismo paso de Jama.

Algunos optan por acercarse al paso y dormir en la altura, ya sea en la limitada oferta de Susques (no deje de visitar la joya arquitectónica de la iglesia Nuestra Señora de Belén), en las pocas habitaciones disponibles en el poblado de Jama o directamente en el vehículo haciendo la cola para pasar al inicio de la jornada. En Jama se puede cargar combustible y hay un servicio de emergencias médicas.

No hay que olvidar que desde el límite todavía hay que recorrer más de 600 kilómetros hasta Iquique a través de la Puna y del Desierto de Atacama.