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Información útil para viajar a cinco ciudades en ruinas de México

Datos a tener en cuenta para conocer cinco ciudades en ruinas que deslumbran.

CÓMO LLEGAR: Desde Córdoba hay vuelos con escalas hacia México, al DF y Cancún, con LATAM, Copa Airlines y Aerolíneas Argentinas. El ticket cuesta desde 12.700 pesos. Las ruinas se pueden visitar desde ciudades cercanas en autobús o con un tour (entre 400 y 1.200 pesos). A Teotihuacán se llega desde el Distrito Federal; a Monte Albán, desde Oaxaca de Juárez; y a Palenque, desde la ciudad homónima en Chiapas. A Chichén Itzá y Tulum, desde Cancún o Playa del Carmen.

CIUDADES. México: cinco ciudades en ruinas que deslumbran.

PASEOS: Las zonas arqueológicas tienen un costo de ingreso que ronda los 50 pesos. En cada una hay un Museo del Sitio, con exposiciones y la historia del lugar, y placas con información junto a las ruinas, pero contratar un guía tiene su encanto. Se pueden conocer detalles curiosos: cómo los mayas deformaban sus cráneos para tener la distinguida nariz aguileña o por qué usaban el cinabrio (sulfato de mercurio) en las tumbas. Hay guías acreditados en los ingresos, y el precio del tour suele ser negociable.

ALOJAMIENTO: En Ciudad de México se pueden conseguir hoteles con buena valoración por entre 2.000 y 7.000 pesos la base doble. El Gran Hotel Ciudad de México (granhoteldelaciudaddemexico.com.mx), de cuatro estrellas, tiene habitaciones por menos de 2.200 pesos en temporada baja o promoción. Otra buena opción es Las Alcobas México (lasalcobas.com), un hotel romántico de lujo, por alrededor de 7.000 pesos la noche.

GASTRONOMÍA: En Oaxaca, donde están las ruinas de Monte Albán, el mezcal es la bebida tradicional, elaborada con el corazón del agave. Se puede degustar en La Casa del Mezcal por entre 30 y 50 pesos el trago. En La Olla hay platos oaxaqueños, como la salsa de chile chilcoxtle con pollo, y mexicanos, como la Cochinita, por unos 80 pesos.

MÁS DATOS: visitmexico.com/es.

Detalles: Cultura ancestral 

Para conocer la zona a fondo.

Jugando con los astros. El juego de la pelota fue más que un deporte en la época precolombina. Se cree que el movimiento del balón, que los jugadores golpeaban con sus codos, caderas y rodillas, simbolizaba la trayectoria de los astros. Y, también, que los perdedores solían ser sacrificados. En Monte Albán, era utilizado como medio para resolver conflictos y para rituales. En las ruinas hay un pequeño campo de juego. También hay otros en Palenque y Chichén Itzá.

Los engaños de la historia. Al visitar las ruinas, los nombres pueden engañar. La Pirámide del Sol de Teotihuacán es en realidad una ofrenda al dios del agua: Tlaloc. En el Muro de los Danzantes de Monte Albán no hay un baile sino enemigos que han sido sacrificados. Kukulkán, en Chichén Itzá, nunca fue un "Castillo". Y la lista sigue: los antropólogos van reescribiendo la verdadera historia detrás de los rastros que dejaron estas grandes civilizaciones.

El astronauta de Palenque. La enigmática Palenque ha generado diversas creencias, como la que indica que extraterrestres intervinieron en su creación y que su gobernante más destacado, Pakal II, ascendió a los cielos como un astronauta en una cápsula espacial. La suposición nace de la escena esculpida sobre su tumba, que representa la cosmovisión maya. En el museo del sitio se puede ver una réplica de la lápida. Para saber más: buscar a Erich von Däniken, quien con esa hipótesis vendió miles de libros en los '70.

Algunos consejos. Los recorridos por las ruinas suelen llevar como mínimo 45 minutos, por lo cual se aconseja llevar zapatos cómodos, ropa holgada y suficiente agua. En el verano, es fundamental contar con protector solar y una gorra o sombrero, porque se suelen caminar grandes distancias al aire libre. En las épocas de lluvia, se recomienda incluir un impermeable y repelente.