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Información útil para enamorarse de Croacia y Montenegro

Conocé las bellezas que se encuentran en ambos países. 

CÓMO LLEGAR: no hay vuelos directos a estos países, por lo que se debe hacer conexión vía Barcelona o Londres. Combinar aerolíneas clásicas con low cost puede abaratar los costos. Desde Buenos Aires, vía Norwegian y Vueling, se consiguen pasajes desde $ 30.000.

DOS IMPERDIBLES. Croacia y Montenegro, la otra cara del Adriático.

CÓMO MOVERSE: las distancias no son largas pero el sistema de colectivos no es el más fluido, por lo que habrá que planificar y conocer los horarios o bien alquilar un auto. Los ferries conectan las islas y tienen múltiples horarios. Más info en buscroatia.com y jadrolinija.hr.

ALOJAMIENTO: en ambos países es justo decir que la estructura hotelera está recién despegando. En Croacia proliferan los sobe, habitaciones que alquilan en casas de familia a muy buen precio. Los previsores quizá quieran adelantarse y reservar on line. Cama en hostels desde $ 250, y privadas para dos desde $ 1.200.

GASTRONOMÍA: en Croacia y Montenegro se pueden saborear platos típicos balcánicos, como el ćevapi (similar al chorizo argentino), que se come junto con unos pepinillos en vinagre, mostaza y kajmak. Un tentempié ideal es el börek, hecho de masa philo y relleno con queso feta (con leche de cabra): delicioso a cualquier hora.

Ideas imperdibles

Para tomar nota.

Huellas imperiales. Al norte de Croacia se destaca Pula, la ciudad más grande de la península de Istria. Allí se encuentra un magnífico anfiteatro romano (coetáneo del mismísimo Coliseo de Roma), extremadamente bien conservado. Otrora escenario de torneos medievales, esta arena es actualmente sede del conciertos y obras para disfrutar durante todo el verano boreal.

La cuarta isla. Frente a Split, Hvar, Korcula y Brac son las tres islas más requeridas y  pueden recorrerse en el día tomando un ferry. Quienes quieran algo distinto deberían visitar Vis. Esta isla permaneció inaccesible por años (funcionaba como base militar) pero actualmente sus playas remotas y tranquilas pueden ser disfrutadas por todo el que la elija.

Rodeada de acantilados. Al norte de la costa montenegrina, Kotor es la ciudad turística por excelencia. Está en una bahía formada por el cráter de un antiguo volcán y rodeada de acantilados. Durante 400 años integró el reinado de Venecia, lo que impactó en su perfil arquitectónico, en el que se destacan la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios y el castillo de San Juan.

Budva. El corazón de este centro turístico es su preciosa ciudadela romana de estilo veneciano (restaurada luego de que un fuerte terremoto la destruyera casi por completo), rodeada por el puerto y una pequeña playa. Tiene recompensa quien camina un poco más: a menos de un kilómetro está la playa de Mogren, que con su fina arena blanca y aguas de un inigualable azul es quizás la más hermosa del país.

Una postal. Con un racimo de perfectos techos naranjas, fachadas medievales y frondosos árboles superpuestos en un islote, Sveti Stefan es una de las postales más bellas de Montenegro. Si bien la isla está bajo una exclusiva concesión hasta 2039, es posible acceder al Milocer, un gran parque que rodea sus bordes, y así disfrutar de un increíble paseo a la sombra de los pinos y olivos.