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Información útil para enamorarse de Buzios e Ilha Grande

Dos destinos que invitan a ser recorridos.

CÓMO LLEGAR: el aeropuerto más cercano es el de Río de Janeiro. Desde Córdoba hay vuelos a partir de $ 9.600 (con escalas) y .000 (directos).

PARAÍSOS PARA CONOCER. Buzios e Ilha Grande: un combo tentador.

CÓMO MOVERSE: de Río a Buzios en auto hay unas dos horas de viaje. Atención, porque cerca de la llegada a Buzios hay radares de control de velocidad. Se pueden contratar servicios de transfer (unos 100 reales por persona) y autos con chofer. Informes: autoviacao1001.com.br.

De Río a Ilha Grande hay 180 kilómetros y el trayecto marítimo es imprescindible. Hay tres puertos de salida desde Angra dos Reis. La opción más accesible son las lanchas públicas (17 reales), que tardan una hora y media. Las lanchas rápidas tardan media hora y el precio va de 50 a 100 reales. En Ilha Grande no hay aeropuerto ni puentes de conexión.

ALOJAMIENTO: Buzios tiene oferta de hospedaje de todos los niveles. A partir de marzo, hay posadas céntricas con promociones desde $ 2.500 la noche en habitación doble y hoteles cuatro estrellas con vista al mar por $ 4.500. En Ilha Grande, hoteles cinco estrellas desde $ 6.500 y de dos estrellas desde $ 2.700.

GASTRONOMÍA: hay que disfrutar de platos a base de pescado fresco (como el pargo a las brasas), frutos de mar (camarones, calamares) y agua de coco. En Buzios, sobre todo, la oferta gastronómica se multiplica, con opciones étnicas de todo el mundo. Ilha Grande tiene como plato típico el peixe con banana y los mariscos; también son populares el peixe frito, la moqueca y los risottos.

MÁS DATOS: visitbrasil.com.

Info

Tips

Para tener en cuenta.

Iglesias. La Iglesia de Santa Ana, la primera de Buzios, se levantó a mediados del siglo XVIII con piedras y argamasa. Ofrece muy lindas vistas de las playas de Armação y dos Ossos. La otra iglesia famosa es la que está dedicada a la Nuestra Señora Desatanudos, en la zona de Geribá. Creencias aparte, la decoración interior es obra de reconocidos artistas brasileños.

Según las mareas. La escultura de los pescadores realizada por Christina Motta, un icono local, es lo primero que ven los pasajeros que llegan a Buzios en crucero. Con la marea alta, se encuentran en medio del mar, pero cuando baja el agua es posible acercarse caminando para sacarse fotos junto a ellos.

Desde el barco. Ilha Grande es una parada habitual de los cruceros que recorren la costa brasileña y se acercan a la región de Río de Janeiro. Los buques anclan frente a Abraão y los viajeros bajan en botes transbordadores, ya que no hay muelle: una vez allí, la mayoría se dedica al esnórquel o bien se toma una goleta hacia las diferentes playas.

A pie. Es muy lindo recorrer las trilhas –senderos– de Ilha Grande que se internan en la Mata Atlántica (siempre con calzado cerrado y repelente) y desembocan en diferentes playas. El relieve isleño obliga a ir subiendo y bajando, pero las vistas son preciosas y los caminos tienen niveles de dificultad adecuados para todo tipo de visitantes.