El increíble estudio que Gustave Eiffel escondió en su torre

Las mentes detrás de las construcciones más famosas de la historia suelen esconder excentricidades en sus creaciones, desde el rey Luis XIV que intentó crear en Versalles un palacio único en el mundo hasta los arquitectos de los actuales rascacielos que, alrededor del mundo compiten por quedarse con el título al más alto del mundo. Ahora, la Torre Eiffel y su estudio secreto pasan a formar parte de la lista.

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¡Oh la la... la envidia!

La torre se concluyó en 1889. En su último piso, Gustave diseñó un departamento totalmente amoblado, con un balcón al aire libre y unos 100 metros cuadrados. Se supone que el ingeniero nunca durmió allí ya que el espacio no contaba con habitación, sino con rincones sociales con sofá, piano y tres pequeños despachos dedicados a su estudio.

Pero lo que más celos causaba a la sociedad de la época era que no se podía visitar abiertamente, sólo por invitación personal del dueño, quien era muy selecto con sus amistades y se codeaba con personalidades famosas como el inventor Thomas Edison.

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Ahora ya no hace falta una invitación VIP para conocerlo, se encuentra abierto al público y su interior se conservó imitando la decoración original. Además cuenta con algunas figuras de cera de los personajes que lo vivieron, entre ellas se puede distinguir al constructor de la torre, su hija y Thomas Edison. Sólo queda imaginar cómo eran sus charlas allí.