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Giant’s Causeway: donde los gigantes dejaron su huella

Dicen los que estuvieron allí que no hay palabras para describir a Irlanda, y uno de sus paisajes más asombrosos y cautivantes se encuentra en el norte de la isla más grande de Europa. 

El Giant’s Causeway, o Calzada del Gigante, está en la costa nororiental de Irlanda y fue descubierta en 1693.

La reserva natural, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986, contiene cerca de 40 mil columnas de basalto, cuyo origen se ubica hace 60 millones de años por el enfriamiento veloz de columnas de lava durante una erupción volcánica.

El paisaje, que parece salido de una película de ciencia ficción, dio origen a un leyenda de cuentos en la que aparecen dos gigantes: Finn y Bennandoner. Malos vecinos y obligados a estar cerca, los gigantes se peleaban constantemente y se arrojaban rocas, con tanta intensidad que terminó formándose un campo de piedras en el mar.

Bennandoner, del lado escocés de la pelea, se animó a cruzar el espacio hasta el territorio de Finn y, cuando la mujer de éste lo vio aproximarse, disfrazó a su marido de bebé y de esta manera logró engañar al agresor haciéndole creer que el padre de la criatura era mucho más grande de tamaño.

De esta manera, el escocés salió huyendo por el Giant’s Causeway, y en el trayecto hundió las rocas en las profundidades del mar.