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En esta ciudad asiática aman a los gatos

Considerados de buena suerte, son adorados por los locales a pesar de brillar por su ausencia.

En Malasia, más específicamente en el estado de Sarawak, se encuentra la ciudad de Kuching, la cual llama la atención por su obsesión con los felinos. No por nada su nombre significa "ciudad de gatos" en lengua malaya.

Por toda la ciudad se pueden encontrar objetos relacionados con los felinos, desde pinturas, hasta esculturas. El mejor lugar para entender la relación de este pueblo con los gatos es el museo dedicado a ellos, en donde no hay que pagar para entrar. La realidad es que no es un gran museo, ni muy sorprendente, pero ya que se está ahí vale la pena visitarlo.

Lo más curioso es que por más que amen y alaben a los gatos, porque piensan que son de buena suerte, no se ve ningún felino en las calles.

Cuenta la leyenda

Hay varias teorías en relación al nombre de la ciudad. Una de las que más fuerza tiene cuenta que cuando el primer rajá (rey) blanco de Sarawak, un inglés llamado James Brooke, llegó a Kuching en 1839, señaló el asentamiento y preguntó cómo se llamaba. Pensando que se refería a un gato que pasaba, un local le dijo que se su nombre era "Kucing".