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El cordobés que recorrió 75 países y quiere llegar a los 100

Con 36 años, Lucas Cohen reparte el año entre las costas de España y Cura Brochero. Jefe de entretenimiento en hoteles, escritor, fotógrafo y antiguo animador en cruceros, este cordobés no deja de sorprenderse con cada nuevo destino.

Desde España, Lucas Cohen conversó con Voy de Viaje sobre sus inicios, sus publicaciones y su particular forma de conocer el mundo.

¿Cómo comenzó esta experiencia alrededor del planeta?

En 2007, un amigo mago –que por otras causalidades parecidas a las mías había comenzado a trabajar en cruceros– me llamó un día para preguntarme si quería trabajar de animador. No tenía ni idea de qué se trataba, pero le dije que sí. Recién egresado como diseñador multimedia, algo de periodismo y organizador de eventos, ni me lo pensé dos veces. Un mes después, enchufado por magia, me subí a mi primer barco en el puerto de Barcelona. Tres años después, luego de las rutas del Mediterráneo, del Egeo y del Caribe, me bajé de ese mundo flotante. Sigo hasta el día de hoy trabajando como jefe de entretenimiento en hoteles por diferentes costas de España.

¿Qué lugares recorriste hasta el momento?

Con mi primer barco recorrí España, Francia, Italia, Malta y Túnez: el paquete básico europeo. El segundo barco hacía puerto en Grecia y Turquía. El tercero fue Venezuela, Aruba, Barbados, Granada, Curaçao y otro par de islas más. Mi trabajo son siete meses al año. Cuando termino siempre vuelvo a Córdoba, a Cura Brochero, a casa. De verano en verano; el de allá y el de acá. Entre que vuelvo y me voy, me tomo un mes para viajar y conocer. He recorrido 75 países. Y llega un momento en el que, cuando Europa te queda chica, es tiempo de planificar fuera de tu zona de confort.

En esos 75 países, ¿cuál fue el destino que más te impactó?

Cuando se viaja con la mirada de un fotógrafo, todos los países tienen su esencia. Si además se lleva la inocencia a flor de piel, no hay nada que deje de sorprenderte. En Islandia, los géiseres me dejaron loco, y la aurora boreal. En Lituania, la excárcel de la KGB (de noche y con linternas). El metro de Moscú. El tren de Bulgaria a Rumania. Las mujeres de Serbia. El mercado de Albania. Flotar en el Mar Muerto. Tocar el Muro de los Lamentos. Sentir Auschwitz. La Torre Eiffel. El Muro de Berlín. El Big Ben. El Cementerio Judío de Praga. Navidad en Viena. El Coliseo. La Mezquita de Santa Sofía. La Acrópolis. Las Pirámides. El Zoco de Tánger. De nuestro lado, las Cataratas y el Perito Moreno. Más arriba, Machu Picchu. El Canal de Panamá. Las mariposas azules de Costa Rica. El volcán activo de Nicaragua. Antigua Guatemala. La Habana, toda entera. Las ruinas mayas de México.

¿De qué forma planificás un viaje?

Admiro a la gente que utiliza todas sus vacaciones en un mismo lugar. Yo no puedo. Lo primero que hago cuando elijo un destino es buscar en un mapa los límites y hasta dónde puedo llegar. Un viaje de dos países me duele. Entro en los buscadores de vuelos y empiezo a hacer combinaciones. Cuando me decido, entro en la página oficial de la aerolínea y compro los pasajes desde ahí. Generalmente es más barato y se puede elegir asiento (a veces, pagando un extra). Cuando de conocer se trata, todo vale. He perdido muchos vuelos en conexión porque me interesaba quedarme en el lugar. Por ejemplo una vez, volviendo de Finlandia, la escala era en Frankfurt. Perdí el vuelo de conexión a Barcelona, pero ya tenía hotel para pasar la noche. A la mañana siguiente alquilé un coche y conduje hasta Liechtenstein. En cuanto a hoteles, cuando era un viajero novato solía buscarme vuelos que llegasen temprano. Una vez en el centro de la ciudad, buscaba alojamiento caminando. Me hice viejo. Ahora llevo todo organizado y estructurado. Como así también no me importaba dormir en una habitación con 16 personas más; y ahora busco comodidad y ubicación.

¿Cuál es la parte del viaje que más disfrutas?

Mi parte favorita del viaje es la planificación. La previa. Imaginar cuántos días necesitaré en tal región, a qué ciudad ir. Mi próximo destino es Asia, en tres viajes distintos: noviembre, diciembre y enero. Para lograr la planificación final, cambié tantas veces de idea, de destinos, de “primero a uno y después a otro”. Papelitos anotados, vuelos, precios. Por dónde empiezo, de dónde vuelvo. Mi parte favorita.

¿Viajás solo o acompañado?

Me gusta mucho viajar solo. No depender de nadie, manejar tus propias manías. Tus horarios, tu hambre, tu sueño, tu cansancio o no. Y más siendo fotógrafo. Vemos una imagen y nos detenemos, la buscamos, la encuadramos. Foto, foto, foto. Caminamos veinte metros. Nos detenemos de nuevo. Clic, clic, clic. Somos insoportables. Aunque acompañados es más divertido. Hay risas, compañerismo, recuerdos más fuertes.

Sos fotógrafo y escritor, ¿de qué se tratan los libros que publicaste?

He publicado siete libros. Los primeros tres fueron de cuentos cortos (fui elegido Joven Escritor Distinguido por la Sociedad Argentina de Escritores). El cuarto es una comedia irónica y sarcástica sobre el amor. Fue entonces que descubrí la fotografía y me resultó más fácil mostrar mis ideas que escribirlas. Los últimos tres libros son álbumes fotográficos (gané más de una docena de concursos de fotos nacionales e internacionales). De estos, los dos primeros son de fotos callejeras. El tercero está dedicado íntegramente a Chernóbil (pase dos días en la Central Nuclear). Lo interesante de estos libros es que combino la fotografía con la escritura porque cada una de las fotos lleva debajo su texto. En dos renglones te cuento cómo hice la foto, en qué estaba pensando, cómo se me ocurrió; mis sensaciones.

¿Qué esperas para tu futuro?

Quiero llegar a 100 países. Voy a quedar muy cerca. Pero queda tanto mundo todavía por recorrer que ya estoy empezando a planificar en mi mente el… ¿y después de Asia, qué?