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El aburrimiento no tiene cabida

Excursiones guiadas y controladas en vehículos todo terreno por las inquietas dunas.
Excursiones guiadas y controladas en vehículos todo terreno por las inquietas dunas.

Todas las actividades recreativas para el visitante están sujetas a un criterio de sostenibilidad ambiental. Se debe interferir lo menos posible en la vida de las especies que pueblan Doñana, que son los residentes con derecho propio a disfrutar de su entorno. 

Todas las actividades recreativas para el visitante están sujetas a un criterio de sostenibilidad ambiental. Se debe interferir lo menos posible en la vida de las especies que pueblan Doñana, que son los residentes con derecho propio a disfrutar de su entorno.

Aún con estas precauciones, y con respeto a pautas y lugares definidos, en este espacio protegido podemos practicar senderismo, cicloturismo, avistamiento de aves en observatorios fijos, paseos a caballo, windsurf, vela, piragüismo, navegar por el litoral en el Buque Real Fernando y realizar rutas en todo terreno con guía intérprete, limitado a ocho vehículos diarios.

“Es como mostrarle a la gente que nos visita un parque temático donde la naturaleza ha sido la arquitecta y el hombre tiene el modesto rol de admirarlo”, sentencia con sabiduría Gonzalo Dorado, nuestro amable cicerone.

El lince, un paradigma

No hay otro felino en el mundo más amenazado por la extinción que el lince ibérico, que en Doñana vive en una libertad condicional, expuesto a atropellos, caza furtiva y en menor medida a la previsible acción de sus depredadores naturales, que aquí más bien escasean.

Huidizo y muy pocas veces agresivo, el lince ibérico recibe los cuidados del Centro de Cría del Acebuche, instalado dentro de la reserva, donde se ha logrado reproducirlos en cautividad, para luego introducirlos a la libertad. También aquí se presta atención al águila imperial, otra especie en peligro de extinción que está menguando en la península ibérica.

Y no podemos pasar por alto las amenazas de la ambición humana, una presión permanente sobre el ecosistema que toma diversas formas; desde peregrinos proyectos de complejos hoteleros o residenciales de alto standing hasta la sobreexplotación de los recursos hídricos para los cultivos agrarios de las cercanías, pasando por la reciente autorización para construir un oleoducto que rozaría el subsuelo del parque. Esa infraestructura atraería cada año a la ría a decenas de barcos petroleros, lo que potenciaría el peligro de derrames de crudo.

La buena salud de Doñana es cuestionada a menudo por constructores, operadores turísticos y apoyado por referentes políticos, ávidos por someter al parque al “realismo del progreso” que lleve a afectar los recursos naturales para incrementar los dividendos económicos de grupos privados de sentido común y conciencia ecológica.

Tampoco el entramado burocrático de las administraciones públicas parece tener clara la vocación de sostenibilidad. Ojalá que en los próximos años no tengamos que entonar a modo de epitafio del parque aquél refrán español: “entre todos lo mataron y él solo se murió”.

Por suerte, las organizaciones ambientalistas, tanto locales como internacionales, ejercen un permanente control y denuncia de todos los proyectos agresivos que, de concretarse, serían catastróficos para el futuro de Doñana, un baluarte de la vida que debería quedarse así, inmutable, sólo a expensas de los ritmos de la naturaleza.

Lince ibérico, paradigma de la lucha contra la extinción.
Lince ibérico, paradigma de la lucha contra la extinción.

Tradiciones

Los núcleos poblacionales cercanos a Doñana son Almonte, El Rocío y San Lúcar de Barrameda, esta última es ciudad costera del Guadalquivir desde donde Colón a fines del siglo XV inició el tercer viaje a América.

La ermita de la villa de El Rocío es emblemático punto de encuentro religioso y popular de Andalucía. Hacia allí se dirigen cada año peregrinos del sur español, con trajes típicos y en carromatos, a caballo, o en 4x4, para rendir culto a la Virgen del Rocío, cuya imagen, en una madrugada de primavera es sacada de la ermita por jóvenes que saltan las rejas del templo, para pasearla por el caserío, de acuerdo a una vieja tradición. Miles de feligreses acuden a la cita, cruzando en muchos casos los senderos del parque con el impacto ambiental que ello acarrea. Y en Almonte, a finales de junio, se hace otro encuentro popular: la saca de las yeguas, tradición de cinco siglos que empuja a lugareños a internarse en los senderos para agrupar a cientos de caballos marismeños semisalvajes y traerlos al pueblo, donde entran en tropel para ser bendecidos y sometidos a un curioso spa: les cortan las crines, los lavan y los marcan, para luego soltarlos nuevamente a la libertad.

Lo que hay que saber

Cómo llegar. En auto por la autovía que une Sevilla con Huelva, el desvío está señalizado. Está a unos 600 kilómetros de Madrid y a una hora de la frontera portuguesa. En avión el aeropuerto más cercano es el de Jerez de la Frontera, a 24 kilómetros, pero con poca actividad actualmente. El más importante es el aeropuerto de San Pablo en Sevilla, a 90 kilómetros. En tren, hay conexiones AVE desde Madrid a Sevilla y Huelva. No hay estaciones de tren cercanas al parque. En autobús hay líneas regulares que conectan el parque con Huelva, Sevilla e intermedias.

CUÁNDO IR. Para observar las aves, la época primaveral es la mejor. El otoño trae los colores ocres del bosque y la berrea de los ciervos. En invierno la presencia animal cae a mínimos aunque las nieblas de la mañana dan un toque fantasmal al paraje. Los calores de julio y agosto lo hacen menos recomendable.

DÓNDE DORMIR. Hotel Toruño (www.toruno.es) conocido como el "hotel de los pajareros" está ubicado al borde de la marisma de El Rocío y tiene terrazas que permiten divisar las bandadas de aves; allí llegan ornitólogos y avistadores de aves de todo el mundo. Precio medio 40€ por persona.

DÓNDE COMER. Restaurante Toruño (al lado del hotel homónimo). Se sugiere la corvina a la plancha. Hermosas vistas de la marisma. Precio medio 25€. Restaurante Aires de Doñana  (www.airesdedonana.com) en la villa de El Rocío, a las puertas del parque. Cocina local con la mejor materia prima. Precio medio 28€.

VISITAS. Cooperativa Andaluza Marismas del Rocío (www.donanavisitas.es).