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Destinos ideales para mochileros

De Asia a América, lugares con precios asequibles y combinaciones tentadoras de cultura y naturaleza para quienes amen agarrar la mochila y emprender viaje.

Perfil: viajero joven, presupuesto ajustado, mochila grande y ganas de aventurarse. La descripción que, a grandes rasgos, representa a un mochilero modelo –poco más, poco menos–, puede tener algunas alteraciones y subespecies propias de los tiempos modernos, incluyendo hábitos urbanistas y una hoja de ruta marcada por los vuelos low cost. Para ellos, a continuación, una selección de destinos con diversos mundos para descubrir.

Sudeste asiático: sabores especiados y paisajes misteriosos

En Camboya, donde la gente sonríe siempre, es posible recorrer los tesoros del reino y una historia que se escribió a sangre y silencio. Con base en Siem Reap, el circuito abarca la vida rural en campos de arrozales, el inmenso lago Tonlé Sap con sus villas de pescadores, y los imponentes templos de Angkor, la gema del país. Para llegar, lo ideal es tomar un vuelo desde Bangkok (Tailandia), desde 1.600 pesos. Para acceder a las majestuosas obras arquitectónicas, el pase por un día es de 580 pesos. Hostels, desde 120 pesos.

Uno de los tantos combos posibles ofrece conocer la bahía más linda del mundo, la de Halong, en Vietnam, y sumergirse en las calles laberínticas y el centro histórico de la capital milenaria, Hanoi. Además, en Hoi An la gastronomía es parte esencial de la pequeña ciudad y en cada plato se busca el equilibrio, como el ying y el yang. Para disfrutar de la exclusiva y salvaje playa Bai Bai hay cuatro vuelos semanales que conectan Phu Quoc con Ho Chi Minh city desde 700 pesos. Hostels, desde 160 pesos.

Más datos: tourismcambodia.com; vietnamtourism.com.

Centroamérica: templos mayas, volcanes y playas

La biodiversidad tiene nombre y apellido: Costa Rica. El país al que le gusta medir el bienestar humano es una especie de Animal Kingdom, sin luces ni sonidos artificiales, que atrae a miles de viajeros. Tierra de ticos, llamados así porque les encanta usar el diminutivo, ostenta playas de selva eco-friendly para mochileros, un río Celeste, cascadas, aguas termales y una pintoresca capital. En algunas playas es posible dormir por 150 pesos por persona y comer un plato típico por 45 pesos.

En el camino a Guatemala, una visita a Granada (Nicaragua), para apreciar edificios coloniales únicos, bien vale la pena. Ya en la tierra que conserva tesoros arqueológicos de los mayas en Tikal y Yaxhá, la pluralidad alcanza a todas las etnias y lenguas que componen la rica cultura y belleza natural. El lago de Atitlán es uno de los secretos mejor guardados, enmarcado por volcanes. Y, a unos 30 kilómetros de Panajachel, se alberga el mercado al aire libre más grande del país y uno de los más coloridos de América latina: Chichicastenango. El bus de Guatemala a Antigua, la ciudad de casi 500 años de antigüedad que está llena de mansiones, iglesias y conventos de la era colonial, ronda apenas los 30 pesos. Recorrer una plantación de café es posible por 280 pesos. Hostels, desde 150 pesos.

Más datos: visitcostarica.com; visitguatemala.com.

Europa del Este: besos con el Adriático

Croacia es variada. En la península norte de Istria abunda el verde de las colinas con cipreses, olivos y viñedos que recuerdan a la Toscana. Para los viajeros sedientos de mar, la brújula apunta a la costa del Adriático: un paraíso de playas. Si no hay apuro, es posible disfrutar varias semanas viajando a orillas del mar (por Zadar y Split, entre otras ciudades). La isla de Korčula acuña pequeñas calas y un pintoresco pueblo amurallado. Los hostels rondan los 220 pesos y, para moverse, el tren es una de las opciones más económicas.

En el paso por Bosnia y Herzegovina, Mostar merece una escala. Su famoso puente (destruido y reconstruido) une ambos lados de un río turquesa. En algunas edificaciones de piedra blanca todavía hay resabios del brutal pasado.

Desde Podgorica, capital montenegrina, se puede comenzar el recorrido por el Parque Nacional Durmitor, conocido por el cañón del río Tara, el segundo más largo tras el estadounidense Cañón del Colorado. Aunque suele pasar desapercibido, gracias a la idílica bahía de Kotor, su puerto antiguo, las influencias venecianas y el cañón hasta el mar Adriático, Montenegro no decepciona. En verano, el carnaval atrae con sus fiestas y música en la calle. En Budva convergen jóvenes por su centro repleto de bares y discotecas. Hostels, desde 130 pesos.

Más datos: croatia.hr/es; montenegro.travel.

Sudáfrica: en el vértice del continente negro

Además de safaris, en Sudáfrica se despliegan propuestas alternativas para los viajeros que llegan en busca de historia, playas y un intercambio más estrecho con la cultura local. En Johannesburgo y en Soweto, donde está la casa de Mandela, se puede sentir el latido de la resistencia al apartheid. En Durban, las olas del océano Índico salpican las playas solitarias y en los barrios hindúes se inhala aroma a curry. En “la Miami africana”, la vida nocturna es agitada. El vuelo hasta Ciudad del Cabo ronda los 500 pesos. Cosmopolita por la huella culinaria, la arquitectura y los giros lingüísticos, se respira brisa de mar y aire cool. El rabo de tierra, al final del final, es el punto para dejarse hipnotizar por la unión de los dos océanos. Hostels, desde 220 pesos. Comidas típicas: el bobotie, a base de carne, verduras, arroz y especias; y la braaivleis, una parrillada más condimentada que la argentina.

Más datos: southafrica.net.