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Delta del Ebro: para admirar desde el río

En barco o en bicicleta, por un carril paralelo al Ebro, se redescubren antiguas poblaciones, dunas, vestigios de antiguas civilizaciones y extensos arrozales regados por canales y acequias. Oportunidad para disfrutar la excelente gastronomía regional.

El río Ebro tiene 930 kilómetros de extensión y atraviesa siete comunidades autónomas. Nace en Cantabria a 1.850 metros sobre el nivel del mar y luego se dirige a Castilla y León para luego pasar por La Rioja, el País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña, donde encuentra su salida al mar Mediterráneo. El último tramo lo hace a través de un parque natural, una de las zonas húmedas más amplias de la Europa mediterránea, de gran riqueza biológica, avícola y acuática. Esos son suficientes motivos por los que el lugar ocupa un relevante destino turístico.

Ubicado especialmente en la provincia de Tarragona, el Delta del Ebro se caracteriza por ser utilizada como zona de explotación agrícola, especialmente dedicada al cultivo del arroz. Allí, de acuerdo a las distintas estaciones del año, esos campos cambian de colores: terrosos en invierno, inundados de agua en la primavera y verdes en verano.

Para recorrer la región que consta de varias poblaciones se sugiere instalarse en Deltebre, corazón del delta. Tiene 10.100 habitantes y todas las características de un pueblo muy tranquilo predispuesto a atender al turista.

Desde ahí se puede abordar un barco que hace el trayecto hasta la desembocadura del río en el Mediterráneo, tras pasar por el Mirador Molí dels Mirons, desde donde se observa numerosas y variadas especies de aves se calculan alrededor de 350 y que abundan en la zona.

El recorrido se puede hacer también en bicicleta por un carril-bici (ciclovía) que va paralelo al curso de agua. Se trata de un paseo muy agradable que al ingresar al mar se abre un sendero en el choque del agua dulce y la salada del Mediterráneo.

Hacia los costados se ven lagunas rodeadas de cañaverales y juncos, con playas largas y desiertas, y la isla de Buda y en otros sectores se pueden distinguir grandes dunas que invaden prácticamente algunas calles de los pueblos.

Son numerosos los pueblos que se pueden visitar y muy cerca unos de otros. Se circula por caminos a cuyos costados se extienden canales y acequias que proveen de agua a los arrozales. Tal el caso de Amposta, L¨Aldea, L¨Ametlla de Mar, L¨Ampolla, Camarles, Riumar, y Sant Carles de La Rapita. En todos hay vestigios de antiguas civilizaciones como visigodos, fenicios, griegos, romano y árabes, entre otros.

Por este motivo, el paseo turístico también tiene que ver con los hallazgos arqueológicos que se produjeron de manera paulatina alrededor del Ebro.

Uno de los hallazgos más importantes es la Necrópolis neolítica en L Aldea, y otros como la Torre Candela del siglo XVI, una ermita e iglesia del siglo XIII y la Torre Medieval de La Granadella en Camarles.

Tortosa

Fuera del contexto del delta pero atravesada por el río Ebro, se encuentra Tortosa, una ciudad de casi 35 mil habitantes poseedora de un valioso patrimonio histórico como el monumental Castell de la Suda, convertido en parte en un moderno Parador Nacional. Desde el lugar se domina prácticamente toda la población. También tiene baluartes de los siglos XVI y XVII; murales del siglo XIV; el Palacio Episcopal de la misma época y los Jardines del Príncipe que jerarquizan con un magnifico marco verde al notable núcleo antiguo de más de 2.000 años de historia.

Al lado de uno de los puentes que unen los barrios de la ciudad, se levanta un discutido monumento en homenaje a los caídos durante la Batalla del Ebro ya que fue inaugurado por Franco y es muy discutido por la actual comunidad.

La gastronomía de la región se basa en el arroz que se combina con todo tipo de pescados y mariscos. La sopa de pescado, merece un párrafo especial por representar una verdadera exquisitez.

Lo que hay que saber

Cómo llegar. Desde Barcelona en auto por la autopista AP 7 (174 kilómetros), tomar la salida 39ª y continuar por la nacional N 340, y TV 3401 hasta Deltebre.

Alojamiento. Hotel Mas Prades (3*) a un kilómetro de Deltebre.

Gastronomía. Recomendada Casa Rius, frente al embarcadero, ofrece especialidades en arroz y anguila a la plancha.