Ante la pregunta, el capitán Massimo Pennisi no duda un instante: “Cuando me jubile voy a ir a una montaña, lejos del mar, a disfrutar de mi familia”.
Ante la pregunta, el capitán Massimo Pennisi no duda un instante: “Cuando me jubile voy a ir a una montaña, lejos del mar, a disfrutar de mi familia”. Son muchos los años de su vida que transcurrieron arriba de un barco. Al salir de la escuela naval, navegó en buques petroleros, recorriendo una y otra vez las rutas que unen a los países productores con los de consumo.
Luego, y con más de 15 años en la compañía, recorrió toda la escala desde tercer oficial hasta comandante del barco insignia de la flota. El mismo camino que va transitando Cristian Cotugno, el oficial responsable de la seguridad a bordo.
Una compleja responsabilidad que, a partir del accidente de febrero de este año (el Costa Concordia chocó con la costa en la isla de Giglio), tomó mayor protagonismo entre las tareas esenciales de esta ciudad flotante.
Después de los episodios ya conocidos, estos viejos conocedores del mar reflexionan con tristeza: “Para nosotros fue algo que no se puede describir. Sufrimos la pérdida de compañeros, gente conocida y de pasajeros, algo impensado. Es algo que nos retuerce el corazón, nunca lo vamos a olvidar, pero preferimos mirar hacia adelante”. El accidente fue algo que pasó y no debe volver a pasar. Para evitarlo, Costa ya implementó rigurosas medidas extra de seguridad.
