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De la selva a la playa

Boca del Saco, en el cabo San Juan, ofrece lugares de acampe y hermosas playas.
Boca del Saco, en el cabo San Juan, ofrece lugares de acampe y hermosas playas.

La calle principal del Pueblito se vuelve a convertir en un sendero que desciende entre la selva hacia la playa.

La calle principal del Pueblito se vuelve a convertir en un sendero que desciende entre la selva hacia la playa.

Las palmeras comienzan a reemplazar la vegetación y se arriba al área Boca del Saco, en el cabo San Juan, donde se encuentra uno de los lugares de acampe y una fabulosa playa.

Este sector tiene previsto áreas para camping, proveeduría, comedores y sanitarios, ahora alquilan hamacas con mosquiteros para dormir. Un servicio de mulas de carga posibilita recorrer los kilómetros que separa este sector del ingreso principal del parque por la entrada llamada el Zaino.

Un mirador construido al estilo de los bohíos sobre un arrecife del cabo San Juan ofrece vistas del mar además de posibilitar pasar la noche en una hamaca colgada de sus columnas.

Las distintas playas se encuentran separadas por manglares o estribaciones de la montaña formando costas protegidas.

Desde el cabo San Juan por la costa se puede arribar al sector denominado “La Piscina” donde no hacen falta mayores descripciones sobre el lugar. La calma del mar encerrado entre arrecifes brinda un lugar tranquilo para los bañistas de todas las edades.

Ahora el sendero bordea los arrecifes, dejando solo un pequeño sendero de piedra a varios metros sobre el mar para el caminante, dando lugar a otro sector de playa denominado “Arrecife”.

Una de las más bellas, pero dada la peligrosidad de sus aguas esta prohibido el ingreso al mar para los bañistas. Bajo los árboles del bosque costero los pescadores han establecido un rudimentario comedor, cocinan pescados y otros frutos de mar.

Una delicia todos los platos que preparan de manera muy simple, se los puede ver en plena actividad, limpiando pescado preparando grandes ollas de arroz, cocinando patacones. Un servicio brindado de manera elemental y con la amabilidad de la gente del Caribe.

Luego de reponer energías el viajero debe seguir camino para llegar al acceso principal a poco más de una hora de caminata.

La sorpresa es la playa nudista a mitad del trayecto, que se habilitó por uso y costumbre. El caminante aquí pierde el paso pero debe seguir hasta encontrar la playa denominada “El Cañaveral”.

En Cañaveral se dispone de otro sector de camping y servicios, la nota esta dada por un conjunto de cabañas llamadas Ecohabs. Se construyeron como bohíos modernos con todas las comodidades sobre la ladera montañosa al estilo de los tayronas. Sobresalen sus techos de palma por encima de la tupida arboleda.

Para salir del parque se puede tomar una buseta o algún jeep, que tornan divertida y apretujada la vuelta entre las curvas de la ruta, para aproximarse a Santa Marta.

Parque Tayrona es una combinación de exóticos ambientes naturales, con las mejores playas caribeñas y el conocimiento de una cultura que supo y sabe de la convivencia armónica del hombre con el entorno.

En uno de los senderos del parque un cartel hace reflexionar al viajero. Dice: “en el interior del ser humano se ha talado el bosque de su sensibilidad y se ha secado el río de la esperanza, por esto es preciso reforestar el corazón”, para complementar la ruta del viajero.