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De Córdoba a Punta Cana sin escalas

En ocho horas de viaje se llega a este destino paradisíaco de sol, playa y piscinas gigantes.

Ningún elemento es tan dramáticamente necesario como el agua para una apacible estadía en el Caribe. Parece una obviedad, claro, estamos hablando del mar. Pero, ¿serían unas vacaciones ideales si pudiéramos disponer de agua dulce apenas para mantenernos hidratados?

Ahí están las prístinas aguas turquesas, las palmeras y la arena blanca; apenas una parte de la experiencia de descanso en el trópico. El masivo despliegue escenográfico de fuentes y piscinas que plantean los grandes hoteles all inclusive eleva la dependencia del agua dulce.

Para acercar a los cordobeses a República Dominicana, Aerolíneas Argentinas inauguró una ruta aérea que une a Córdoba con Punta Cana sin escalas. Voy de Viaje tuvo el privilegio de ser invitado al primer vuelo y de disfrutar unos días en el destino.

Al subir al avión y escuchar los anuncios del capitán, uno ya siente que está de vacaciones. Poner un pie en República Dominicana luego de ocho horas de vuelo y ver un aeropuerto con techo de paja empieza a transformar la experiencia. También es el primer contacto con el agua: humedad, sol y calor. Uno empieza a sudar de ansiedad y sólo puede pensar en la playa.

Del hotel al mar

La cadena Majestic Resorts nos hospeda durante nuestra estadía. Hermoso el lobby; hay mármol y sonrisas por todos lados. Pero lo magnífico es la recepción: apenas bajamos del transfer, dos personas tienen bandejas con pequeñas toallas enrolladas y remojadas en deliciosa y fresca agua dulce. Un bálsamo para calmar en el cuerpo esa necesidad de playa mientas se hace el check in.

Acá todo es grande: los ventiladores que cuelgan del techo, el mostrador de la recepción y la fuente que decora el centro del lobby, que junto con la música funcional componen una armoniosa melodía en tono Caribe.

El paso por la habitación –a la que llegamos después de bordear un parque de palmeras– es breve. Cada vez falta menos para descalzarse en la arena, pero entonces la humedad hace de las suyas y del cielo cae una lluvia plomiza. Para. Sale el sol y el deseo se concreta. Ahí está ese paisaje soñado y la primera foto para Instagram: el mar.

Nos damos un chapuzón, nadamos entre las olas y nos prendemos a los juegos que propone el personal de entrenamiento del hotel. Hace falta agua de nuevo, para saciar la sed y sacarse la sal del cuerpo. Y también un ron para hidratar el espíritu.

 
 
 
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El ciclo del agua

Un enorme complemento de la playa son las piscinas, y en los hoteles de Punta Cana son colosales y necesarias. Una gran tentación es alojarse en las habitaciones que están al borde del agua porque implican el privilegio de ponerse la malla, abrir la puertaventana y zambullirse. Se puede nadar hasta la barra más próxima a seguir tomando ron.

El ciclo del agua y el relax en el Caribe continúa en la habitación, donde luego de un día playa viene muy bien una larga sesión de jacuzzi.

En el Caribe el agua dulce se torna necesaria hasta para la vista. Cuando se hace la hora de cenar, las fuentes acompañan cada paso que uno da en el hotel. Están en el lobby; los espacios abiertos de tránsito entre los teatros, boliches y casinos; cerca de los restoranes y los buffet. Si hay que vestirse elegante para ir a una cena gourmet, uno tiene la sensación de que la humedad y el calor aflojan.

Si la caminata se hace muy pesada, en los bares cuidadosamente ubicados en los parques y lobbies preparan el trago que uno desee, y todo se sirve con mucho hielo.

Paseo en barco

La vida dentro del hotel es más que agradable, pero con un mar entero para disfrutar vale la pena descubrir qué hay bajo el agua.

Las empresas que realizan estas travesías aseguran la fiesta arriba de los barcos a ritmo de bachata. Cuando llega el momento de sumergirse, aparecen los peces de colores. La calidez del agua y el hipnótico paisaje hacen que uno pueda estar por horas observando lo que pasa en un mundo que pensamos que sólo veríamos en el protector de pantalla de la “compu”.

De nuevo en el barco, varios sorbos de agua dulce y fresca renuevan la energía, sobre todo para sacarse el gusto a sal de la boca. Sigue la fiesta, ahora en un banco de arena en el medio del mar, a no más de 60 centímetros de profundidad.

Una noche delirante

Las cenas en el Caribe suelen ser bastante temprano. A las 18 ya no se puede ingresar a las piscinas y cerca de las 20 los diferentes restoranes del hotel comienzan a recibir a sus invitados, pero la noche en Punta Cana tiene una estrella que vale la pena visitar: el Coco Bongo.

El delirante club nocturno ofrece shows musicales con bailarines que replican performances de Michel Jackson o emblemáticas peleas de películas como Batman o Spiderman. Todo montado con una puesta visual y sonora de última tecnología.

Pasadas las dos, se convierte en un boliche con mucha onda, donde hace falta seguir hidratándose para no sucumbir ante la humedad.

El Caribe es un planeta líquido. Claramente la protagonista es la playa, pero es el agua dulce de alrededor lo que lo vuelve un destino atractivo para el que tiene sed de un buen descanso.

Un destino con varias alternativas

Arena, sol y mar azul son los productos insignia del país centroamericano, pero para los curiosos que quieren algo más que relax la oferta turística es amplia.

Santo Domingo, capital de República Dominicana, tiene una rica historia. Fue el primer asentamiento europeo en América y por eso tiene un valioso patrimonio: la primera catedral del continente y el primer castillo. Rinha Olivares, directora de turismo de República Dominicana para Argentina, Uruguay y Paraguay, afirma: “Uno se siente dentro de la historia caminando en el casco colonial de la capital”.

“A eso hay que sumarle el circuito gastronómico montado en este entorno. Santo Domingo concentra el movimiento cultural, pero además tenemos aquí 20 shoppings de primeras marcas para aquellos que disfrutan de las compras”, cuenta la directora.

Según Rinha, es muy importante el turismo argentino para República Dominicana: “Desde mayo de este año es el cuarto mercado para nuestro país, por eso también celebramos que empresas como Aerolíneas Argentinas abran rutas como el vuelo directo que proviene desde Córdoba hasta Punta Cana”.

 
 
 
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Más rutas para federalizar el servicio

Con la apertura de la ruta Córdoba-Punta Cana, Aerolíneas Argentinas apunta a continuar federalizando la conectividad aérea del país.

Silvia Fischer, jefa de Comunidad de la empresa, aseguró que con este nuevo vuelo también se benefician las provincias del norte y del Litoral. “Estamos construyendo el hub Córdoba para que cada vez más gente pueda viajar por el país o salir sin tener que pasar por Buenos Aires. Nos encantaría tener más vuelos como este, pero la vocación de la compañía es la conectividad interna”, indicó.

De todos modos, aseguró que esta ruta se abrió por la cantidad de argentinos que eligen República Dominicana para sus vacaciones, sumada a la incorporación de los nuevos aviones Boeing 737 MAX 8 a la flota de la empresa, que permiten cubrir vuelos internacionales largos.

“Seguramente la variación del dólar va a tener una incidencia en las vacaciones de los argentinos, pero manejamos una proyección con un alto nivel de ocupación”, indicó Fischer.

La nueva ruta Córdoba-Punta Cana se cubre en un tiempo estimado de ocho horas. El vuelo parte todos los sábados a las 23 desde el aeropuerto Ambrosio Taravella, y el regreso es los domingos.