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De Bogotá a Ushuaia en el “Twingo Sudaca”: la ruta de Judy y Juanma

Pasaron por nueve países desde su partida en 2016. (Twingo Sudaca)
Pasaron por nueve países desde su partida en 2016. (Twingo Sudaca)

Ya llevan 57.000 kilómetros desandados por Sudamérica, a bordo del auto al que agregaron canilla, cajones e incluso una carpa en el techo.

Después de pensarlo mucho, Judy Cardona y Juan Manuel Parra decidieron renunciar a sus trabajos y rutinas en Bogotá y salir juntos a aventurarse por el continente, pero con un detalle; planearon todo su viaje a bordo del Renault que ahora es su casa. Así surgió la historia del Twingo Sudaca.

“Empezamos en julio de 2016 la aventura de recorrer Sudamérica para cumplir nuestro sueño de vivir viajando”, cuentan.  Ya llevan cinco años de viaje, 57.000 kilómetros de ruta y no tienen fecha de regreso. Explican que les gusta vivir en movimiento y que encuentran distintas maneras de financiarse; venden postales, artesanías, trabajan en restaurantes locales y hacen trabajos de márketing.

Durmiendo... en el techo

Cuentan que, al empezar el recorrido, muchos desconfiaban de la capacidad del auto. Pero el suyo no es un twingo cualquiera; le hicieron varias modificaciones para adaptarlo a su estilo de vida. Entre otras cosas, el vehículo tiene una cocina en la parte trasera, cajones para ropa y provisiones, iluminación led e incluso una bomba de agua y canilla. Pero lo más llamativo es la carpa en el techo donde duermen.

"Se la conoce como roof tent, está pensada para 4X4 pero nosotros, de atrevidos, la instalamos en el Twingo Sudaca". Cuentan que, a pesar de los comentarios que decían que iban a aplastar el techo, la instalación fue un éxito y hoy pasan las noches ahí de lo más cómodos. "Además se abre rapidísimo", agregan contentos.

Una vista cada día

En sus andanzas, desde Colombia hasta la Patagonia, acumularon anécdotas que comparten en sus videos de Youtube, donde tienen miles de seguidores. Recorrieron (siempre motorizados, claro) lugares tan variados como el Salar de Uyuni en Bolivia, los morros verdes de Brasil, la playa de Ecuador, los campos abiertos de Uruguay y los glaciares en Argentina.

Una de las anécdotas de su paso por Argentina es cómo conocieron la nieve, casi de casualidad. Se hicieron amigos de una familia en El Calafate y meses después, cuando ya habían seguido su viaje, recibieron una invitación de esta familia para ir a Las Leñas en invierno, “conocimos la nieve, esquiamos e hicimos muchas cosas que no habíamos imaginado”. Ahora se encuentran en Uruguay y tienen planes de seguir su aventura sobre cuatro ruedas,  “esta vida viajera cada vez nos atrapa más”, cierran.