Costa Rica, el refugio verde de América Central

Costa Rica es un país muy pequeño y sin embargo concentra en su territorio el 5% de la biodiversidad del planeta, por lo que está repleto de áreas protegidas y parques nacionales. Tiene una larga costa bañada de un lado por el mar Caribe y, del otro, por el océano Pacífico; además de un sinnúmero de ríos ideales para practicar kayaking.

En cuanto al clima, presenta dos estaciones marcadas: la seca, de diciembre a abril, y la lluviosa, de mayo a noviembre (en septiembre y octubre se registran las mayores precipitaciones). Las temperaturas son agradables todo el año, con un promedio de 22° C, y suben a medida que uno se acerca a las zonas costeras.

DATOS ÚTILES. Información útil para enamorarse de Costa Rica.

A diferencia de sus países vecinos, Costa Rica es considerado uno de los lugares más seguros para viajar. Está preparado para recibir a los turistas y la hospitalidad de sus habitantes, conocidos como “ticos”, es innegable.

Además, se adapta a los gustos e intereses de cualquier viajero. Así, se puede encarar el viaje priorizando sus propuestas naturales, la aventura o su costado cultural, o bien hacer un mix de todo lo que tiene para ofrecer.

Por tierra y mar

Son innumerables las posibilidades para disfrutar de la naturaleza en Costa Rica. Entre las principales se destaca el volcán Arenal, ubicado en el Parque Nacional que lleva el mismo nombre. Este volcán tiene la forma de un cono perfecto y las nubes suelen rodearlo en su parte más alta. La zona ofrece además aguas termales y spas maravillosos.

Otra alternativa es el Parque Nacional Isla de Coco, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco. Se encuentra a poco más de 500 kilómetros de la costa del Pacífico y la única forma de llegar es en barco. Los amantes del buceo se acercan para encontrar tiburones martillo, tiburones ballena y mantarrayas. ¿Una curiosidad? Aquí se filmó Jurassic Park.

La Reserva del Bosque Nuboso de Monteverde, por su parte, es una selva tropical que presenta una neblina constante, lo que genera un escenario favorable para albergar una increíble variedad de flora y fauna. Se destacan el quetzal y más de 200 especies de orquídeas.

Y hay más. A sólo una hora y media de la capital –San José– está el Parque Nacional Volcán Poás, uno de los más visitados del país. En medio de un bosque se localiza uno de los mayores volcanes del mundo, que alcanza los 2.708 metros sobre el nivel del mar y cuyo cráter registra más de 300 metros de profundidad.

¿Otra opción silvestre? El Tortuguero, en la provincia de Limón. Sus playas son conocidas porque allí desovan las tortugas verdes y otras especies de tortugas marinas. Por sus canales es posible ver también cocodrilos y manatíes.

Turismo aventura y playas para todos

Además de por su exuberante naturaleza, Costa Rica es conocida por ser la meca del turismo aventura. Para quienes gustan de practicar rafting, el río Pacuare, dentro de la Reserva Forestal Marina Pacuare, es ineludible. La tirolesa es otra actividad extendida en el país, y en ese sentido las de Manuel Antonio y Arenal son las favoritas. Los escaladores, por otro lado, encontrarán en el Cerro de la Muerte y en Pico Blanco grandes desafíos.

Si la opción es pasar los días junto al mar, no hay nada más sencillo que encontrar buenas playas en Costa Rica. Del lado Pacífico, en la provincia de Guanacaste se destacan playa Naranjo y Avellana, perfectas para hacer surf.

A poco más de una hora de la capital puede visitarse también el Parque Nacional Manuel Antonio, con playas de arenas blancas. Y en las costas del mar Caribe, Manzanillo espera con aguas cristalinas y un ambiente tranquilo. Es considerada una de las playas más lindas del país.

Una propuesta cultural

Quienes prefieran explorar la cultura costarricense, también pueden hacerlo. Y es que la fusión cultural del país se detecta en sus diferentes expresiones: las artesanías, la gastronomía y la música. Resulta notable encontrar la mixtura de los pueblos originarios con españoles, africanos e italianos principalmente.

Existen varias experiencias de turismo rural comunitario que acercan al turista a los usos y costumbres de los campesinos, para entender sus tradiciones agrícolas y los trabajos artesanales.

Un ejemplo es la comunidad indígena Bribri, asentada en Talamanca: conserva su idioma y su vestimenta típica, las mujeres son las que toman las decisiones y se dedican a la pesca y agricultura.

Desde la naturaleza que ruge en la selva y en los volcanes a las playas de arena blanca, pasando por las costumbres de sus habitantes, en Costa Rica se respira pura vida.