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El ícono parisino volvió a recibir público, sin ascensores y con uso obligatorio de mascarillas.
Si bien la mayoría de las atracciones en la capital francesa siguen cerradas, (incluido el Museo del Louvre), la ciudad está avanzando en la reapertura de sus actividades y edificios. Este es el caso de su monumento más famoso.
El 25 de junio reabrió sus puertas, después de 103 días de interrupción por la pandemia. Más de 3 meses que constituyeron el período de cierre más largo desde la Segunda Guerra Mundial.
En etapas
La reapertura de la torre fue progresiva. En un primer momento las visitas sólo se realizaron a pie, para evitar la aglomeración en ascensores. El 1 de julio se habilitaron nuevamente los elevadores, recomendando que quienes puedan hacerlo, opten por las escaleras, cediendo el ingreso a las personas con movilidad reducida.
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Una publicación compartida por Tour Eiffel (@toureiffelofficielle) el13 de May de 2020 a las 8:31 PDT
Todos los que ingresan al monumento deben llevar tapabocas y situarse al menos a 1,50 metros de distancia con los demás. En el suelo, marcas azules señalan claramente la proximidad permitida. Además, para evitar que los visitantes se crucen entre sí, suben por una baranda y bajan por otra.
Medidas de prevención
La recomendación es comprar las entradas online (con fecha y hora asignadas) para garantizar la visita y evitar esperas en las taquillas del monumento. Para impedir grandes concentraciones de gente, el número de entradas disponibles es más limitado que habitualmente.
Por último se dispone de 30 puntos de distribución de alcohol en gel. Y en lugar de una guía en papel, se proporciona una guía turística para celular que guía el recorrido del público.
